Capítulo 32

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Sakura entró al día siguiente hospital sintiéndose radiante y decidida. Había llorado tanto la noche anterior que las lágrimas se habían llevado consigo todo rastro de tristeza. Miró su reflejo en uno de los vidrios de la puerta principal, como siempre la elegancia era su fuerte, su falda de tubo negra que llegaba hasta medio muslo estaba impecable y su camisa blanca de botones no tenía una sola arruga.

Al ingresar la alcanzó el tierno rostro de Hinata a mitad de recepción.

—¡Buen día Saku! —Saludó alegre la pelinegra.

—Buen día Hina ¿Todo bien?

—Todo perfecto —asintió—. Escucha, Sasuke está esperándote en tu oficina.

Sakura no pudo evitar sonreír, al parecer el tipo estaba demasiado impaciente por verla.

—Gracias, Hina ¿Dijo para qué quiere verme?

—No, pero parecía.. —se detuvo buscando la palabra adecuada.

—¿Parecía que?

—Como preocupado ¿Puedes creerlo? Sasuke Uchiha siempre se comporta como si fuera un dios.

Sakura sonrió aún más. Así que estaba preocupado, probablemente se hizo a la idea de que ella le diría algo malo.

—Iré a verlo —dijo Sakura— ¿Tengo buen aspecto?

—Estás maravillosa —confesó Hinata.

—Tú también lo estás, apuesto que tuviste una buena noche.

Hinata se ruborizó por completo y su mirada se transformó en una de pánico.

—Oh Dios ¡Hinata! No pretendía decirlo en ese sentido —rió Sakura alegremente pero al ver lo avergonzada que estaba su amiga agregó: —No te preocupes, Naruto es un buen chico, no te había visto tan feliz en mucho tiempo.

Hinata no respondió, se quedó petrificada pensando si realmente había fracasado en su intento por mantener oculta su relación con Naruto y bastó una mirada a Sakura para darse cuenta que ella lo sabía todo.

Sakura se limitó a reír, no sabía que Hinata podía ponerse tan roja.

—No te preocupes, nadie más lo sabrá —dijo con el propósito de calmarla y Hinata finalmente asintió con alivio.

Dicho eso se alejó luego de darle un abrazo y se encaminó al ascensor. «Me pregunto si Naruto será capaz de decirle la verdad a Hinata acerca de su complicidad con Sasuke», pensó mientras hundía el botón de su piso.

La puerta de su oficina estaba abierta, maldijo su mal hábito de nunca cerrar con llave; al no guardar nada de valor no le preocupaba hacerlo.

Desde antes de entrar el perfume de Sasuke se coló por sus fosas nasales haciendo que su corazón comenzara a latir muy rápido. Habían sido tan solo unas horas desde la última vez que lo vio y sin embargo estaba emocionada de nuevo. Lo extrañaba, lo deseaba, todo su cuerpo gritaba por él.

Tal y como dijo Hinata, el hombre tenía una complicada expresión en su rostro. Estaba sentado en su escritorio como la primera vez que hablaron luego de coincidir en aquella junta.

—¿Cómo es que casi nunca llevas uniforme? —preguntó Sasuke, pensando en que la mayoría de veces la había visto en ropa formal.

—Sólo uso uniforme cuando debo entrar a cirugía —afirmó Sakura mientras cerraba la puerta y continuó—. Y sólo tomo cirugías de alto riesgo, de las demás se encarga mi equipo. Por eso casi siempre vas a verme de falda y tacones.

Necesidad de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora