𝙴𝚟𝚒𝚍𝚎𝚗𝚌𝚒𝚊𝚜

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Después de pasar todo el fin de semana en la residencia de mis hermanos y sus amigos, por fin estaba en mi cama, abrí las cortinas de la habitación, dejando entrar el dulce aroma de los árboles.

Mi mano aun estaba vendada, mire los garabatos que habían dibujado mis hermanos en la venda, los días fueron tranquilos, serenos y divertidos.

Ron, la gallina que teníamos para el proyecto, se había convertido en la mascota favorita de la residencia varonil en la que vivían Artur y Ariel, comenzaba a preocuparme ya que la atendían mejor que a mi. Ni hablar del comportamiento de la gallina, parecía hija de esos bastardos.

Abril donde esta tu buen humor?

Aqui está.

La verdad Ron era una gallina obediente y tranquila, se dejaba pintar las uñas, peinar y hasta se quedaba dormida si le acariciabas la cabezita.

Aún le quedaba unos días de felicidad en esa casa, ya que me tocaba cuidarla y no tenía ningún problema con ello, ya que Ron nos ayudaría a ganar el premio del primer grupo, y ese, ese ya era nuestro, porqué estaba tan segura? Todos ya habíamos hecho nuestra parte, bueno casi, ya que me tocaba hacer el folder.

Me dediqué unos segundos a mirar mi mano, la lastimada, apenas podía moverla sin sentir dolor, pero me era imposible escribir, y si lo hacía, se veía horrible, como si un niño de dos años lo hubiera escrito.

Aún faltaba varias semanas para presentar el proyecto, ya que el profesor seguía enfermo, postergando la fecha prevista para entregar el proyecto.

La puerta de mi habitación se abrió, dejándome ver, perfectamente la cara de Lesly.

-Aquí estas!. - lo dijo en un tono delatador.

-Aquí estoy. - dije con el mismo tono de Lesly.

-Vaya! Vaya!. - se paseo por mi habitación mirando todo, cada centímetro. - pensé que eramos amigas, y vas. - agarró un adorno de porcelana, que se encontraba en la mesita de noche. - y me dejas botada, sabes? ¡Te busqué como dos horas por toda la fiesta!.

-Si? Bueno, mientras yo iba en busca de una rubia, alta y delgada, un ebrio me incrustó un pequeño trozo de botella. - le mostré mi mano. - En la palma de mi mano.

No había visto a Lesly, desde la noche de la fiesta.

-Abril!. - dijo asustada y con cierto toque de culpabilidad. - Te duele mucho?. - negué. - Ay! Me alegro.-caminó, acortando la distancia, para abrazarme. - Lo siento mucho, no debí ir al baño, y peor dejarte sola, cuando no conoces a nadie.

-No te preocupes, solo fuiste al baño. - fui lanzando le la indirecta. - oh cierto, te quedaste pegada en el baño.- le añadí un poco de sarcasmo.

Lesly sonrió de oreja a oreja.

-En realidad no fui al baño. - se sentó al borde de la cama. - seguí al chico que me gusta, adivina que?.

Sabía lo que iba a decir, obviamente no lo quería saber.

-No quiero saberlo.

-Tuvimos una noche loca, llena de pasión.

Tapé mis oídos, en un falso intento de no oír lo que decía.

-Bien, gracias por darme información que no necesitaba.

Se levantó de mi cama, bailando por toda la habitación, mientras tarareaba una canción.

-Siento que va a ser el padre de mis hijos. - parecía imposible que hubiera tanta felicidad en una sola persona. - Tienes que conocerlo. - negué riendo. - por cierto, la otra noche no respondiste a mi pregunta.

Huir y vivir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora