El comedor nunca se sintió tan vacío como aquel día, a pesar de que estuviera repleto de alumnos. Jugaba con la comida de su plato mientras se dejaba llevar por sus pensamientos. Su padre le había enviado una lechuza felicitándolo por su cumpleaños. Nunca esperó que la gente se acordara de su fecha festiva, pero nunca se imaginó que Albus no le dijera nada. El rubio levantó la mirada y se centró en el chico que llama "mejor amigo" y que además, tenía su corazón en sus manos.
Estaba muy animadamente hablando con su novia, Anne. Ya llevaban tres meses y todo Hogwarts lo sabía. Eran la pareja perfecta, coincidían en todo y se amaban de una manera espléndida. Para Albus, estaban siendo los mejores tres meses de su vida. Pero por otro lado, para Scorpius era una tortura.
La distancia había comenzado a dominar entre los dos jóvenes, ya que nada más se veían a la noche, antes de irse a dormir. No hablaban mucho, debido a que Albus o llegaba siempre tarde o siempre estaba exhausto. El corazón de Scorpius poco a poco había comenzó a enfriarse mientras se achicaba.
Se levantó rápidamente de la mesa al ver que la sesión de besos entre Potter y la chica comenzaba. A paso rápido, salió del comedor hacia la biblioteca. Corrió hacia uno de los asientos que se encontraban al final y se dejó caer en ellos. Sus ojos se humedecieron, amenazando con lágrimas. Escondió su cabeza entre las piernas y se abrazó a si mismo.
- Pensé que estarías contento.
Se sobresaltó de una manera brusca y levantó su mirada, para encontrarse con Jack. Este estaba con una sonrisa en su rostro mientras tenía ambas manos detrás de él.
- No se cumplen 16 años todos los días- continuó- Por eso, decidí traerte un regalo- luego, extendió sus brazos hacia el rubio.
Era una cajita pequeña y de color verde. Las manos pálidas de Malfoy la sostuvieron con delicadeza y la abrió. Dentro había muchos dulces y papeles de colores. Una sonrisa se dibujó en la cara de Scorpius y miró al chico.
- Gracias...
- Es algo simple, pero siempre me dijeron que en la simpleza se encuentra lo complejo de los sentimientos- explicó Jack- en este caso, los dulces te levantarán el ánimo cada vez que los necesites.
Scorpius río y se secó sus lágrimas. El Gryffindor se sentó alado de el y le pasó un brazo al rededor de él, acercándolo a su cuerpo.
- Potter, ¿verdad?- Malfoy se limitó a solamente asentir- Vamos Scorp, ya está, debes hablar con él.
- ¿Y que le digo? Esta con su novia, puede hacer lo que quiera.
- Si, pero eso no significa que pueda jugar con los sentimientos de los demás, y más hablando de su mejor amigo.
- Jack, Albus no sabe que gusto de el...
- Lo sé, lo sé, pero aún así te lastima, tanto como en lo amoroso como en lo amistoso.
Jack tenía razón. Scorpius asintió y se metió varios dulces a la boca.
- Hey hey, cuidado amigo. Lo único que falta es que aparezca Draco Malfoy diciendo que le dio una sobredosis de dulces a su hijo.
~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•
Era de noche. Scorpius se encontraba sentado en su cama mientras jugaba nerviosamente con sus manos. Iba a hablar con Albus y le diría todo- menos que le gusta, claro. Miró el reloj que tenía en su mesa de luz y vio que eran las 23:30 pm. Un suspiro se escapó de sus labios y se recostó en su cama a esperar a su compañero.Minutos después, la puerta se abrió, dejando ver a un Albus con la ropa desordenada al igual que su cabello. Su respiración era agitada y sus labios estaban hinchados.
Su respiración se contuvo y miró a otro lado. No podía creer las sensaciones que podía provocar ese chico en su cuerpo. Con dificultad, habló.
- Albus.
El mencionado se dio vuelta y vio a su mejor amigo. Le regaló una sonrisa y le apoyó una mano en el hombro de manera amistosa.
- Scorpius Malfoy despierto a las 23:30 un martes, quien lo diría.
- Si, ¿dónde estabas?
- Haciendo cosas...- respondió de manera juguetona Albus mientras se sacaba la camisa.
Devuelta. No pudo apartar los ojos de la escena. La ancha y tonificada espalda de Albus se encontraba levemente rasguñada. Su cuello tenía una que otra marca. Simplemente era una imagen hecha por los dioses.
- Albus, es día de semana, tienes clases- habló, como pudo, el rubio- Luego estas cansado y te cuesta concentrarte.
- Ay si papá, si si- respondió el chico acostándose en su cama- Buenas noches- apagó la luz.
- Podrías decirme feliz cumpleaños, ¿no?- Scorpius trato de contener el llanto que se avecinaba.
La luz de Albus se encendió nuevamente. Miró a Scorpius, quien comenzaba a taparse con sus mantas. Salió disparado a la cama de el y lo abrazó.
- Perdona perdona perdona perdona- repitió mientras Scorpius trataba de alejarlo.
- Suéltame Albus.
- Perdona en serio.
- ¡Suéltame!
Scorpius logró sacar al chico de encima. El otro lo miraba atónito y la respiración del rubio comenzó a dificultarse.
- Ya está Albus...- su voz comenzó a temblar- Ya está por favor.
- Scorp...
- ¡No!- gritó Scorpius- No Albus, en serio ya está...
- Pero...
- ¿Acaso no ves?- las lágrimas comenzaron a desprenderse de los ojos grises de Scorpius- Me estas lastimando Albus... ya no me hablas, ya ni te acuerdas de mi...
El corazón de Albus se rompió al ver las lágrimas de Scorpius caer por su culpa. Sin pensarlo dos veces, lo abrazó con todas sus fuerzas. El rubio trató de separarse, pero la fuerza del pelo desordenado era mayor. Se rindió y comenzó a mojar la remera de pijama de Albus, con sus lágrimas.
- Déjame Albus, déjame...
Albus cerró los ojos con fuerza y abrazó más a su amigo, quien luego de unos segundos cayó dormido con su rostro marcado con las lágrimas del dolor que desprendía su corazón.
................................
¿Qué les pareció?No se olviden de votar y comentar ❤️
ESTÁS LEYENDO
Atrapados- [SCORBUS]
FanfictionAlbus destruyó el corazón de su mejor amigo sin darse cuenta de ello. La distancia comienza apropiarse de esta amistad. Potter se percata de esto, y decide recuperar la relación que tenía con Scorpius. Una tarde en la biblioteca, descubren que debe...