Presentación

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Jamás pensé que algo así podría ocurrirme a mí. Ni siquiera estoy seguro de que me esté ocurriendo. Lo que está claro es que algo me está presionando en el pecho, y como siempre, la mejor manera de sacarlo será escribiendo.

         En esta ocasión he pensado que como ahora están tan de moda los diarios, empezaré a escribir uno. El problema es que esta historia se encuentra ahora mismo en mitad de su curso, con lo que el diario empezará “in media res”, o lo que es lo mismo, en mitad de la acción.

         Por ello, antes de empezar con el diario, contaré como comenzó todo.

         Esta historia sucede –como no podía ser de otro modo- en Estados Unidos –donde ocurren todas las historias importantes, ¡como si en otros sitios no ocurrieran cosas! Pero da la casualidad de que esta sucede realmente en este país, y no puedo cambiar su ubicación porque se trata de una historia real, de no ser así la habría ubicado en cualquier otro sitio-, concretamente en un pueblo llamado King George, en el estado de Virginia.

         La historia trata –de nuevo parecerá que esta historia es mentira y que solo quiero escribir una historia más siguiendo la moda, pero juro que todo lo que digo es real- sobre un triángulo amoroso –efectivamente no podía tratarse de otra cosa: el amor mueve el mundo y la mayoría de historias suceden por amor, esta no iba a ser diferente-.

         Por ahora este triángulo amoroso tiene algo que no tiene ninguno de los vistos hasta ahora –o eso creo-, y es que solo la pieza central del triángulo conoce sus sentimientos hacia las dos personas –así que supongo que aún no se le puede llamar triángulo-.

         Esta historia también tiene que ver con aquella que aparecía en el libro llamado “Como agua para chocolate” –o algo así-. No estoy muy seguro, pero creo que aquella historia trataba sobre un hombre que salía con una mujer para poder estar cerca de su hermana, que era de la que realmente estaba enamorado.  En fin, con estos datos creo que ya se puede ir viendo por dónde van los tiros de mi historia. Comienzo.

SIN SALIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora