𝟑𝟎 𝐃í𝑎𝑠 𝐎𝐓𝐏 ⁺¹⁸: 𝓟𝑜𝑝𝓚𝑒𝑑𝑎.​​​​​​​​

Día 5

Se abrazó de la espalda de Popee mientras él lo penetraba con fuerza y Kedamono gemía alto debido a él placer que sentía, su cuerpo estaba caliente y su miembro dolía de forma leve aunque placentera.

—¡Aah~ Popee s-se siente muy bien~! —gimió con lujuria.

—Ah~ Keda, te haré sentir mejor —respondió Popee mientras aumentaba la velocidad de sus embestidas sacando más gritos y gemidos de Kedamono diciendo su nombre, Kedamono estaba gozando esto, y no quería parar, quería estar en ese momento durante mucho tiempo más, pero como el mundo y la naturaleza cruel que es...

Despertó del sueño que tenía, maldiciendo no haber llegado a la mejor parte de este, y como siempre esto tuvo su consecuencia, estaba duro, comenzó a masturbarse imaginando a su novio y en lo bien que se sentiría hacer es tipo de cosas con el, pero no contaba con que él rubio llegase.

—¿Keda, ya estas —corto la pregunta al ver que Kedamono hacía —despierto...

     La situación actual era incomoda, bastante incómoda, Kedamono estaba avergonzado y Popee estaba sin palabras, si bien Kedamono no era la primera vez el lobo tenía sueños húmedos con Popee y que su cuerpo reaccionase ante ello –y el que ahora sean novios y sepa lo que es ser besado y "marcado" por el rubio solo hacia sus sueños más constantes y mejores que antes–, nunca había sido descubierto en pleno acto. y que fuese precisamente el "causante" de ello hacía que Kedamono rogara porque la tierra se lo tragase.

—Keda... ¿por que... tienes...

—¡¡LO PUEDO EXPLICAR!!, ¡¡y-yo solo estaba dormido y lu-luego sentí calor —balbuceos salían de Kedamono y de lo poco que el rubio entendía solo eran excusas incoherentes que poco o nada tenían que ver con el tema.

—Y e-entonces vino la tarta y se-se comió a la hormiga y salió volando y... Bueno eh... Mierda —dijo lo ultimo susurrando y suspirando para sí mismo.

—Perdón yo solo estaba... teniendo un sueño de, ya sabes...

—¿Con quien? —preguntó el rubio molesto, los celos comenzaban de nuevo pero eso nuevamente pasó por desapercibido por el antropomorfo.

—Contigo... —confesó el lobo abochornado, por otro lado Popee más que sentirse avergonzado por la confesión del antropomorfo, se sintió alagado y curioso de saber que "tanto" hacían en ese sueño y mientras lo imaginaba se le ocurrió una gran idea, con una sonrisa lasciva se acercó a la cama del lobo y se subió a ella, y como un cazador a su presa, gateó hasta su pareja quien más nervioso no podía estar ahora.

—¿Conmigo eh? —dijo juguetón acercando su cara y acariciando el pecho de Kedamono sintiendo su corazón latir muy rápido y deslizarla hasta su miembro ya no muy erecto y comienza a acariciarlo lentamente.

—¡¿Popee qué haces?!— gimió sorprendido sintiendo su excitación volver y como esto tenía consecuencia para su miembro.

—¿Que no es obvio? te estoy ayudando
mi amor —respondió Popee lujuriosamente para besar a Kedamono con pasión y deseo, sacó el miembro del lobo de sus shorts sintiendo como nuevamente estaba erecto, deseoso de la atención que el rubio le daba.

La mano de Popee se deslizaba de arriba hacia bajo y viceversa apretándolo suavemente excitando más a Kedamono y haciéndolo gemir y jadear de placer, esto superaba cualquier sueño que haya tenido hasta ahora, la realidad supera a la ficción, aquella frase describía lo que Kedamono sentía en este satisfactorio momento.

     Aumentó la velocidad con la que masturbaba a Kedamono, quien sacaba más gemidos diciendo el nombre de quien le proporcionaba tanto placer.

—P-Popee mhg~ yo me-aah~ Ah~ —Kedamono sintió un orgasmo increíble y se vino en la mano de Popee, mientras regulaba su respiración, el rubio limpiaba su mano con un pañuelo.

—Gracias Popee...

—No hay problema, ahora cámbiate y nos vemos afuera. Y Keda...

—¿S-si? —Popee se acercó a su oído izquierdo.

—Si tienes ganas de hacer estas cosas conmigo, solo tienes que decirlo —Dijo con voz baja y juguetona mordiendo suavemente la oreja del lobo quien soltó un gemido leve y tuvo un escalofrío en su espalda, el rubio se levantó de la cama y dio un guiño antes de salir de la carpa, Kedamono vio el techo de la carpa mientras pensaba aquello que Popee acaba de decir «¿Será verdad?» el solo pensar que si, le hacia excitarse de nuevo.