𝙰𝚜𝚊𝚕𝚝𝚘𝚜

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Fin de semana.

Era fin de semana, después de unos largos y cansados días de clases y proyectos, ya veía a Lesly correr de un lado al otro, buscando un brillo labial.

-No lo has visto?

-No, ya te lo mencioné como diez veces.

Lesly estaba apurada y nerviosa, era sábado y su cita la estaba esperando fuera del edificio, mientras ella seguía buscando el bendito brillo labial.

Como era de esperar los puntos en mi mano, se habían marchado hace unas horas, cuando tuve que ir a la cita en el hospital en el que trabajaba mi padre, claro fue él quien me quitó esos benditos puntos sin ningún remordimiento al oírme quejar del dolor, según él mi mano estaba en perfecto estado, aunque debía de hacer varios ejercicios para un mejor movimiento.

Lesly se volvió a mirar en el espejo, aún nerviosa.

-Estoy bien?.

-Estas hermosa y preciosa. - era totalmente cierto, la rubia era hermosa y se había pasado todo la tarde preparándose, estaba feliz pero el nerviosismo le ganaba. - eres toda una princesa.

Metí una cucharada de helado de chocolate en mi boca, estaba acostada en el pequeño sofá y en pijama, era sábado y mi cuerpo ni enterado.

-No sé dónde estuviste todo este tiempo, mientras yo te necesitaba.

Llevó su bolso entre el brazo y la cintura, se agachó a mí altura y se despidió con un gran beso en la mejilla, dejando rastro de su labial en mi cara.

-Ten cuidado!. - grité cuando llegó a la puerta, ella afirmó con su cabeza y levantando su pulgar.

En cuanto salió del departamento, la habitación se llenó en un gran silencio.

Había texteado con los gemelos, quienes se hallaban demasiado ocupados en su trabajo y en las clases, si, como lo oyen, mis hermanitos también se hallaban en su casa, estudiando y no en una grandiosa fiesta como me lo imaginaba.

Reflexioné sobre qué hacer, estaba aburrida y parecía una señora loca con mi cabello alborotado, mis ganas de arreglarme estaban tan bajas que creo que se estaban incendiando en el infierno.

Mi celular vibró ante la llegada de un mensaje nuevo.

Lo agarré y vi de quien se trataba el mensaje.

Jordan.

El mencionado no se había reportado desde el día que su gallina se quedó a cargo de Thalia, el susodicho no fue capaz de ir por ella y recogerla (a la gallina) haciendo que todo el trabajo quedara para mi sólita, ese día llegué tarde, mis hermanos me habían invitado a cenar algo que acepté contenta de la vida, luego de una deliciosa comida, llegué al dormitorio, para encontrarme con la noticia de que la gallina seguía en el departamento de la morena, ambas estaban tan molestas, digo ambas porque la gallina me picoteó la mano en cuanto me acerqué para recogerla y la morena, me obligó a hacer sus tareas solo por el hecho de demorar nueve horas más de lo que habíamos quedado, no me pude negar ya que tenía toda la razón y el único culpable era el amigo de mis hermanos y mi compañero de proyecto.

Esa misma noche, tuve que llevarla a la fraternidad de mis hermanos, enojada con el irresponsable de su amigo, quien no apareció hasta el día siguiente, diciendo que estaba muy ocupado en la biblioteca, algo que no me convenció del todo.

Justo en estos momentos me escribía para recordarme que mañana tendría que encargarme de Ron, estaba estresada por todo, tenía que encargarme de la gallina y asegurarme de que no le sucediera nada malo, tenía que escribir el discurso sobre el respeto y disciplina adjunto las disculpas formales de la falsa alarma para la junta del lunes, así de atestada con cosas por hacer estaba.

Huir y vivir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora