Capítulo 2

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La chica de 23 años se encontraba a punto de cometer la mayor locura que cambiaría por completo toda su vida.

Cerró la pantalla de su ordenador con más fuerza de la necesaria, limpió las lágrimas de sus ojos y se dirigió a la puerta; lanzó un vistazo rápido al reloj de pared, iban siendo las 22, no le importó en absoluto, sólo quería salir de ahí.

Acomodó su corto vestido el cual no se había molestado en quitarse luego de la fiesta de su trabajo y se puso su abrigo, «creo que finalmente enloquecí», pensó mientras veía su reflejo en el vidrio de la puerta, sabía que estaba hecha un desastre, su cabello rosa se veía apagado y sus ojos verdes habían perdido todo su brillo ¿Pero qué más daba? Nadie iba a verla, sólo alguien igual de loco se atrevería a salir con toda esa nieve.

Finalmente abrió, sintiendo de inmediato como el frío de Nueva York se colaba por sus huesos, dio un paso adelante cerrando la puerta detrás de sí misma, decidida a no mirar atrás.

Caminó sin rumbo durante lo que parecieron horas, quizás más, quizás menos, su sentido del tiempo se comenzó a distorsionar a medida que el frío se apoderaba de ella, no tenía su teléfono consigo para confirmar la hora, pero Sakura sabía que mientras su cabeza estuviese caliente podría continuar, su mente no se rendiría tan fácil.

Tal y como pensó no había un alma en las calles, todos los establecimientos estaban cerrados y sólo pasaban autos de vez en cuando ¿Realmente estaba en una de las ciudades más habitadas del mundo? Parecía más un escenario salido de una película de terror. A ese punto no sabía con exactitud dónde se encontraba y comenzó a ser consciente de que debía ubicarse pronto o terminaría colapsando, al principio la idea de fallecer era llamativa, sólo quería huir de sus propios pensamientos, pero ahora el pánico se estaba apoderando de ella ¿Realmente quería morir congelada? No, no podía permitirlo, tenía que hacer algo pronto o sería muy tarde para su cuerpo.

Justo en el momento que las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos y la desesperación crecía fue cuando lo vio, un bar abierto en la mitad de la noche, no lo pensó un segundo y salió corriendo hacia allí. 

Necesidad de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora