Duele
Jungkook, a las malas, tuvo que salir de su cama para ir a comprar. Su madre no sabía qué le pasaba, pero lo notaba más desganado y sin el brillo de siempre en sus ojos. Hace una semana que se la pasaba en su habitación, había días en los que ni siquiera iba a la escuela. Y la única forma que encontraba la señora Jeon para verlo, era obligándolo a ir de compras y que baje a comer. Ni siquiera Soobin podía saber que le pasaba. Cada que el Jeon menor intentaba entrar a la habitación, era amenazado a muerte con un zapato.
Mejor, dejar que se arregle solo.
Cuando llegó al supermercado, desganado sacó la lista de su bolsillo y comenzó a buscar los alimentos. Uno por uno fue poniendo sobre el carrito de compras mientras avanzaba. Pasando por cada góndola y leyendo los títulos al azar de cada frasco para distraerse un poco.
Su depresión momentánea era demasiado notoria. Estaba más pálido de lo normal, y se movía como si sus huesos pesaran el doble de lo que podía llevar. El por qué de su estado deplorable, no hacía falta explicarlo.
Todavía le costaba entender como es que se desarrollaron las cosas. Cada que intentaba recordar el momento en donde su corazón se partía en partes iguales, su pecho se llenaba de algo que no podía describir. Todo lo recordaba como si fuese un sueño.
Mejor dicho, una maldita pesadilla que no tenía fin.
Pidió disculpas desinteresadamente cuando golpeó con su carro el de alguien más, causando un ruido fuerte que llamó la atención de varias personas cercanas a él. Intentó seguir con su camino, solo para pensar en lo desgraciado que venía siendo en este último tiempo, pero no pudo cometer su meta ya que el carro de la otra persona seguía delante.
Entonces, cuando iba a preguntar que sucedía, vió de quién se trataba.
-Holis.
El chico con el que se cruzó en el salón de Taehyung estaba frente a él, mirandole apenado y un poco confundido. Jungkook sostuvo su respiración, sin saber que decir.
-Hola.
La situación se había vuelto incómoda de repente. La confianza que el desconocido había tenido en la escuela parecía escondida por algún lado de ese pequeño cuerpo. Entrecerraba los ojos, como si buscara algo en la presencia de Jungkook, y luego los abría normalmente, quizás pensando que el otro no se daba cuenta, pero asintiendo levemente, como si hubiese encontrado las respuestas que buscaba.
-Antes que nada, lo siento -se disculpó, viendo que el castaño no tenía intenciones de hablar ni de marcharse- estaba distraído. Aunque tu pareces estar igual o peor que yo.
Jungkook frunció el ceño, poniéndose a la defensiva de repente.
-Ya te pedí disculpas.
El otro cambió su expresión neutra a una sorprendida, levantando sus manos al aire, como si buscara demostrar su inocencia en algo.
-No he dicho lo contrario. Solo me refería a como te ves. ¿Te sientes bien?
El castaño bufó, sintiéndose presionado.
Por razones como estas era que se encerraba en su habitación. Si iba a explotar con su malhumor, prefería hacerlo contra una almohada, mientras le repetía a su corazón que todo iría bien. Pero como siempre, las cosas no le salían bien. Por eso no pudo detener la lengua al responderle.
-¿Y qué te importa? Ni siquiera sé tu jodido nombre como para tanta confianza.
-Uy, para qué pregunto si es tan obvio -dice, con tono cantarín mientras palmea su frente suavemente- y mi nombre es Jimin. Ahora, ¿Quieres hablar de lo que te molesta?
-Me largo.
Jungkook intentó mover su carro, un poco molesto. Parecía que ese tal Jimin se burlaba de él. Y el castaño no estaba para aguantar nada.
¿Acaso nadie entendía que quería volver a su hogar y llorar como bebé hasta dormirse? Tampoco entendía la insistencia de ese chico en saber lo que le pasaba. ¿Lo estaba tomando como modo de entretenimiento? ¿Eso era?
-Oye oye -el rubio se interpuso nuevamente- espera. Solo quiero saber cómo estás y cómo te fue con Kim.
Jungkook se lo quedó mirando con seriedad. JiMin se arrepintió de ser insistente cuando vió sus ojos llenarse de lágrimas. Ahora mismo quería darse la vuelta y marcharse por donde vino, pero su parte racional le impedía dejar a esa persona sufriendo como lo estaba haciendo.
No era su intención agrandar su herida, pero desde que chocaron los carros notó que Jungkook estaba mal. Y no pudo sacarse la cara de Taehyung de su mente hasta que lo nombró y lo vió derrumbarse allí mismo.
No quería darse cuenta. Pero cuando lo vió colocando ese regalo en la mesa de su compañero, infinitos recuerdos llegaron a su mente. Y desde ese entonces, no evitó pensar en la resolución de las cosas entre ambos chicos desconocidos.
Ahora lo sabía. Y su corazón le pedía a gritos ayudar a la parte más afectada de todas.
-Duele -soltó sin más Jungkook, secando una de sus lágrimas.
El rubio sonrió, comprensivo.
-Lo sé.
Y jimin lo sabía. Claro que lo sabía. Sino, jamás hubiese reconocido que Jungkook era la viva imagen de aquel chico que tanto lastimó en el pasado.
[>>>]
Holis.
Acá dejando mi nota de autora sobre este capítulo.Primer dato:
Iba a ser un capítulo más largo, sin embargo, como planee que los caps fueran hasta de mil palabras, más si era necesario, lo corté antes de que lo superara.
Igual, lo que sigue viene bien para otro capítulo.Segundo dato:
Ese [>>>] significa que el capítulo sigue en la misma escena. Creo que lo dejé en uno de los primeros caps. Para tenerlo en cuenta, nada más.Tercer dato:
Más que dato es preguntarle sobre la historia.
¿Les va gustando? Si tienen alguna crítica, ven algún error ortográfico, o si no entienden algo, pueden dejarlo en los comentarios. Yo con gusto respondo :bNada más que decir, me despido! Nos vemos en la próxima actualización.
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Seductive reactions [KookTae]
FanfictionTaehyung dejó de ser un chico común a los diez años. Desde ese momento, su vida cambió por completo. No recuerda ni sabe como llegó a esto, pero nadie, absolutamente nadie, podía tocarlo. Ni un abrazo, ni un beso, ni una caricia, mucho menos un roc...