El libro de Química

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Querido diario:
Sería lindo poder decir que la tercera es la vencida con respecto a los castigos de Agrendale. Pero no fue así. Se ve que si rutina diaria incluye castigarme todos los miércoles.
A la mañana llegué más temprano que de costumbre así que durante unos minutos tuve que quedarme sola. Cassie llegó aproximadamente un cuarto de hora después que yo.
-¡Buen día! Tengo que contarte algunas cosas sobre Jack.
-Buen día. Y yo de Luke.
-Comienza tú. ¿Buenas o malas?
-Buenas para él, desastrosas para mí.
-¿Por qué?
-Novia nueva.
-Uuuh... lo lamento. ¿Quién es?
-La hermana de Jenn.
Jenn es una de las populares. Es amiga de Samantha, pero no es tan cercana como Allison o Amanda.
Se hizo un silencio incómodo entre las dos.
-¿Y qué pasó con Jack?
-Me pidió perdón y ahora está mucho más tiempo conmigo.
No iba a contarle toda la historia. Ella estaba triste porque el chico al que ama está con otra chica,  yo simplemente no podía contarle que las cosas con el chico que amo estaban más que perfectas. ¿Cómo es el dicho? No comas pan en frente de los pobres. Suena cruel, pero era así.
-Me alegro por tí -me dijo.
-Gracias -le respondí.
Por suerte en ese momento apareció Summer.
-¡Sum! ¿Ya te sientes mejor? -le dije
-¡Sí!
-¡Qué bueno!
-¡Cassie! Me enteré de lo de Luke y la hermana de Jenn, lo siento -Summer se dirigió a Cassie, quien hizo un gesto restándole importancia.
-Sum, quiero llorar -dije intentando cambiar de tema.
-¿Por qué? ¿Pasó algo con Jack y sus súbitos cambios de opinión respecto a tí? -me reí luego de este comentario de Summer.
-No es eso. Es que hoy tenemos Química.
-Acabas de arruinarme el día.
-Bienvenida a mi mundo.
-¡¿Ese es su gran problema?! ¡¿Tener Química?! Hace 3 años y 6 días que estoy perdidamente enamorada de Luke y él lo único que hace es cambiar de novia cada mes jugando con mis sentimientos. ¡¿Y su gran problema es tener Química?! -explotó Cassie.
Miré a Summer para ver si ella tenía algo que decir. Estaba atónita. Nos quedamos en silencio.
Solamente por hacer algo comencé a revisar los libros que tenía en mis manos. Historia. Literatura. Cuando Lluevan Helados. Inglés. Francés. Biología. Geografía. Me extrañé y volví a revisarlos. No podía ser. Me fijé en mi mochila. Tampoco estaba. ¿Dónde diablos había metido mi libro de Química? Fui a revisar mi casillero. No estaba.
-¿Buscas algo? -preguntó Jack a mis espaldas. Tuve la ilusión de que al darme vuelta Jack tendría mi libro. Pero al voltear él me miraba con curiosidad y sin nada en sus manos.
-No encuentro mi libro de Química -dije intentando disimular un poco mi desesperación. -. Supongo que lo olvidé en mi casa.
-Te presto el mio -ofreció despreocupado.
-Jack, no es necesario. No creo que haya problema.
-¿Segura?
-Sí.
-Bueno. Pero si te arrepientes dímelo.
-No me arrepentiré.
Él se mordió el labio inferior y rodó los ojos.
-Vamos. Llegaremos tarde a Historia -me apresuró.
La profesora de Historia, Amy Clarkson, es una de mis profesoras favoritas. Al igual que a Klat le gusta hacer que la clase sea entretenida y que nos riamos. Siempre está con una sonrisa y su rostro irradia la alegría de una niña aunque seguramente pasa los 40.
La materia me gusta. Y que además tenga una profesora como Clarkson hace que sea genial.
La clase fue sobre la Antigua Grecia.
-Algo por lo que se caracteriza la Antigua Grecia es por sus mitos. ¿Alguien me puede decir cuál es la importancia de los mitos en una civilización? -preguntó la profesora.
Levanté mi mano.
-¿Clari?
-Los mitos tienen un carácter religioso y educativo. Buscaban inculcar los valores básicos de la sociedad a todos los habitantes. También se pueden identificar en ellos algunos datos sobre cómo estaba organizada la sociedad en ese momento. Así que son una importante fuente histórica -expliqué.
La profesora anotó algo y luego dijo:
-Exacto -y continuó hablando sobre los mitos.
Al final de la clase, cuando me disponía a salir escuché la voz de Amy Clarkson llamándome a su escritorio. Le dije a Jack y Katy que luego los alcanzaba y me acerqué.
-Te interesa la clase, ¿verdad? -cuestionó mientras rebuscaba algo entre los papeles de su escritorio.
Asentí y me pregunté cómo lo sabía. 'Debe ser el hecho de que desde que empezaron las clases eres la única que responde en clase' me respondí.
-¿Qué te parece si te doy unas clases aparte? Ya sabes, para profundizar más los temas.
-¡Sería estupendo! -me emocioné.
Por fin encontró lo que estaba buscando: una agenda con cuadros azules y verdes. La revisó y sugirió:
-¿Qué te parece los martes y jueves después de clase en la biblioteca?
-Lo lamento, los jueves no puedo. Tengo que cumplir los castigos de Agrendale.
-¿Todos los jueves? -interrogó divertida.
-Se le está tomando por costumbre castigarme -expliqué.
Se rió.
-¿Y los viernes? ¿O también te castiga los viernes?
-Los viernes -acepté.
Al salir vi a Jack.
-¡Te dije que luego te alcanzaba! -me quejé.
-Preferí esperarte.
Nos dirigimos a Literatura.
-¿Para qué te llamó? ¿Se hartó de que no le dejaras dar la clase con tus largas e interminables respuestas?
-¡Ey! -me hice la ofendida -Era para darme clases extras.
-Cerebrito... -susurró.
Puse los ojos en blanco.
En Literatura continuamos leyendo Cuando Lluevan Helados.
El libro resultó no ser tan malo. Era una historia de amor ambientada en los '80 entre una joven heladera y el hijo de su jefe. Se llama así debido a que los personajes tenían una extraña obsesión por decir "cuando lluevan helados". Por ejemplo:
  Ella: "¿Cuánto me amas?"
  Él: "Hasta el infinito y más lejos."
  Ella: "¿Y hasta cuándo me amarás?"
  Él: "Te dejaré de amar cuando lluevan helados."
Admito que es algo cursi pero realmente me gusta.

Dear DiaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora