Capítulo 33

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Sakura miró al techo en busca de palabras. Habían terminado de follar hace 20 minutos que fue lo que tardaron en limpiarse y recuperar el aliento. 20 minutos en los que no había dejado de pensar cómo decir lo que tenía en mente.

—Me estás preocupando.. ¿Tan malo fue?—preguntó Sasuke con evidente preocupación.

—¿Qué? ¡No! Esto no tiene nada que ver con el sexo que por cierto fue maravilloso —dijo ella pasando una mano por su ahora muy despeinado cabello.

—Tiene que ver con lo que querías hablar ayer. Sólo dilo, puedo soportarlo.

Sakura se mordió el labio y sacó su laptop de su maletín.

—Verás.. Creo que sé cómo ayudarlas.

Sasuke no tuvo que preguntar a quiénes. De inmediato captó a qué se refería y no le estaba gustando para nada el rumbo que iba a tomar la conversación. Sus cejas se unieron y toda su expresión denotaba molestia.

—Habla.

Sakura tragó saliva con dificultad, tendría que volver a mentirle y se sentía sumamente culpable por hacerlo.

—Estuve practicando con mi chakra y creo poder ayudarlas a despertar.

Con practicando se refería a haberlo hecho sólo una vez. Con su hermano moribundo. Dios, todo estaba absolutamente mal. Al ver la confundida expresión de Sasuke supo que tendría que explicarse mejor.

—No sé muy bien cómo explicarlo.. —hizo una pausa para tomar aire— Puedo curar con mi chakra.

—Sakura si esto es una broma..

—¡No! —interrumpió gritando— No es una broma, puedo probarlo.

Caminó hasta su escritorio y ubicó el cajón donde guardaba todo su material quirúrgico de repuesto para tomar un bisturí, luego volvió al sillón y llena de nervios dobló una de las mangas de su camisa para evitar mancharla. Sasuke no tardó en comprender lo que estaba a punto de hacer y la detuvo segundos antes de que el metal hiciera contacto con la palma de su mano.

—¿Qué crees que estás haciendo? —inquirió casi furioso.

—Probando que digo la verdad.

—¿¡Haciéndote daño a ti misma!?

—Sasuke.. sólo déjame, confía en mí.

Él la soltó a regañadientes y observó aterrado cómo Sakura cortaba su propia piel, era una herida profunda y la sangre comenzó a salir rápidamente. Definitivamente tenía que valer la pena para que ella hiciera algo así.

Sakura ignoró el dolor y posó su otra mano sobre la herida, la había hecho profunda a propósito sólo para dar más credibilidad a lo que estaba a punto de hacer. Rogando para recordar bien lo que hizo con Itachi se concentró en regenerarse a sí misma. Soltó un suspiro de alivio cuando la tenue luz verde se manifestó, cerrando poco a poco el corte y quedando solo sangre que se apresuró a limpiar.

Decir que Sasuke se quedó atónito era poco, no dijo una sola palabra ni demostró expresión más allá de asombro. Su semblante estaba tan rígido como una pared, cosa que preocupó a Sakura ¿Acaso había hecho algo malo?

Sasuke parecía tan desconcertado como ella. Sólo que por obvias razones a él le afectaba más.

—Sakura.. no estoy muy seguro de querer que ellas despierten. No quiero que se repita lo de Karin, las cosas podrían terminar muy mal para mí.

—Lo sé, no tienes que decirlo, ya lo había pensado —admitió Sakura.

—¿Qué?

—Creo que puedo manipular sus cerebros de modo que no recuerden lo ocurrido.. No es que me sienta orgullosa de ello pero creo que es lo mejor para todos. Ellas merecen ser libres.

Sasuke apoyó sus codos en sus rodillas y sostuvo su cabeza en sus manos.

—Sakura...

—Sólo necesito tu ayuda, Sasuke —comenzó a navegar en su laptop—. Tengo acceso a la base de datos completa de pacientes de toda la ciudad. Se supone que fue hecha sólo con fines investigativos así que no hay ningún nombre pero puedo aplicar varios filtros para encontrarlas.

—Sakura... —susurró.

—Igual eso no es problema, después de todo no sabes cómo se llaman. Sería un largo trabajo pero sé que puedo lograrlo. Tu papel es el más importante ya que eres tú quien debe identificarl..

—¡Sakura! —espetó fuertemente interrumpiéndola.

Sakura se detuvo en seco y lo miró expectante.

—No —dijo Sasuke de manera fría y sin emociones.

—¿No? —la dureza de Sasuke se había sentido como una bofetada.

—No puedo permitir que lo hagas.

—Pero..

—¡Pero nada, Sakura! —gritó—. No puedo permitir que te involucres. No puedo permitir que seas tú quien enmiende mis errores. No puedes pagar por mis pecados y no mereces sufrir por mi culpa..

La bofetada ahora se sentía como un puñetazo en su rostro. Estaba perpleja y confundida ¿Acaso no quería solucionarlo? Comenzó a llorar sin poder evitarlo, se sentía estúpida, si Sasuke era el culpable de todo ella no tendría por qué rogar. Todo lo contrario, él debería rogarle a ella. Cosa que no había hecho porque al parecer su culpa era más grande que su amor.

Herida y derrotada decidió salir de ahí, no valía la pena seguir perdiendo su tiempo. Se puso de pie y dio unos cuantos pasos pero fue detenida por una mano que agarró su brazo y la jaló con fuerza, perdiendo el equilibrio y yendo a parar contra su pecho.

Sakura forcejeó tratando de apartarse pero el agarre de Sasuke sólo se intensificó, abrazándola con fuerzas.

—No quiero perderte —dijo él con un hilo de voz.

Sakura se rindió y se descargó su peso encima de él. Hundió su cabeza en el costado de su cuello y continuó llorando.

—No puedo Sasuke, no puedo seguir contigo así. Te estoy dado la oportunidad de cambiarlo todo, tú solo jamás podrás hacerlo, me necesitas y yo te necesito a ti. Si no estás dispuesto a arreglarlo prefiero desaparecer de tu vida, no eres el único afectado —habló Sakura entre sollozos.

—¿De verdad quieres hacerlo?

Sakura asintió levemente aún sin mirarlo.

—Quiero perdonarte. Por favor, Sasuke, estoy aterrada y soy un desastre. Por favor no hagas que me equivoque, no hagas que me arrepienta de esto.

Sasuke suspiró y la tomó del mentón para subir su rostro y poder mirarla. La amaba, la amaba demasiado. Limpió cuidadosamente sus lágrimas con sus dedos y la acercó para finalmente besarla. Tenía razón en todo, en ese momento comprendió que su verdadero enemigo no era su pasado, era el remordimiento. Nunca podría entregarse a ella si no soltaba la carga que tenía.

Y lo haría. No había nada en el mundo que pudiera reemplazar el hecho de tenerla en sus brazos, el hecho de tenerla en su vida.

Necesidad de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora