Capítulo 9

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Sakura estaba al borde del colapso, con el invierno se habían disparado los casos de gripe y neumonía en la ciudad, estuvo trabajando sin descanso toda la semana e incluso había tenido que cubrir horas extra como castigo de Tsunade por haber faltado aquel día.

Aquel día.. no podía parar de recordarlo, a veces se sorprendía a sí misma soñando despierta con sus besos y añorando las caricias de sus grandes y varoniles manos en su cuerpo. No podía dejar de pensar en él, incluso se había arrepentido de haber destruido el número pero ya no podía hacer nada más, sólo seguir trabajando y rogar para olvidarlo pronto.

Se encontraba en su oficina llenando historias clínicas, desde que ascendió a jefa del departamento de cirugía tenía que hacer todo el papeleo de su equipo de médicos internos, era agotador pero estaba agradecida de poder sentarse unas horas al día y no tener que pasar tanto tiempo en el quirófano.

Alguien tocó a su puerta, era Hinata, aunque tenía que cubrir turnos de 12 horas se veía igual de dulce y radiante que siempre.

—Buenos días Sakura —saludó con una tierna sonrisa.

—¡Hinata! Qué gusto que estés aquí, desde que trasladaron el pabellón de enfermería no puedo verte mucho por estos lares.

—Intentaré venir más seguido a saludarte —respondió aún sonriendo—. Sakura, Tsunade quiere verte en su oficina, no me dijo para qué.

—Gracias, Hinata —respondió guardando los archivos que tenía abiertos— ¿Te veo luego para almorzar?

—Cuenta con ello.

Sakura se levantó y se despidió de Hinata dándole un abrazo.

Al llegar a la oficina de Tsunade notó que estaba más atareada de papeles que nunca, sintió lástima por ella, no debía ser fácil llevar la contabilidad del hospital.

—Sakura, necesito hablar contigo —Tsunade se veía seria, aunque su temperamento siempre había sido fuerte había algo diferente esta vez.

—¿De qué se trata? —preguntó casualmente mientras se sentaba frente a ella.

—Estoy pensando en vender parte de las acciones del hospital.

Sakura no entendía mucho de economía, pero debía ser algo serio si Tsunade la había llamado para comentarlo.

—Entiendo, pero.. ¿Qué tiene que ver conmigo? —preguntó confundida.

—Sakura, eres como una hija para mí.. y ya que soy tu tutora legal decidí darte un porcentaje de las acciones hace un par de años.

Se sentía aún más confundida ¿Qué significaba eso?

Tsunade notó que no estaba entendiendo y exhaló, se estaba acabando su paciencia.

—En resumidas palabras, tienes voz y voto en las decisiones que se tomen respecto al manejo del hospital. No te estoy pidiendo que lo hagas, eres médica, no administradora, pero quiero que estés presente en la junta de hoy y me digas qué opinas.

—¿Pero por qué yo? —preguntó.

—Sé que no sabes nada de negocios, pero no hay nadie en quien confíe más que en ti.

—Gracias, Shishou. Ahí estaré.

Sakura salió de la oficina, estaba feliz de que Tsunade confiara en ella de esa forma aunque no entendiera ni una palabra de economía.

Aún tenía media hora hasta la junta así que iría por un café, se lavaría la cara y retocaría su maquillaje, apenas eran las 10 y ya se sentía somnolienta.

Entró al baño y se organizó bien, trató de verse bonita y arreglada, ajustó su falda negra de tubo, subió las mangas de su camisa hasta los codos para darle un toque más informal y cambió su bata por una más limpia, quería causar una buena impresión en la junta, no que vieran su cara de cansancio. Su cabello caía delicadamente sobre sus hombros, no necesitaba mucho trabajo así que sólo lo peinó con sus dedos. Aplicó una ligera capa de polvo compacto, mascara de pestañas y unos cuantos toques de tinta de labios roja.

Compró su café y se dirigió a la sala de reuniones, habían llegado ya la mayoría ejecutivos. Era gente con bastante poder e influencia, algunos de ellos ya los había visto antes y otros incluso la saludaron. Tsunade estaba al fondo del lugar hablando con alguien que no reconoció a primera vista, se dirigió a donde ella y sintió su corazón salir de su pecho cuando lo vio, ahí estaba Sasuke, tan elegante y guapo como la última vez que lo había visto. De repente el mundo había comenzado a dar vueltas y su visión a tornarse borrosa.

—Sakura, qué bueno que ya llegaste. La junta comenzará en breve, por favor siéntate aquí a mi lado —dijo Tsunade para luego retomar su conversación con Sasuke.

No escuchó una sola palabra de lo que dijo, tomó asiento porque sus piernas habían comenzado a temblar, estaba en shock, no podía creer que ahí estaba delante de ella. No sólo eso, tenía un traje negro que lucía carísimo que sólo lo hacía ver mil veces más atractivo.

«¿Qué se supone que tiene que ver su cadena hotelera con un hospital?», Las preguntas estaban inundando su cabeza, no entendía nada, quería huir de ahí pero no podía decepcionar a quien consideraba su madre.

La sala consistía de una mesa redonda, en la que casualmente Sasuke decidió sentarse al frente de ella. Sus miradas se cruzaron por unos segundos, si él estaba sorprendido de verla lo había escondido muy bien porque su expresión era tan rígida como la de una roca. No denotaba ningún sentimiento más que seriedad, incluso parecía aburrido de estar ahí.

Decidió ignorarlo, no podía dejarle ver lo nerviosa que estaba, clavó su mirada en el vaso de café e hizo su mayor esfuerzo por escuchar los puntos de la reunión.

Por lo que entendió, la compañía de Sasuke estaba yendo más allá de hoteles y estaban en búsqueda de adquirir nuevos proyectos, entre ellos el hospital. Si Tsunade decidía vender una parte de las acciones comenzarían a recibir financiación para mejores instalaciones y más implementos médicos, pero las ganancias serían divididas y una parte irían a parar a Sasuke.

Después de lo que pareció para Sakura una eternidad de horas de discusión entre ambas partes, Tsunade terminó la junta diciendo que necesitaba tiempo para pensarlo y le pidió a Sasuke volver al día siguiente.

Todo el mundo se puso de pie y comenzaron a salir, Sakura le dirigió una última mirada, él le respondió con una media sonrisa que parecía cargada de arrogancia y desapareció sin más tras la puerta.

—¿Estás bien? No dijiste una sola palabra durante toda la reunión —preguntó Tsunade cuando finalmente estuvieron solas.

—Lo siento, realmente no sabía qué decir —no podía contarle que en realidad su mente estaba a kilómetros de ahí, específicamente en la cama del Uchiha.

—Sé que algo te sucede, pero lo dejaré pasar por ahora —dijo como si tuviera la habilidad de leer su mente— ¿Qué opinas de todo esto?

—Estás vieja, Tsunade, no vas a poder seguir con esto tú sola. Eres la mejor médica del mundo y no deberías desperdiciar tu talento estando sentada detrás de un escritorio. Deja que ese tipo se encargue de la administración y vuelve conmigo al quirófano —hizo su mayor esfuerzo por decir algo sensato, para eso la había llamado Tsunade a la reunión.

—Debería golpearte ahora mismo por decirme vieja pero tienes razón. Aún tengo mucho que pensar, mañana sabrás mi decisión —dijo finalmente y se retiró a su oficina.

Sakura quería gritar, agradeció a todos los dioses por haberle permitido conservar la compostura y no haber perdido los estribos delante de él, por no haber enloquecido cuando lo vio hablar con tal propiedad sobre su proyecto, se veía sumamente sexy y su voz dominante sólo dejaba en claro la seguridad que tenía en sí mismo. Ese hombre lograba atraerla con su sola existencia.

Estaba feliz de verlo pero él no estaba feliz de verla a ella. No sabía cómo sentirse en ese momento, todo había pasado demasiado rápido y se sentía como una cachetada en la cara.

Al llegar a su oficina se sintió con ganas de gritar de nuevo, había una pequeña nota pegada en la puerta.

"No puedo esperar a volver a verte mañana"

Necesidad de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora