XII

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El día había sido más rápido de lo que pensó en un inicio.

Después de desayunar con Huaisang, tuvo demasiado trabajo e incluso estuvo de un lado a otro, respondiendo llamadas, correos, o algún pendiente que tuvo por los días que estuvo fuera, apenas si comió una sopa instantánea y alimentó a sus perros en su rato libre, como su asistente no estaba, también tuvo que sacarlos a hacer sus necesidades, cuando alguno de los dos perros se acercaba y se sentaba junto a él viéndolo fijamente, el omega ya sabía que significaba.

Con todo y lo ocupado que estuvo la mayoría del día, algo en él aún seguía removiendo un poco su interior, Huaisang que no se fue pasadas las tres de la tarde, había notado el sutil cambio de aroma en el pseudo beta, probablemente nadie más lo notó, ni siquiera el propio Jiang Cheng, el olfato del menor estaba demasiado bien desarrollado, pero cuando estaba por preguntarle el porqué olía nervioso, el de los ojos púrpura lo envió a caminar a los caninos fuera, después de un llanto fingido, los llevó, volviendo exhausto, y durmiendo en su sofá hasta las tres, que el pelinegro lo corrió.

Aún así, Jiang Cheng no se relajó, seguía molesto, principalmente porque estaba nervioso, tenía ganas de golpear a alguien de tan solo recordar porqué se sentía así.

Lan Xichen.

El lindo alfa que le erizaba la piel cada que se acercaba demás, y que no había visto en casi una semana. 

La semana que no estuvo el alfa, habló con él todos los días por mensaje, incluso cuando se suponía que debía estar haciendo otra cosa. 

No admitiría en voz alta que aquello le subía un poco de ánimo, y mucho menos diría que se emocionaba ligeramente al ver la notificación en la pantalla de su teléfono cuando el alfa ya había respondido su mensaje, aunque se debatió en varias ocasiones si debía responderle rápido, se dijo a sí mismo que hacerlo esperar era lo mejor, tal vez así, si el alfa perdía el interés en él, no se sentiría mal consigo mismo por aquello.

En cuanto dieron las ocho, su teléfono vibró, y al verlo no pudo evitar suspirar, un suspiro que ni él supo como interpretar.

Xichen acababa de enviarle un "Te veré en unos minutos" ya que el alfa supuso que al no tener una negativa del otro, si podían hablar.

Tao Kun entró segundos después, ya usaba su abrigo y tenía aquella juvenil sonrisa en su rostro que a Jiang Cheng le recordaba su época en la escuela, el menor recién había cumplido los veinte, así que aunque el omega no le llevaba tantos años, se veía la inexperiencia en la mirada del alfa.

"¿Seguro que no quieres que te espere? No tengo nada que hacer"

"Si no tienes nada que hacer, entonces deberías de terminar tu informe y cerrar los casos pendientes" -El alfa hizo una mueca de ligero terror y abrió exageradamente los ojos como si recordara algo-.

"Ay, acabo de recordar que si tengo cosas que hacer muchas diría yo, tal vez tarde más en hacerlo, adiós solecitos" -Después de despedirse de los perros, salió con un ligero asentimiento de cabeza de Jiang Cheng sin mirarle-.

El omega quedó solo, con el ruido de las respiraciones de sus perros y el de sus dedos golpeando el teclado de su computador.

No habían pasado ni dos minutos cuando tocaron su puerta, al suponer que era el torpe de su compañero, solo dijo un "adelante", arrepintiéndose instantáneamente al sentir el tibio aroma del alfa que fue a verlo por la mañana.

No supo bien el porqué, pero no elevó la vista ni cuando el precioso alfa se sentó frente a él, con su típica tranquila expresión.

Xichen usaba un suéter de cuello de tortuga debajo de su saco, este cubría su tatuaje del cuello, así que pasaba "desapercibido" si ignorabas la belleza exagerada del alfa.

CRIMINAL (𝙓𝙞𝘾𝙝𝙚𝙣𝙜)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora