Atrapados- [SCORBUS]

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AVISO IMPORTANTE: este capítulo incluye con escenas hot (+18). Queda bajo su responsabilidad si continuar o no la lectura.
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Todo estaba oscuro. Podía oír solamente su respiración agitada y los pasos acelerados de alguien más a su alrededor. Trataba de ver, pero no podía. Una pequeña luz se logró presenciar a lo lejos, y sin dudarlo, corrió hacia ella. Cuando estuvo alado, la toco curiosamente.

Toda la habitación se iluminó y se sorprendió al ver que se encontraba en la biblioteca. Miró al su alrededor y no vio nada más que estanterías y libros. Su mirada se enfocó en un bulto que estaba a lo lejos. De manera temblorosa, se acercaba él.

Su corazón se detuvo. En el suelo se encontraba Scorpius, quieto y pálido. En su pecho estaba el diario abierto. Su boca estaba entre abierta y sus ojos aún seguían abiertos.

- ¿S-Sco-Scorp?

No obtuvo respuesta. Se acercó aún más su amigo y lo sacudió un poco, pero nada.

- Scorp- llamó mientras seguía sacudiendo- ¡Scorpius!- gritó.

Se centró en los ojos grises de su amigo. Esos ojos brillantes y preciosos, ahora se encontraban...apagados.

- No, no, ¡NO!- Albus comenzó a llorar mientras trataba de hacer reaccionar a su amigo.

Albus... Albus...

- ¡Albus!

El mencionado se reincorporó en la cama. Miró a varios lados y vio que se encontraba en su habitación. Suspiró de alivio y miró a su lado. Ahí estaba Scorpius, con su rostro adormecido, pero aún así preocupado.

- ¿Qué pasó Albus?

El chico escondió su cabeza en sus piernas y dejó que las lágrimas se escaparan. La imagen de su amigo en ese estado permanecía en su mente, torturándolo. Scorpius se acercó a su amigo y lo abrazó, entregándole calor y afecto.

- Tranquilo, fue solamente una pesadilla- consoló Scorpius.

El llanto de Albus aumentó. Scorpius no sabía que hacer. Abrazó a su amigo hasta que este- minutos después- se calmó. El rubio se sentó alado de él y se quedó en silencio. Albus miraba un punto fijo, pero era obvio que estaba en sus pensamientos.

Hasta que sintió un beso en su mejilla. Albus miró a Scorpius, quien estaba rojo. El rubio se acercó y le dio otro beso, pero este más cerca de la boca. Hasta que en el tercero, Albus giró su cabeza para que sus labios chocaran.

Scorpius abrió los ojos en par en par, mientras que Albus lo acercaba más. No sabía que hacer, era su primer beso. Sus manos temblaba y su cabeza trabajaba mil por hora, hasta que decidió dejarse llevar.

Era un beso que expresaba más de mil sentimientos escondidos por parte de los jóvenes. Sus labios encajaban a la perfección. El rubio pasó las manos por el cuello de Albus y lo rodeó con sus brazos.

Albus decidió tomar el control de la situación. Sin dejar de besar a Scorpius, lo acostó sobre las almohadas y se subió encima de él. Mordió levemente el labio inferior del rubio para luego adentrar su lengua en la cavidad de este. Sus lenguas batallaban por tomar el control y Scorpius acercaba más a su amigo hacia su cuerpo.

El beso comenzó a convertirse en desesperado. Su velocidad había aumentado al igual que la temperatura entre los dos chicos. Albus se separó y sonrió al escuchar un quejido por parte de Scorpius.

Decidió comenzar a probar el pálido y delicado cuello de su amigo. Primero, empezó a besarlo por todos lados hasta que poco a poco fue mordiéndolo para dejarle varias marcas. Sonrió contra el cuello del rubio cuando escucho que este soltaba pequeños gemidos de satisfacción.