Me senté en mi cama, me sentía realmente mareada con tanta información de golpe. Aún no podía comprender lo que me había pasado, mi padre me explicó algo pero es todo extraño, nunca había escuchado de alguien entrara como en coma por una semana de la nada o sólo por un cambio hormonal. Quería quedarme tranquila con lo que me había dicho mi padre, pero era obvio que algo no encajaba.
Decidí darme una ducha, había pasado una semana en esa cama así que realmente la necesitaba, además un momento de relajación me vendría muy bien.
Alisté la ropa que me iba a poner, algo cómodo, unos jeans holgados y una playera negra. Entré al baño y me miré al espejo mientras me desataba el cabello.
Me veía medio pálida, estar una semana sin comer cosas sólidas había traído sus consecuencias.
Estuve metida en mis pensamientos por unos minutos hasta que algo llamó completamente mi atención. Mi cuello. El recuerdo borroso de mi viendo una herida en mi cuello azotó mi mente.
Es verdad, antes de ir a dormir y pasar una semana en cama, había visto una herida considerable en mi cuello. ¿Estaría ya alucinando? No, yo vi esa herida. Pero ahora parecía haber desaparecido todo rastro de aquella herida, ni un moretón o costra. ¿Era eso posible? Sólo había pasado una semana, una herida de ese calibre habría dejado alguna marca o rastro, no podía solo desaparecer en una semana.
Pasé mi mano por mi cuello y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Esta situación me estaba desesperando. Era mi cuerpo y no sabía lo que pasaba.
Opté por intentar ignorar esa sensación de agobio y disfrutar de la ducha, sin embargo mi mente no logró alejarse por completo de lo que había pasado y pensar que todo era una confusión.
Intentaba disfrutar de la sensación del agua caliente recorriendo mi espalda y relajando mis músculos, hasta que un nombre me pasó por la mente con un relámpago, rápido y estridente. Clark. Sentí como mi cuerpo se tensaba, pero yo no lograba recordar nada más allá de ese simple nombre. No tenía conocidos con ese nombre, así que no le hallaba sentido. Parecía que últimamente mi cerebro se había liado conmigo y ya nada se me hacía coherente.
Salí de la ducha, me cambié y bajé a comer algo. Algo sólido me iría bastante bien después de todo. Ya eran las 10 de la mañana, después de todo el tiempo seguía corriendo.
Bajé a la cocina y me encontré a Erick preparando algo, ya eran como las 10 de la mañana, así que podría contar como desayuno.
-Ya estás más tranquila..-dijo mirándome con cierta cautela, como si pensara que en cualquier momento yo iba a entrar en una crisis nerviosa o algo parecido.
-Si, parece que si
Intenté no dar mayores explicaciones porque ni yo estaba segura de estar tranquila.
Erick sirvió el desayuno. Leche, huevos revueltos y unas tostadas. Nos sentamos y empezamos a comer en silencio.
La tensión en el ambiente era evidente, él estaba algo incómodo, estaba casi segura que Erick no sabía si preguntarme o no sobre como me sentía, lógicamente yo tampoco estaba dispuesta a tener esa conversación.
-¿Y mi padre?- pregunté como intento de calmar el ambiente.
-Salió hace poco, dijo que tenía unos temas pendientes.
-Si si, lo de siempre
¿Qué me sorprendía? Su trabajo siempre lo mantenía alejado de mi, incluso en momentos como este.
-Trata de comprenderlo Bri, sabes qu..
-Si, supongo- lo interrumpí.
Él no tocó más el tema y yo me limité a terminar de comer sin pensar mucho en el tema.
Terminé y me levanté a lavar los trastes.
-No te preocupes, yo lo hago- dijo Erick, al tiempo que me alcanzaba.
-Está bien- mi voz sonó desinteresada.
Me voltee y pasé por su costado para dirigirme a mi cuarto. Pero Erick me tomó del brazo, me volteó y me abrazó.
-Tranquila, estoy contigo- murmuró.
Una sensación de tranquilidad me inundó, lo rodee con mis brazos y me presioné contra él. Quería quedarme ahí, después de todo un abrazo puede ser lo mejor en estas situaciones y yo realmente lo necesitaba. Un abrazo sin secretos, sin misterios.
No sé cuanto tiempo pasó hasta que por fin pude separarme un poco y hablar.
-¿Te quedarás conmigo?
-Todo el tiempo que quieras- dijo sonriendo de manera muy tierna.
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Lo sé, pasó mucho tiempo. PERO VOLVÍ.
Estaré subiendo caps cada dos o tres días;)
-Eliza
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"Atracción Peligrosa"
VampireElla no buscaba el amor, solo pensaba en vivir tranquila. Era la típica chica inteligente que siempre pasa desapercibida en el fondo del salón... El era un vampiro, rebelde, despiadado, interesante, con muchos secretos, nunca pensó encontrar el amor...