Planifier

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Plan

El primo de Jungkook se pasó el resto de la semana en casa de este último. Según dice su tía, luego de la lluvia torrencial que hubo en los primeros días de la semana, la casa se les llenó de agua, y no había forma de convivir en ese estado. Así que como buenas personas, sus padres alojaron a la pequeña familia en su hogar. De tal forma que, si antes ya parecían apretados por la casa pequeña que poseían, ahora lo estarían un poco más. Por ende, socializar, para mala suerte de Jeon, era pan de cada día. Si antes se veía reprendido al tomar el control remoto de la tele por su hermano menor, con su primo en la casa, era el doble de riesgo.
Así que últimamente se limitaba a estar encerrado en su habitación, aunque esta fuese ultrajada, de vez en cuando, por el hijo de su tía.

—¿Ahora qué estás buscando? —preguntó Jungkook, acomodando su cabellera castaña mientras sentía perder los nervios— ¿No que tus cosas están en un extremo de las mías?

—Estoy seguro que se traspapeló entre tus pertenencias.

—¿Por qué lo haría? No toqué nada tuyo.

El mayor de ambos rodó los ojos. Siguió revolviendo sin importarle las quejas de su primo.

—Seokjin, oye. Fijate donde tocas, ¿okey? No me gusta que esté todo dado vueltas. —Jungkoon siguió leyendo la revista entre sus manos— ya de por sí odio que toquen mis cosas. Ni sé por qué te lo permito.

Como respuesta, su ahora rubio primo hizo un ruido de afirmación mientras seguía revolviendo el lugar.

Minutos después, Seokjin tenía lo que buscaba en su mano derecha, luciendo triunfante mientras abría ese cuaderno y comenzaba a leerlo.

—¿Y? ¿Encontraste lo que buscabas? —preguntó Jungkook nuevamente, despegando los ojos de la revista y llevándolos hacia el rubio. Horrorizándose de prepo al ver que su diario estaba entre las manos de ese estúpido idiota que apodaba por Jin. —¡Seokjin! ¡Maldito desgraciado! ¿Que haces con eso?

El nombrado se levantó de su colchón improvisado con rapidez, subiendo su mano con el cuaderno lo más arriba posible de su cabeza para que su menor no pueda tomarlo. Era una realidad, que entre ambos, el más alto era SeokJin. Cosa de genes.

—Es algo curioso que con diecisiete años tengas un diario, Jungkook —soltó riendo, mientras su menor daba saltos repetidos para tomar su pertenecia—Juro que cuando buscaba, lo hacía a ciegas. ¡Y mira! Encontré tu diario.

El castaño, ya medio enojado pudo dar un salto y pegarse a la espalda de su primo como una garrapata. Seokjin pegó un grito que hubiese asustado a su madre si es que estaba en la casa. Al único que atrajo con la exclamación fue a Soobin, quien entró apresurado a la habitación, mirando con preocupación a ambos. Hasta que vio que era lo que pasaba.

—¡Ayúdame primo! ¡Quiere matarme! —Soobin no dijo nada y como llegó, se fue de la habitación cerrando detrás de sí.

—¡Seokjin! ¡Dámelo!

—¡No te lo daré!

—¡Que me lo des! —el castaño, ya cansado, se soltó de su primo y se sentó en su cama con los brazos cruzados. Con sus ojos intentaba matar al mayor, mientras apretaba su mandíbula con fuerza.

Seokjin no hizo más que rodar los ojos y tirarle el diario en su cara. Riendo cuando este, estratégicamente se abrió y pegó de lleno con las hojas en medio de la frente.

Tan cómico sin pretenderlo, es de familia...

—Se dice de nada, cerdo desagradecido.

—Si no quieres que golpee tu cara, vete de mi habitación —murmuró, revisando si todo el cuaderno estaba en su lugar. Por su lado, Seokjin solo se sentó en su colchón y lo quedó mirando.

—No me golpearás. Eso lo sabes.

Jungkook bufó en respuesta. Luego de un rato, el enojo parecía desaparecer para ser reemplazado por el nerviosismo. Los ojos del rubio parecían buscarle el alma para torturarlo. Como si supuera sus más íntimos secretos.

Y no se alejaba nada de la realidad. Literalmente había tocado su tesoro escondido. Ahora, el tema era saber si lo había leído.

—Así que...Taehyung eh.

Oh por Dios. No puedo creerlo.

—No sé de lo que hablas.

—Pero tu cuaderno si, picaron.

Jungkook le miró enojado:—Dejame en paz.

Seokjin frunció sus hombros, quitándole importancia al asunto. No contento con las respuestas del menor, siguió insistiendo luego de un minuto.

—Estás enamorado de él.

El castaño no contestó.

— Si no recuerdo mal, es tu mejor amigo. Que mal —exclamó, con pena fingida, mirándose las uñas— que lástima que te tenga en la friendzone, bro.

—Es más complicado que eso.

—Cierto que el rarito tiene amigos raritos.

Jungkook lo fulminó con la mirada—Cierra el pico, ¿okey? Nadie pidió tu opinión.

—Me pregunto por qué no lo intentas.

Esta vez, el menor lo miró enarcando una ceja.

—¿Intentar qué? Es mejor que no hables si no sabes, Jin. Tu voz me irrita.

—Ya sabes —comentó, ignorando las palabras de su primo— conquistarlo. O para ir más lento y a tu medida, podrías...insinuartele.

Jungkook se notó más interesado en la conversación. Aunque a primera instancia intentó que no viera sus sentimientos, SeokJin era muy observador. A parte, conocía a su primo como si lo hubiese criado.

—Sino quedará atascado en su amor platónico por Soobin.

—¿Cómo es qué sabes eso?

—Ay, Jungkook. Tienes sus nombres tachados en tu libreta. Puedes ser un poco obvio a veces.

Bueno, Kook podía lidiar con ello. Solo quería dejar en claro que el nombre de su amigo y su hermano no quedaban bien para nada. En cambio, Taehyung y Jungkook...

Era como leer el anhelo en esos nombres juntos.

—¿Qué debo hacer?

—Insinua tus intenciones. Ese es el plan.

Jungkook suspiró, pensando que quizás, las cosas no estaban tan perdidas como pensó.

Seductive reactions [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora