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No estaba para nada orientado cuando abrió sus ojos. Una punzada atravesaba su cien mientras sentía hormiguear el brazo sobre el que estaba todo su peso. Parpadeó varias veces, suspirando mientras veía las patas de las mesas y las sillas que le rodeaban. Giró su cuerpo hacia el otro costado, de forma que pudo visualizar el techo blanco del que reconocía como su salón de clase.
Estaba en el suelo y pudo saber el por qué cuando las imágenes recorrieron su mente.
Sus compañeros peleando...
Sus compañeros golpeando la mesa y casi llegando hasta él...
Luego, todo negro.
Se había desmayado en ese mismo lugar en el que despertó.
Respiró aliviado, soltando el aire que no sabía había retenido cuando repasaba sus recuerdos.
Hizo un esfuerzo, y a pesar del mareo, flexionó los brazos y levantó su espalda del suelo. Soltó una exclamación cuando de frente, Kim NamJoon estaba sentado sobre una de las mesas, a su lado estaba su padre con una expresión de preocupación.
-Hola, dormilón -le regaló una media sonrisa mientras le saludaba- hubo un pequeño altercado con tus compañeros hoy, ¿lo recuerdas? -solo asintió-bien, colapsaste pero no te preocupes porque nadie te movió.
-Lo sé. Gracias -murmuró.
-Hijo, ¿te duele algo? ¿Que puedo hacer por ti? -cuestionó ahora su padre.
-Me duele un poco la cabeza, pero no es nada grave.
-Tae, sabes como es el protocolo. Dentro de unos minutos vendrá la enfermera a revisarte.
-Pero no es nada grave.
Se sintió un poco nervioso. No era como si la enfermera le fuera a tocar, eran chequeos superficiales para ver como estaban sus sentidos, ya que los desvanecimientos no solían ser graves. Pero el tenerla cerca y pensar que podría olvidarse de su condición no lo dejaba tranquilo.
-Quizás, pero así son las cosas. Sea o no grave tenemos que eliminar posibilidades.
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-Señor Kim, no se preocupe. No fue ninguna molestia el venir aquí. Es parte de mi trabajo, además aprecio mucho a su hijo -comentó, estrechando su mano.
-De todas formas, muchas gracias. Llevaré a Taehyung a casa para que pueda descansar. Parece muy agotado.
-Lo sé. Un gusto hablar con usted nuevamente y por favor, considere lo que le dije hace unos minutos. Es de suma importancia -el señor Kim solamente asintió. Nuevamente se despidió de él y se dirigió hacia su hijo, quien estaba sentado en una silla del pasillo escolar. Cargó su mochila y se fueron a paso lento hacia la salida.
Kim Namjoon soltó un suspiro mientras se sentaba. Había charlado brevemente con Taehyung y quedaron que al día siguiente tendrían una sesión. Cada que pasaban situaciones como estas, Taehyung parecía aislarse un poco más. Era un enorme retroceso de un avance muy pequeño. Al doctor le estaba costando encontrar maneras para solucionar su fobia al tacto, y mucho más que su cerebro dejara de bloquear sus recuerdos cada que intentaba que los enfrente.
Si solo el señor Kim consideraba su propuesta y olvidaba el querer sacarlo de la escuela...
Se distrajo por un momento al ver a un chico alto y de cabello oscuro saliendo de la sala de directivos. Parecía pensativo, pero a la vez enojado. Por detrás de él salía un chico más bajo que trataba de tranquilizarlo un poco.
Cuando pasaron por su lado ninguno de los dos lo miró ya que estaban inmersos en su conversación.
-Ya escuchaste al director, estaba enterito.
-Lo sé pero quería verlo, Jimin. Al menos un segundo.
Le dió una palmada sobre su espalda para reconfortarlo.-Kook, quizás venga mañana. Puedes preguntarle cómo está.
El doctor parpadeó varias veces cuando escuchó como lo llamaba. Sin dudarlo, avanzó hacia ellos y llamó por su nombre antes de tocar su hombro.
-Jungkook? -el nombrado levantó la vista. Una incógnita pintada en todo su rostro.
-¿Lo conozco?
-En realidad no.-sonrió- Soy Kim Namjoon, un amigo de Taehyung -los ojos del menor se iluminaron fuertemento cuando escuchó ese nombre.
-¿de Tae?
-Si. De hecho, me habló mucho de ti en su momento -dijo, con un aire intrigante- pero no te hablo para revelar los secretos de mis amigos. Es más, toma -le tendió una tarjeta con sus datos. Nunca había tenido oportunidad de ver al ex amigo de su paciente, era algo que tenía pendiente desde antes. Solo que no tenía una escusa tan grande como para poder citarlo. Hasta ahora-quiero charlar contigo un momento. Por favor, cuando estés disponible llama a ese número.
El chico miró la tarjeta y luego a él.
-¿Es psicologo? ¿El psicólogo de Taehyung?
Namjoon solo asintió.
-Espero nos veamos pronto, Jungkook.
Se despidió de él y caminó hacia la dirección. Tenía una charla pendiente con el director, autorizada claro, por el padre del chico, para así iluminarlo en todo lo respectivo a su paciente.
Cuando se sentó frente a él las preguntas no tardaron en llegar.
-Sufre de hafefobia grave. Es el miedo persistente a ser tocado. Mayormente sucede con desconocidos, pero el caso es Taehyung es particular, y ni su padre puede tocarlo.
El director echó su espalda sobre el sillón.
-Si es tan grave tiene que deberse a un episodio traumático ¿O me equivoco?
El doctor negó, sorprendido al ver que se había informado sobre el tema-No se equivoca. Ocurrió cuando era un niño.
-¿Que fue? ¿Qué lo llevó a esto?
-Abuso sexual.-vio lamento en su mirada- Kim bloqueó sus recuerdos, por eso no comprende por qué su cuerpo reacciona de esa manera no natural, pero sabe que le ocurrió algo.
-Por favor, dígame al menos que el abusador está preso.
-Ya no puede hacerle nada. Está lejos. Enterrada bajo tierra.
[...]
Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Pido mil disculpas por la enorme tardanza al traerles este capítulo. Me tomé unos laargos meses. De verdad perdón, pero no estaba bien como para escribirles algo.
Y bueno, sobre el cap. Acaban de descubrirse un par de cosas. Lo demás va para más tarde.
Espero que les haya gustado. Alguna duda o algo pueden comentarlo que les respondo.
Si no captan por qué sucede todo esto, los invito a leer la historia de nuevo y sin culpa.
Un beso enorme! Se me cuidan!
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Seductive reactions [KookTae]
FanfictionTaehyung dejó de ser un chico común a los diez años. Desde ese momento, su vida cambió por completo. No recuerda ni sabe como llegó a esto, pero nadie, absolutamente nadie, podía tocarlo. Ni un abrazo, ni un beso, ni una caricia, mucho menos un roc...