Querido diario:
Realmente ya no se qué pensar acerca de Jack...
Si sólo hubiera leído lo que escribió probablemente no creería que esta arrepentido, pero viendo cómo ha cambiado...
Hoy es martes, Jack te devolvió a mi ayer, pero estuve demasiado confundida como para poder escribir algo con sentido. Bueno, no es que hoy tenga las ideas mucho más claras... pero necesitaba escribir mis pensamientos, ya que muchas veces esto me ayuda a organizarlos.
"Diversión" y "descanso" no son las palabras exactas para describir mi fin de semana. Lo único que hice fue buscarte desesperadamente en todos los rincones de mi casa y llamar a todas las personas que pudieron haberte visto para preguntarles por tí. Algunos pensaron que exageraba un poco la situación, pero teniendo mi vida entera escrita en tus hojas y con lo que podría pasar si hubieras estado en malas manos yo considero lógica mi reacción.
Cuando llegué el lunes a la escuela lo único en lo que pensaba era en todos los posibles lugares en los que podías estar y en buscarte pronto en todos ellos. Sin embargo no fue necesario, ya que cuando fui a buscar algunos libros a mi casillero, después de saludar a Cassie y a Ana, te vi en el medio de todos los libros. Primero pensé que te había olvidado ahí, pero luego noté una nota sobre tí que simplemente decía:"Leelo."
Fui directamente a las últimas páginas y descubrí varias hojas escritas con una caligrafía que no era la mía, pero que creía conocer. Vi la firma: Jack Drystreet. Sentí una mezcla de enojo y alivio. Me enojaba que hubiera tomado mi diario, y a la vez estaba alviada porque por más de todo lo que me decepcionó Jack, lo seguía considerando alguien en quien se puede confiar.
En mi interior comenzó a desarrollarse una batalla sobre si leer o no lo que Jack escribió, y, cuando finalmente ganó la opción de leerlo, se escuchó el ruido de la campana.
Tomé rapidamente los libros que necesitaba y cerré el casillero.
-¿Te ayudo con eso? - no fue necesario darme vuelta para reconocer a mi interlocutor.
-Lamento informarte que eso podría arruinar tu popularidad, Drystreet.
-Escucha Clari, te pido perdón fue todo una gran estupidez.
-Cómo si no me hubiera dado cuenta...
-El punto es que ya lo he entendido y me gustaría poder volver a empezar, ¿te parece?
Lo miré cuidando que no haya en él ni un rastro de estar mintiendo. Y la verdad, parecía bastante sincero.
-Está bien. -y le di mis libros
Llegamos al aula de Literatura en la cual pensaba contarles lo que acababa de ocurrir a mis amigas. Y lo hubiera hecho, si Jack no se hubiera sentado a mi lado. Eso ya me estaba pareciendo demasiado extraño, aunque no me disgustaba para nada.
La profesora entró y nos pidió que comenzáramos a leer un libro de esos que a ella le gustan, es decir un libro que solamente ella conoce llamado Cuando Lluevan Helados mientras ella corregía unos ensayos.
Saqué el libro y lo abrí en la primera página. Lo que me gusta de esas clases en las que solo nos pide que leamos es que es una manera tranquila de empezar el día. Pero ese día no pude terminar de leer ni el primer párrafo: tenía a Jack a mi lado y eso hacía que fuera imposible concentrarme, no sólo porque no paraba de mirarlo sino también porque él me respondía esas miradas con una sonrisa y eso me hacía pensar en todo lo que ha ocurrido entre nosotros dos desde que empezaron las clases.
No podía creer que del jueves al lunes hubiera cambiado una decisión que parecía tan firme, luego recordé que el sábado pasado nos habíamos besado y el lunes pasado ya no me hablaba; y así pude llegar a la conclusión de que uno puede esperar cualquier cosa de Jack Drystreet.
-Pareciera que te estoy incomodando, Menrer.
-Para nada, Drystreet.
-¿Y por qué no pasaste ni la primera página?
-Tú estás por la segunda, asi que estamos casi en las mismas condiciones.
Se rió por lo bajo. Yo hice lo mismo.
-¿Te dije que tienes una risa hermosa?
-Si mal no recuerdo, no. Nunca me lo dijiste.
-Tienes una risa hermosa.
Sonreí.
-Y una sonrisa que podría iluminar toda la ciudad.
Sonreí más.
-Y si tuviera que decir una razón por la cual estoy loco por tí por cada estrella en el universo me faltarían estrellas.
La sonrisa no me entraba en la cara. Estaba a punto de abrazarlo y besarlo ahí mismo, en frente de todos.
-Y...
-¡Drystreet! ¡Cállese un poco!- lo interrumpió la profesora Plimpert
-Lo siento profesora Plimpert.
Y me sonrió.
Luego de la clase de matemática, en la cual Jack volvió a sentarse a mi lado, sonó la campana y fui en busca de Katy.
-¡Katy! Sinceramente no sé qué le está pasando a Jack.
-¿Por qué?
-¿Recuerdas lo que me dijo el jueves, durante el castigo?
-Sí. Que idiotez... -dijo en tono reprobatorio
-¿Y recuerdas que el viernes perdí mi diario?
-Sí, ¿pero qué tiene que ver eso con Jack?
-Cállate y escúchame.
-Tú me preguntaste.
-Sí pero... Bueno, no importa. El punto es que hoy cuando fui a buscar mis libros a mi casillero lo encontré. Y mira esto. -fui a la hoja en la que Jack había firmado
-Jack Drystreet. -leyó
-Sí.
-¿Lo leíste?
-Aún no... no estoy segura de si lo haré...
-¡Hazlo! ¡Quizás ahí haya alguna explicación!
-Y no sé si lo notaste, pero ahora se comporta de una manera... -hice una pausa, no sabía cómo describirlo- diferente...
-¿Diferente bien o diferente mal?
-Diferente maravilloso.
-¿En qué ha cambiado?
-Hoy se ofreció a llevarme los libros, se sentó a mi lado en Literatura, me dijo que mi risa era hermosa, que mi sonrisa podría iluminar toda la ciudad, que...
-Ok, ok, entendí. -me interrumpió Katy
-¿Opinas que debo leer lo que escribió en mi diario?
-¡Sííí! Estoy segurísima de que ahí hay una explicación a todo esto.
-Si tú lo dices... -contesté no muy segura -Summer no vino, ¿o sí? -dije para cambiar el tema de conversación.
-No, ayer hablé con ella, le dolía un poco la cabeza. Quizá faltó por eso.
-¿Se siente mal? Pobre... la llamaré cuando llegue a mi casa.
-¿Qué te parece si vamos a visitarla?
-¿Hoy?
-¡Sí!
-No lo sé... Quizá prefiere estar sola...
-¡Vamos Clari! ¡Estoy segura de que estará feliz de que vayamos!
-Está bien -cedí finalmente. Y en ese momento recordé algo que tendría que haber recordado el viernes, pero estaba demasiado ocupada con Jack para recordarlo. -¿Cómo la pasaste con Harry el jueves? ¡¡Cuéntame todo!! Siento recordarlo tan tarde...
Katy puso una sonrisita pícara.
-Te lo contaré todo en la casa de Sum, por ahora sólo diré que fue fantástico.
-¡¿Me vas a dejar con la curiosidad?!
-Ajam.
-Eres muy mala.
-Lo sé.
Me reí. Y hablando de Roma...
-Buenos días. -nos saludó Harry mientras rodeaba con su brazo a Katy por la cintura, quien se sonrojó.
-¡Buenos días! -le respondió Katy dándole un beso en la mejilla.
-¡Hola! -dije yo. Era imposible no sentirse una intrusa en una situación así.
Harry me examinó de pies a cabeza, lo que me hizo sentir aún mas incómoda y me dijo:
-Clari, ¿verdad?
-Clari. -confirmé.
-Me parece que el rubio de allí está muy entretenido mirandote.
-Por supuesto que sí -intervino Katy -. Jack y Clari tienen una linda e inentendible historia de amor.
-¿Jack me está mirando? -pregunté curiosísima -Aguarda. ¿Por qué inentendible? ¡Él es el inentendible, no yo! -protesté.
-El sábado se besan, el lunes no le habla, el fin de semana escribe en su diario, el lunes no se separa de ella. Es un chico complicado. -le explicó Katy a Harry.
Me reí y le di la razón.
-Faltan 5 minutos para que suene la campana -les informé consultando el reloj de mi celular -. Me voy al aula de francés. ¡Nos vemos!
-¡Adios! -me saludaron
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Dear Diary
Fiksi RemajaEn este diario Clarise, una tipica adolescente de 16 años, cuenta sus vivencias, preocupaciones e ideas de lo que le sucede dia a dia en su nueva secundaria: desde sus clases y profesores, hasta sus mas profundos secretos, amigos y amores.