Thérapie

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Terapia

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Terapia

Taehyung estaba acostado sobre el diván de aquella oficina de colores cálidos. Quién lo viera, diría que su segundo nombre era confianza, porque se lo notaba con una paz y tranquilidad innata en toda su expresión. Pero tiempo atrás, ya casi un año y medio de ello, las cosas fueron diferentes. Y es que al pelinegro, a pesar de cinco largos años estando con el nuevo terapeuta, le había costado dejar atrás esa paranoia, de verse sorprendido por alguna mano tocando su cuerpo. Nadie culpaba su miedo, al fin y al cabo, aquellos doctores a los que fue a parar, utilizaron métodos un tanto extremistas para su condición. Que le causaron más pavor del que guardaba en su alma. De todas formas, su padre supo conseguir a alguien mejor. Este hombre se llama Kim Namjoon, quien aparenta unos treinta años de edad, un psicólogo clínico y social especializado en el conductismo, siendo uno de los mejores y más jóvenes terapeutas del país.  Algo que le sorprendía a Taehyung, era su edad. No podía creer que alguien que no sobrepasaba los treinta y cinco años tuviera semejantes títulos y nombramientos. Pero era lo que era. Aún sin haber terminado parte de su carrera, Tae había llegado a él como una urgencia. Y aunque no tenía un comprobante que asegurase su título, fue recomendado en mitad de sus estudios como uno de los mejores alumnos de la universidad de psicología. Simplemente, el menor y el doctor habían pasado gran parte de sus vivencias juntos. Y aunque en un principio costó la comodidad y la confianza, luego de mucho trabajo, Namjoon pudo hacerse un pequeño amigo.

—¿Qué tanto mirás? —le cuestionó el doctor, observando como su paciente miraba el techo color vainilla que los cubría, ignorandolo completamente— ¿el techo está sucio?

Tae solo negó, esta vez, girando su cabeza hacia su mayor mientras colocaba sus manos entrelazadas sobre su estómago.

—No.

—¿Entonces?

—Estaba pensando.

NamJoon lo miró sobre sus gafas de pasta gruesa, levantando una ceja en el acto:— ¿Me harás sacarte las palabras de a una? Mira que hoy nos toca la hora y media. Y ni siquiera pasaron diez minutos desde que llegaste.

—Mm... —el chico volvió su vista al techo.

—Taehyung.

—¿Qué?

—Cuando estás así de pensativo, suele ser por dos cosas. Tu padre volvió a tocarte sin querer o es por tu amigo. Aunque me decanto más por la segunda. Me apetece hablar un poco sobre él.

Esta vez Taehyung se incorporó, dándole la razón a su doctor. No siempre ponía esa cara de perrito mojado.

A simple vista, su paciente podía parecer un chico normal ante todo. Callado, tímido, con gustos, disgustos y virtudes. Nada que otro adolescente no tuviera o fuese en su vida. Pero cuando hablabas de tocar o ser tocado, era otra cosa. Tae se volvía retraído en su mejor expresión. Y eso, era algo de lo que le costaba salir. Pero para eso estaba él, para ayudar a eliminar esos miedos que lo limitaban.

—Es por Jungkook.

—Lo sabia —Namjoon le regaló una sonrisa, anotando en su libreta como siempre que Tae hablaba— cuéntame entonces. ¿Pelearon?

—No. Es decir, tuvimos una discusión —Taehyung rascó su nuca. Así se ponía cada que debía hablar de la relación con su amigo. Era algo que prefería mantener en privado. Pensaba que no era una amistad convencional como las demás. Siempre había algo en él que volvía las cosas diferentes— o algo así.

—¿Dijo cosas que te hirieron?

Esta vez negó con la cabeza—: Es algo que me inquieta. Y parece que a él también. Yo no sé como lidiar con ello.

—Especificamente, ¿Qué es lo que te dijo? ¿Y cómo lo dijo?

—Tiene miedo de que nos alejemos —apretó sus manos sobre su regazo— quiere saber como reaccionaría si me toca. Sonaba desesperado, y con miedo. No lo sé.

—¿Y tú que le respondiste?

Tae vio de reojo como anotaba algo en su libreta:— que confíe en mí ¿Qué más podría decirle? Pero a pesar de ello, una parte de mi siente que no le soy sincero del todo. En realidad no lo soy. No sabe como reacciona mi cuerpo cuando alguien me toca. Tampoco sabe lo asqueroso que me siento cuando reacciono de esa forma. —baja la cabeza, sintiendo la vergüenza pesar en sus hombros— Y de igual manera, aunque con la mayoría siento que es innecesario, tengo la necesidad de ir y dejar que me abrace. Siento que le debo mucho.

Su doctor le quedó mirando, antes de seguir escribiendo sobre el papel:— Entonces, ¿Esa necesidad se basa más por él que por ti? ¿Dejarías que te toque solo porque sientes que le debes algo?

—Si...no. Realmente no lo sé.

—Eso es algo que debes averiguar, Taehyung. Si es por ti, no hay dudas de que es un buen presagio. Quizás encuentres una manera de saber por qué reaccionas así. Sin embargo, si lo haces porque te sientes culpable de no ser alguien normal para tu amigo, debo decirte que volveremos al inicio de todo —quitó sus gafas y las dejó sobre su escritorio— debo dejarte en claro, que tampoco es sano que un amigo te presione, Tae.

El nombrado abrió los ojos con sorpresa, negando repetidas veces con la cabeza.

—No, Doctor. Jungkook no me presiona. Él es un buen chico. No quise que mi palabra se malinterprete. Todo lo contrario —suspiró— siento que yo soy malo para él. Siempre lo tengo en un límite. Que en cualquier momento lo voy a cansar y me dejará. Que puedo lastimarlo por la distancia que pongo entre ambos. Temo que lo interprete de una forma errónea, y piense que no confío en él. —tae tomó su cabeza entre sus manos, respirando aceleradamente de repente— siento que es un mal sueño, porque lentamente todo lo malo se está volviendo realidad.

—Calmate, Taehyung. Respira hondo. Tranquilízate.

El pelinegro hizo caso a sus palabras.

—Es normal que afrontes esos miedos. Creo que hablamos de esto antes. Tener amigos es algo ya de por sí complejo. Se necesita de un compromiso por las dos partes. Jungkook desde un principio supo cuales eran las limitaciones y aún así se quedó a tu lado. No me cabe duda de que lo último que hará será alejarse de ti. —Namjoon soltó una risa corta, observando como su paciente volvía a la normalidad de su respiración. —en un principio, pensé que pasaba algo más que una amistad entre los dos. Pero tema a parte, Tae, no creo que haya algo que temer hasta que de verdad no te diga que eso pasará. Y si eso pasa —El doctor frunció sus hombros, como si le quitara importancia al asunto— aquí me tienes a mi para ser tu confidente.

Taehyung rio leve.

—¿No que ya lo eras? —preguntó, ignorando de forma monumental aquella conclusión que su doctor había hecho. Soltó un suspiro— Jungkook, mi padre y usted, me mantienen los pies sobre la tierra. Yo...en verdad no sabría que hacer sin ustedes.

—En mi caso, ¿Conseguir a un nuevo doctor?

El pelinegro volvió a reír por su ocurrencia.

—Jamás.

—Eso pensé —dijo el hombre, regalándole una sonrisa con hoyuelos pronunciados.

—Gracias, Doctor.

Seductive reactions [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora