Atrapados- [SCORBUS]

3

Vio como Scorpius Malfoy salía de la biblioteca. Se quedó sentado mirando el lugar que este había ocupado. Luego de unos segundos, una chica de cabello negro y piel blanca, se sentó frente a él.

- Muy bien- dijo.

- No entiendo para que sirve todo esto- suspiró el chico.

- Vamos Jack, no te vengas a rendir ahora- la chica lo miraba con ánimo- Es por papá.

- ¿De qué servirá esto, Delphi? No se qué vamos a lograr.

- Necesitamos que Scorpius Malfoy y Albus Potter se vayan alejando poco a poco- susurró la chica- Es imposible acercarte a Potter con toda la gente estupida que lo rodea, mientras que el manipulable de baja autoestima de Malfoy es más accesible.

- Sigo sin entender por qué hacemos esto- dijo su hermano.

- Ay hermanito- rió Delphi- Ya lo comprenderás.

~•~•~•~•~•

El rubio caminaba por los llenos pasillos de Hogwarts. Era la hora del recreo y todos los alumnos iban y venían de un lado a otro. Salió al inmenso patio que tenía el castillo. Caminó hasta unas gradas que daban al campo de entrenamiento de Quidditch. Sacó una manzana verde y dio mordiscos mientras miraba a su alrededor.

Las palabras de Jack, resonaban en su cabeza.

Como nunca te vio Albus.

Sus ojos grises se encontraron con una escena que le produjo celos. Albus estaba con la chica del comedor, agarradas de la mano sentados enfrente del lago. Charlaban animadamente mientras se besaban de vez en cuando. Los ojos verdes del chico brillaban de una manera muy notoria y bella. De la misma manera que brillaban sus ojos al verlo a él.

Pero Albus no lo notaba.

¿A caso esperaba que lo viera? Severus era heterosexual y encima, si no lo fuera, ¿por que se fijaría en él? Observó a la chica que estaba alado de su mejor amigo. Una preciosa joven de pelo castaño con unos hermosos ojos azules como el cielo. Su sonrisa era brillante y su piel parecía de porcelana. Era una chica preciosa. Sus manos eran chiquitas y delicadas. Sus uñas estaba levemente pintadas dándole un toque más delicado.

Miró sus manos: blancas y con pequeños cortes por haber agarrado mal las hojas de los libros. Suspiró y las escondió dentro de su capa.

Decidió levantase e irse de allí. Caminó por el castillo como por veinte minutos hasta que pasó por un pasillo al que nadie acudía. Paseaba tranquilo hasta que el sonido de dos personas susurrando, hizo que se escondiera.

Su respiración se detuvo cuando vio como su mejor amigo junto a su novia se besaban desenfrenadamente. Quería irse de allí, pero su cuerpo no se lo permitía. Cuando estos se separaron, el se escondió un poco más.

- Te amo, Anne- dijo Albus.

Anne sonrió, mostrando unos hermosos dientes blancos y transmitiendo belleza, amor, paz todo. Como respuesta, besó a su novio y continuaron con ello. Scorpius sabía que sobraba allí. Se levantó y se digirió al baño de Myrtle la llorona, ya que nadie iba allí.

El baño estaba vacío, como esperaba. Dejó sus cosas en el suelo y se dirigió a uno de los lavados para mirarse al espejo. Sus ojos grises se chocaron con los del reflejo.

Aquellos ojos que no transmitían nada, que eran neutros. Sus detestables ojos.

Sonrió. Poco a poco el gesto comenzó a desaparecer. La sonrisa de Anne era una obra de arte, mientras que la de el era un intento de gesto lindo.

Tocó su cabello. Aquel por el cual lo criticaban tanto, ya que era exactamente igual al de su padre Draco, un ex-mortifago.

Unas lágrimas se escaparon de su rostro. Sus manos temblaban. La imagen de aquel beso se repetía en su mente una y otra vez.

" Te amo, Anne"

La voz de Albus resonó en su mente. Un sollozo se escapó de su garganta y un sonido sonó en su interior.

Otro pedazo de su corazón derrumbándose.

- Si tan solo supieras que yo te amo más que nadie en el mundo...

Agarró sus cosas y salió de aquel baño, decidido que seguir fingiendo que nada había pasado.

~•~•~•~•~•~•

El rubio entró al aula de Transformaciones, donde todos estaban acomodándose. Se acercó a su banco habitual, el cual compartía con Albus. Se sentó y esperó a su mejor amigo. Jack se hizo presente y le sonrió.

- ¿Me puedo sentar?- preguntó animado.

- Perdón, pero aquí se sienta Albus.

- Pues aquí no está, así que me puedo sentar- dijo Jack.

- Aún no llega, lo estoy esperando- explicó Scorpius.

A los pocos segundos, entró Albus al curso. Una sonrisa sincera y llena de brillo se dibujó en el rostro de Scorpius. Iba a saludar a su mejor amigo con la mano, pero se detuvo ya que este ni siquiera le dirigió una mirada. Solamente se sentó junto a Anne y comenzaron a charlar animadamente.

- ¿Sigues aún esperándolo?- preguntó Jack con amargura.

El rubio no escuchaba. Miraba como su mejor amigo lo ignoraba totalmente. Se pellizcó para verificar que no estaba soñando. Su manos temblaron levemente y bajo la mirada.

- ¿Me puedo sentar ahora?

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