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Tócame y dime que no sientes nada.

-MelHaDragon.

                                                                                                  .

Hoseok jugaba con su pie al ritmo de la música, el vaso en su mano ya se había vaciado cuatro veces. Jungkook apenas y había tomado un sorbo a su bebida. La barra era de color rosa fuerte, el borde tenía pequeños brillos plateados. La luz hacía que el lugar pareciera un circo, los colores revoloteando por todas partes, parpadeando constantemente y dibujando al pasar.

-Vamos Jungkook, disfruta por lo menos unos minutos.- Habló Hoseok algo desesperado por la actitud del chófer. Desde que habían llegado, no cruzaron casi palabra.- Ven, bailemos.- Hoseok tiró del brazo a Jungkook quien comenzó a negar con la cabeza y se ponía rígido, evidentemente Jungkook no se movía ni un centímetro, era mucho más fuerte que el castaño.

-Mejor me quedo aquí.- Dijo Jungkook dejando el vaso en la barra, intentado que Hoseok se rindiera, pero no fue así, este frunció el ceño y se rehusó a aceptar esa decisión. 

-Bailaras conmigo, no quiero que alguien desconocido se acerque a mí.- Algo en la expresión de Jungkook cambió, su mirada se pasó al grupo de personas en la pista de colores, la canción incitaba a bailar pegados. Jungkook había notado la mirada insinuante de uno de los chicos al otro lado, sentado en una de las tantas mesas del lugar. Regresó a ver a Hoseok

-Bien.- Dijo algo resignado y Hoseok sonrió, sujetó la mano de Jungkook, quien ya no ponía ninguna fuerza para negarse a bailar. Llegaron al centro, Hoseok pasó sus brazos por los hombros del más alto y pegó su cuerpo al contrario, podía sentir lo incómodo que estaba Jungkook, pero en lugar de alejarse, sus manos sujetaron con firmeza su cintura. Hoseok le sonrió intentando tranquilizarlo, el pelinegro le regresó la sonrisa y Hoseok creyó que se desmayaría. Los ojos de Jungkook eran hermosos, el café en ellos era como el cacao, su brillo tan potente como un reflector. Hoseok sintió que su corazón era apretado cuando el chófer bajó la mirada a sus labios. Algo dentro de Hoseok se alteró, había logrado llamar la atención de Jungkook, sus caderas se movían al ritmo de la música, aunque se restregaba sin descaro en el pelinegro. Jungkook de igual forma seguía los pasos y eso a Hoseok lo hizo sentirse aún más feliz. 

La canción llegó a su fin y a petición de Jungkook regresaron a la barra, el más alto pagó por todo lo que tomaron, incluso la bebida que no terminó. 

-Yo debía pagar.- Se quejó Hoseok una vez en el carro.

-Yo le recomendé el lugar, yo pago.- Hoseok abrió la boca para decir algo, pero las palabras quedaron atoradas en su garganta. No iba a discutir. Se recargó más en el asiento. 

El regreso no era incómodo, pero tampoco todo lo contrario, Hoseok miraba por la ventana aunque realmente no prestaba atención a lo que veía. De reojo seguía los movimientos de su chófer, intentaba encontrar algo que le demostrara que Jungkook estaba igual de alterado por lo que había pasado. Pero no fue así. Bufó con molestia y se acomodó mejor en el asiento. Eso hizo que Jungkook volteara brevemente.

-¿Pasa algo?.- Hoseok negó con la cabeza, comenzaba a desesperarse, llevaba bastante tiempo intentando que Jungkook se comportara distinto con él. Pero eso jamás pasaba. Siempre que Hoseok se acercaba o insinuaba algo acerca de sus sentimientos, Jungkook cambiaba el tema o simplemente lo evadía respondiendo algo que no tenía nada de relación. El trato que Jungkook tenía con Hoseok era meramente profesional, y recordar todo eso solo hizo que lo que minutos antes había pasado, se cayera por la borda y se esfumara. 

-¿Te divertiste?.- Preguntó el castaño a unos pocos segundos de llegar a casa, Jungkook asintió con la cabeza apenas perceptible para Hoseok, sus labios estaban en línea recta, sus cejas un poco fruncidas, los ojos fijos en el camino. Para nada se le veía divertido. 

Es Un Placer.☬. Junghope.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora