Era sábado y Sasuke salía de su oficina en las horas de la tarde, aún tenía cosas por hacer antes de su cita con Sakura, entre ellas, decidir a dónde la llevaría a cenar. Seguía sin tenerlo claro, no quería parecer un pretencioso llevándola a un lugar de alta clase donde tal vez se sintiera incómoda pero tampoco quería pasar por tacaño; era la primera vez en su vida que se encontraba en una circunstancia así y no sabía que sería tan difícil tomar una decisión en algo tan simple como eso.
Esta sería su prueba definitiva, si las cosas salían bien con ella se animaría a conocerla más e incluso a abrirse un poco. No estaba seguro de ser capaz de hacerlo, habían cosas de su vida que ni siquiera Naruto sabía ¿De verdad estaba dispuesto a dejar entrar a alguien? Tendría que averiguarlo más tarde cuando estuviera con ella.
Resolvió en no complicarse de más y simplemente llevarla a su restaurante favorito, un lugar elegante pero acogedor, sólo esperaba que ella se sintiera cómoda. Después de terminar el papeleo pendiente se dio una ducha; se puso una camisa blanca de botones y un pantalón negro sencillo, no arregló mucho su cabello y sólo aplicó un poco de perfume. Finalmente salió por ella a las 19:30.
Llegó a lo que Sakura le había indicado era su departamento, vivía en un condominio cerca del hospital. Cuando la vio salir de su casa las palabras escaparon por completo de su boca, tenía un vestido rojo vinotinto ceñido al cuerpo que a pesar de no ser revelador la hacía ver increíble y sensual, era de manga larga y cuello alto, dándole ese toque elegante. Sin embargo lo que lo mató fue el largo del vestido, o más bien lo corto, terminaba a mitad de sus muslos dejando ver sus perfectas y tonificadas piernas. Tenía que aceptar que estaba preciosa, sintió su ego subir de a poco de sólo pensar que tal vez se arregló así para él.
Se bajó del coche y sostuvo la puerta del copiloto para que entrara, ella le dedicó una tímida sonrisa a modo de saludo y se ubicó en su asiento. Él también entró y puso en marcha el auto.
—Así que.. ¿A dónde me llevas esta noche?
—Ya verás cuando lleguemos. No es muy lejos de aquí —respondió mirándola brevemente, se veía aún más linda de cerca incluso estando en la oscuridad del coche.
Cuando llegaron pudo ver el asombro en sus ojos, no era para menos, el lugar era realmente bonito. Estaba ubicado en una esquina de una zona bastante concurrida, la nieve ya no caía con la misma potencia y la gente nuevamente se tomaba las calles, era una noche maravillosa, el murmullo de la vida nocturna hacía todo más acogedor. El restaurante tenía ese toque bohemio con una iluminación tenue y amarilla, lo mejor de todo era la banda en vivo que estaba tocando Jazz, dándole un ambiente refinado y atractivo.
—Entra y pregunta por la mesa a mi nombre, volveré en unos minutos después de parquear el auto.
—Sólo no huyas, sería una lástima quedarme sin mi guapo acompañante —bromeó ella mientras ingresaba al recinto.
Volvió al cabo de 5 minutos y la vio en la mesa con una expresión despistada, parecía estar pensando en algo serio pero por respeto no se atrevió a preguntar, no era asunto suyo.
—Sasuke, este lugar es maravilloso —dijo ella con una mirada embelesada.
—Lo es sólo porque estás aquí —confesó mientras tomaba asiento frente a ella.
Sakura rió y acomodó su cabello en un gesto sensual. —Si ayer me hubieran dicho que estaría en una cena con el magnate Uchiha habría pensado que era una locura. Sin embargo nos conocimos en unas circunstancias aún más irreales.
Sasuke la miró entretenido, era interesante ver el concepto en el que lo tenía.
—Sakura, el hecho de tener lo que tengo no me hace un dios, sigo siendo tan humano como tú. Te recuerdo que fui yo quien se acercó a ti esa noche y fui yo quien te invitó hoy a cenar.
Sakura sintió como sus mejillas se estaban tornando rojas, era la primera vez que tocaban el tema de la noche en que se conocieron. De hecho era la primera vez que comenzaban a entablar una conversación más personal. Decidió que era hora de hablar, no se sentía cómoda estando tan cercana a alguien de quien sabía tan poco, esa era la oportunidad perfecta para conocerlo, sabía que era un tipo duro así que tendría que ejercer presión si quería tener respuestas. Sasuke tenía razón, aunque fuese un millonario seguía siendo humano y no debía sentirse intimidada por eso.
—Te recuerdo que fuiste tú quien dijo que nada de nombres y que sólo era una desconocida para ti ¿Qué cambió entonces?
Sasuke se quedó atónito por unos segundos, no esperaba esa pregunta tan pronto, aún no podía decirle la verdad.
Iba a idear una excusa pero fue salvado a último momento por el mesero que llegó con la comida, le había dado más tiempo para cambiar el tema.
—No me has dicho por qué apareciste sola en el bar en mitad de la noche.
Ella tampoco tenía intenciones de responder eso porque se enfocó en su comida de inmediato, al parecer no era el único que tenía secretos sin revelar.
Ambos comieron en silencio, no era en absoluto incómodo pero sí se sentía la tensión de ambos. Sabían que tarde o temprano tendrían que hablar, pero ninguno de los dos quería dar el brazo a torcer.
Al finalizar de comer no estaban seguros de qué hacer o qué decir, caminaron nuevamente al auto y Sasuke tomó la iniciativa, tenía que hacer algo o ella estaría decepcionada por el fracaso de cita que estaba siendo.
La tomó por sorpresa antes de que abriera la puerta del auto y la abrazó por la espalda.
—Quería llevarte a otro lugar pero hace demasiado frío ahora mismo ¿Qué te parece un cambio de planes? —dijo en su oído, sintiendo como ella se tensaba de inmediato.
—Si tu cambio de planes incluye dejar de evadir mis preguntas entonces acepto, de lo contrario me gustaría que me llevaras de nuevo a mi casa —respondió ella con frialdad mientras se daba la vuelta para mirarlo de frente.
—El Rose Palace queda a unas cuadras de aquí, hablaré contigo si logras aguantar mi ritmo —Cada vez se acercaba más a ella, presionando su cuerpo contra su frágil figura.
—Eso no suena muy justo para mí teniendo en cuenta que estoy aquí después de una jornada laboral —exclamó mientras mordía suavemente su labio inferior.
—Prometo ser gentil contigo.
Inmediatamente la besó, trato de ser suave pero no pudo, se sentía muriendo de ganas de probarla de nuevo. Sus labios eran un manjar exquisito que quería saborear por siempre. Quería hacerla suya ahí mismo encima del capó pero se contuvo, alguien podría verlos y además hacía mucho frío para ella. Entraron de nuevo al auto y llegaron en cuestión de minutos al hotel que efectivamente estaba sólo a unas cuadras, la tensión sexual crecía cada vez más entre los dos pero tenía que ser cuidadoso si no quería arruinarlo todo.
Fueron directamente al ascensor y Sasuke recordó que la última vez mintió acerca de la reserva pero ahora que ella sabía que era el dueño del hotel no era necesario. Sakura no hizo preguntas al respecto y eso lo alivió un poco, no quería dar explicaciones.
Llegaron a la misma habitación y Sakura supuso que permanecía reservada para él; sintió su corazón a punto de salir de su pecho, esta vez era diferente, no tenía una gota de alcohol en su cuerpo y había perdido lo atrevida que se sentía en esa ocasión. Sasuke pareció leer sus pensamientos porque la tomó suavemente en sus brazos, besándola con dulzura pero a la misma vez con ansias.
¿Él también quería tenerla tanto como ella a él? Su corazón latía muy rápido, nunca se imaginó sintiendo tanto por alguien.
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Necesidad de ella
FanfictionAtormentado constantemente por su pasado no tiene ninguna expectativa con su futuro más que sufrir por los errores cometidos. Ella vive su presente llena de incógnitas con su propia vida. Todos los seres humanos tenemos necesidades, la de Sasuke e...