Capitulo Dieciséis

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No, no podía. Tenía que salir de este lugar de inmediato. Ya no creía tener el valor suficiente como para mirarlo, estar frente a él y no huir en el intento. No podía con mi vergüenza.

¿Que había hecho?...

Ya habían pasado dos días después de... Bueno... Eso. Mi celo. O lo que sea que haya sido. Todo fue horrible, no es que recuerde mucho de todos modos pero no quiero ni pensar en lo que sí recuerdo.

¡Que la tierra me trague! ¡Que el mar me arrastre!

Oh no, no. Quizás debería ponerme una bolsa que cubra mi rostro el resto de mi vida, tal vez así sería más tolerable.

— señorito Jeon... El rey está preocupado por usted, casi no ha salido de su habitación y se niega a verlo — LinLin se acercó a mi con la bandeja y me entregó un plato con sandwiches, era hora de la merienda después de todo — si usted lo viera, no deja de suspirar y mirar afuera. — yo sé que no era su culpa, era mía y no es que lo quisiera hacer sentir culpable es sólo que me sentía avergonzado.

— es que... No puedo creer que le pedí tal cosa... — cubrí mi rostro con mis manos y grité — ¡LinLin, sólo disparame ya! — sollocé y recargue mi cabeza en la mesita.

LinLin hizo un sonido ahogado — no diga eso, señorito Jeon — me miró desaprobatoría — no debería pensar tanto en ello, usted había entrado en celo y solo necesitaba... Aliviar su... Molestia — LinLin se sonrojó al decirlo pero no tanto como yo al escucharla.

¡Era aún peor cuando alguien más lo decía! — ¡No lo digas! — chillé escandalizado — es... Ah, no, no puedo seguir con lo mismo. Ya, supéralo de una vez JungKook — me dije a mi mismo, tomé aire y me enderece en la silla.

Inhalé y exhalé. Esto no podía seguir así. — ¿Sabes si TaeHyung ya ha comido algo? — miré los sandwiches en el plato y luego a LinLin.

Me sonrió — se negó a comer, parece algo estresado — asentí, tomé el plato y me levanté — apuesto a que le alegrará su visita, señorito Jeon — me dijo tratando de animarme.

Eso esperaba porque de otra manera me arrojaría de la ventana más cercana.

Caminé decidido hacía la oficina de TaeHyung, dónde sabía que estaba, pero cuando llegué se me fue todo el valor. Miré a los guardias que cuidaban la entrada y ellos me mostraron su pulgar arriba, asentí y toqué la puerta.

Oh Dios.

— pase. — los guardias me abrieron la puerta y yo me asomé levemente, lo suficiente para dar un vistazo.

— ¿Hola? — saludé. TaeHyung yacía sentado en uno de los sillones que estaban frente a su escritorio, revisando algunos papeles. Tragué saliva.

Alzó la vista rápidamente al escucharme — ¡¿JungKook?! — dejó todo de lado y se me quedó viendo, como si fuera algún pálido fantasma pidiendo permiso para entrar.

— ¿Tienes hambre? Almorcemos juntos. — si dice algo que no sea un sí yo arrojaría el plato y me largaría para no volver, lo juro.

— claro, pasa, pasa — juntó todos los papeles de la mesita y los dejó en una esquina.

Bajé la mirada y me obligué a entrar. Di un paso y luego dos. Me senté en el sillón frente a él y dejé con cuidado el plato en la mesita. Y coloqué mis manos entre mis rodillas, esperando a que algo más sucediera.

Todo quedó en silencio unos segundos. Me animé a hablar.

— yo quería... —

— JungKook, yo... —

Fairy Tail || VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora