El Plan

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Tomar decisiones cuando estas emocionado es mala idea, y cuando estas enojado, mucho peor.

Ayúdame Naruto - pidió mientras delgadas lágrimas resbalan por sus mejillas.

El rubio estaba en una encrucijada, si bien haría lo que fuera por su flor de cerezo, Hinata no merecía tal villania además que hacer eso significa traicionar al juramento que su madre le había hecho prometer "Mi hijo nunca jugara con los sentimientos de una mujer ¿verdad Naruto-kun?"

Sakura-chan...

Los ojos jade lo atraparon como la primera vez que la vio, su mirada era hipnotizante, no podría soportar verlos llenos de tristeza por más tiempo.

Que deseas para ayudarme - soltó directo - Necesito tu ayuda.

Tan directa como siempre, a Haruno Sakura la podia describir como una mente brillante, y pensamientos frívolos, era la maestra en crear planes.

En cambio el Namikaze era su peón, toda orden que recibiera el la acataria sin protestar, pero esta vez, era la primera en la que esta rogaba su ayuda.

Se mi novia Sakura-chan - contestó con las mejillas rojas - yo puedo amarte como el teme no lo hace ¡dattebayo!

Los orbes azules y jade coincidieron, con el corazón acelerado, el rubio tomó la mano de su eterno amor, ansioso de conocer su respuesta.

Solo dame la oportunidad de enamorarlo - añadió apartando la mirada de su amigo - Por favor, Naruto.

Sin perderla de vista, retiro su mano sigilosamente, en verdad ella nunca dejaría de insistir con él Uchiha.

No puedo hacer eso - agregó mientras miraba a un gran árbol de cereza - Hina-chan no lo merece.

En un rápido movimiento la pelirosa unió sus labios con los del oji azul, sorprendiendolo.

Si lo haces - dijo jadeante cerca a su oído - podemos intentarlo... A escondidas.

Aquella conversación llegó a su fin, no dejó clara su respuesta, después de todo, lo que ella le ofrecía le tentaba, pero no lo suficiente como para aceptar dañar a una amiga.

La acompañó hasta su casa, aunque ella viviera en el lado opuesto de donde él, nunca la dejaría sola.

Cuando llegó a su hogar casi al anochecer, vi el cuadro típico en su hogar, a su madre poniendo la mesa mientras su padre terminaba de asar el pollo.

¡Ya llegue! - anunció como siempre.

Bienvenido a casa, cariño - saludo su madre con la sonrisa de siempre.

Esa mujer era la persona más importante en su vida, aún más que Sakura Haruno, la amaba tanto, cuando supo que fue por causa suya que casi muere en el parto, se prometió a sí mismo que la protegería con su vida.

Ve a quitarte el uniforme - habló su padre desde la cocina con su típica sonrisa - hoy vienen tus abuelos a cenar.

Amaba su familia, le gustaba ver como su padre amaba y cuidaba de su esposa, un hombre y padre ejemplar, siempre sacaba tiempo para su familia a pesar de tener que dirigir una enorme compañía.

C-claro Otoosan - y corriendo subió al primer piso.

Mientras paso por el largo pasillo que daba a su habitación miró los retratos que colgaban de las paredes, en el se veía a su abuelo y abuela cargando a su padre, en otro a su familia entera tomando un día de campo, y por último estaba su madre y él sonriendo a la cámara.

La Extrañeza De Tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora