𝚁𝚒𝚎𝚜𝚐𝚘𝚜

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-Vengan, entren rápido.

Lesly, abrió la puerta, haciéndonos entrar.

El lugar era todo lo que la palabra Elegante abarcaba, todo estaba del color rojo, con muebles demasiados caros por todos lados, y una inmensa cantidad de libros, en el estante de la pared.

-En esa recamara, están las cintas de las cámaras.

Asentí, caminando rápido hacia la recamara.

En esta habitación, había una enorme ventana, podía ver todo el campus, ya que este es el edificio principal.

Habían computadoras por todos lados, que mostraban las cámaras de toda la universidad. Dándome cuenta que nos tenían más vigilados que en una región militar.

Caminé entre las computadoras, para buscar la de este edificio.

-Aquí estas pequeña escurridiza. - le hablé a la computadora, me agaché para quitarle el CD de grabación, mirándolo como si fuera lo mejor del mundo y lo era, este CD era mi salvación o mi maldición.

-Llegó alguien. - Jordan entró a la habitación, poniendome nerviosa con lo que decía. - nos van a descubrir.

Tomé el CD y lo guardé en mi bolso.

Fuera de la habitación se escuchaban voces, reconocí dos de ellas:
Lesly.
La esposa del rector.

Salir de la habitación, no era una buena idea, por lo que me acerque a la gran ventana, buscando una mejor salida.

-Que haces?.

-Salvando nuestras cabezas, ven. - abrí la ventana, saliendo por las pequeñas escaleras de emergencia. - Que esperas? Apura!.

Empecé a bajar por las finas escaleras, que rechinaban a cada paso que daba.

-Esperame.- escuché murmurar a Jordan, detrás de mí. - Esto es una malisima idea, vamos a caer y morir .

-Callate, no vamos a morir, si morimos eso será todo, si nos descubren será peor.

-Que optimista eres, Hilton.

No le di importancia, al hecho de que me llamaba por mi apellido y no por mi primer nombre.

Seguimos bajando las pequeñas escaleras, cuando resbale y casi caigo con todo al suelo, pero la gran mano de Jordan me salvó.

-Ten cuidado, no quiero cargar con tu muerte, tus hermanos me matarían.

Estábamos a pocos metros del suelo, aunque habían montón de fundas negras llenas de basura, escuché varios ruidos que venían de arriba.

Seguramente, ya se habrían dado cuenta de que acabábamos de robarle en sus caras.

-Tirate. - dije rápido, y me tiré a las fundas de basuras.

-Que?

El peso de Jordan cayó encima de mi cuerpo, haciéndome quejar.

Mala idea.

-Ay, no puedo-

-Callate. - lo interrumpí, mientras veía por los pequeños espacios de la escalera y la pared, dejándome ver a un hombre, asomándose por la ventana, en cuanto se desapareció por completo, hablé de nuevo. - ahora si, quítate de encima.

Jordan se enredó sus manos con mi cabello, que apuesto y olía horrible, gracias a la basura que nos camufló.

-Tienes un cabello muy largo...

Sus piernas rozaron las mías, que estaban descubiertas, por mi corto vestido, poniendo mis nervios de puntas.

Por un instante su perfume varonil llegó a mi nariz, olvidando el olor de la basura debajo de nosotros.

Huir y vivir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora