3. Frederick & Manolo

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LuzuPlayMonth 2020

[03/04]

- Universo canon -

-Obra divina.

No sabe si es cosa de los dioses o de la hermandad oscura, pero que lo primero que vio esta mañana al entrar al cuarto de su primer hijo-mascota sea a un cerdo en vez de un pollo no le hace ni una pizca de gracia. Le iba a dar un espadazo solo para desquitarse pero el pañuelo celeste que tiene alrededor del cuello le trae recuerdos fugases del hombre que vive en la colina llena de lava; no es cualquier cerdo, es Manolo.

—Joder con las bromitas —se queja, el gruñido de manolo le llama la atención, se agacha a su altura y le acaricia detrás de la oreja, recuerda que Luzu lo hacía antes.

Cuando hablaban casi a diario.

—¿Cómo está tu dueño, eh? —le pregunta al cerdo y solo recibe un gruñido nasal de su parte, mira alrededor e incluso llama a Frederick para ver si está por el lugar.

Poco pasa para que sus neuronas hagan sinapsis y concluya que si Manolo ha aparecido por arte de magia en su casa inexpugnable, la probabilidad de que Frederick esté en casa de Luzu aumenta bastante.

.

En lo alto de la colina rodeada de lava, el piso principal de Luzu se encontraba repleto de huevos, mientras que el pollo de nombre Frederick descansaba plácidamente en el sofá del castaño, sin preocupaciones, hasta se le puede escuchar roncar por lo bajo, si es que eso era posible.

Luzu se había despertado como todas las mañanas a darle el desayuno a sus mascotas comenzando por Manolo, lleno el plato con comida para cerdo y casi cae con uno de los huevos que estaban por ahí.

—¿Pero qué cojones? —se queja, su mirada recorre todo su piso cubierto con huevos y plumas. —¿Frederick?

El pollo se despierta y con una felicidad enorme corre hacia Luzu, moviendo sus alas en forma de saludo. Mira alrededor a ver si Manolo aparece por ahí, al no encontrarlo deja escapar un largo suspiro, abrió sus brazos y se permitió abrazar a Frederick al cual no veía desde hace muchísimo tiempo.

También sabe que debe devolvérselo a su dueño antes de que este tome represalias contra el pueblo, Auron es demasiado sobreprotector con sus mascotas.

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En cosa de minutos, ambos habían salido ya de sus casas con las mascotas del contrario bajo su brazo. Auron logró ver la figura de Luzu bajando de mala gana la escalera y a su hijo-mascota bastante alegre, inconscientemente sonrió al verlo después de varios días.

Hace poco las cosas se habían arreglado más o menos entre ellos, se habían topado un par de veces más en el pueblo y Auron pudo respirar tranquilo al no recibir una mirada de desaprobación de su parte por fin.

—¡Luzu! —le saludo como siempre, alargando la 'u' al final, ganándose la atención del castaño y también de Frederick quien saltó de los brazos del hombre para correr hacia su padre-dueño.

—¿Sabes que ha pasado? —cuestiona Luzu agachándose para acariciar la cabeza de Manolo quien le gruñe feliz de verle de nuevo.

—No tengo idea.

—No había nota así que la hermandad oscura no es —recordó Luzu, antes ya le habían secuestrado a Manolo, ellos tenían un modus operandi marcado.

Además, hace tiempo que no tenían noticias de ellos.

—Nos queda algún gracioso de por aquí o —hace una pausa, dándole trigo a su niño emplumado, y camina para quedar más cerca de Luzu, agachándose a su lado, como si quisiera contarle algún secreto. El castaño le mira en espera a que continúe con la idea —... Los Dioses.

—¿Qué dices?

—A mi casa no pueden entrar, es inexpugnable —le aclara señalando su hogar muy orgulloso de haberse apropiado de aquella palabra. —, y tu casa es una fortaleza llena de torretas.

—Tú lograste llenarla de agua una vez.

—Y fue muy gracioso, pero ese no es tema —le dedica una pequeña risa por la travesura de antes, a lo que Luzu rueda los ojos. —, me refiero dentro, nunca dejas a Manolo sin protección.

Bien lo sabe Auron, en sus inicios cuando visitaba a Luzu notaba como a pesar de la poca seguridad, desde el secuestro de Manolo, jamás de los jamases lo había dejado al alcance de cualquiera. Sus cultivos, su jardín, su ganado, todo fue atacado pero Manolo no recibió ningún daño después de aquel mal suceso.

—Okay, tienes un punto ahí —Luzu lleva su mano a su mentón y comienza a unir piezas, para entrar a su casa directamente no se puede y ha probado maneras de hacerlo con los bug o trucos que no atenten contra las reglas de Karmaland. —, no entiendo por qué los Dioses harían algo así.

No había un motivo detrás, no parece un castigo, no hubo alguna prueba para recuperar a sus mascotas-hijos. Nada tenía sentido, Auron se encogió de hombros.

—Mejor para mí —admite sin darle demasiadas vueltas.

—Ah, supongo que sí —responde el otro, se levanta del suelo por fin y amarra con una cuerda a Manolo. —, bueno, tengo que ir a dejarlo a casa antes de que le pase algo.

—Lo mismo digo —Auron le imita, dando media vuelta sobre sus talones para ir a su hogar, pero antes de dar el paso una idea fugaz se cruza por su mente. —¿Tienes algo que hacer hoy, Luzu?

—No, nada importante —responde más rápido de lo que debía, a pesar de que la pregunta le vino de improvisto.

—Perfecto, vamos a dar una vuelta por ahí.

Y una sonrisa bastante ancha se forma en su rostro. Por momentos, Luzu puede ver el verdadero rostro de Auron a través de aquella capa de masa naranja.

—Suena bien.

—En media hora aquí.

—Claro, Auron.

Y con eso dicho ambos chicos se marcharon a sus hogares bastante ansiosos por la salida de esa tarde, el tema de por qué demonios sus mascotas habían aparecido en la casa del otro así de gratis no asomo sus mentes, ahora había algo más importante.

Saldrían juntos.

Y los Dioses, desde su cielo, observaron cómo su pequeña travesura del día se concretaba de manera exitosa.

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Bueno, día 3, espero que vaya todo bien para el resto de días~ 

Everyday [LuzuPlay Month]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora