Habían pasado ya tres semanas desde que había perdido el sentido del tacto casi por completo. Pasaba tres noches a la semana en casa de Hyunjin; los martes, los jueves y los viernes. A veces incluso el sábado o el domingo completo.
Aún no habían hablado con sus padres de aquello, simplemente se lo mostraban como algo casual, como si fueran los amigos que siempre habían sido.
En cuanto a su enfermedad, había empeorado bastante. Ya no notaba nada en ningún lugar del cuerpo, lo cuál le había hecho perder considerablemente el sentido del gusto.
Aquella tarde de jueves estaba en la cafetería de su familia, como de costumbre, limpiando mesas o poniendo cafés. Su padre, que estaba en la cocina, salió un momento a pedirle que le cambiara el turno, ya que a Seungmin le salían mejor las tortitas.
A todo esto, su novio entró en la cafetería y se sentó en la barra justo cuando Seungmin entraba a la cocina sin darse cuenta de que había llegado.--Hyunjin, hola.-- Sonrió el señor Kim. --¿Qué se te ofrece? ¿Un café?
--Uno con leche, por favor.
--¿Cómo es que estás por aquí? Esto está bastante lejos de tu casa.-- Preguntó mientras se daba la vuelta para preparar el café del "amigo" de su hijo.
--Nunca se está lo suficientemente lejos del mejor café de Seúl.-- Le sonrió. --Bueno, también venía a recoger a Seungmin. ¿Puede venir hoy a dormir también?
--Ya es costumbre, por lo que veo. Claro, pasadlo bien. Seungmin está en la cocina, entra si quieres.
Café en mano, el muchacho atravesó la puerta de la cocina para ver a su novio y lo encontró frente a una sartén. Se puso de puntillas para llegar al estante de arriba con el propósito de coger el bote de cacao, pero no se dio cuenta de dónde ponía la otra mano para impulsarse.
--¡Seungmin, cuidado!-- Hyunjin trató de coger su mano, pero ya era tarde.
--¿Qué pasa?-- Preguntó el chico confundido. ¿En qué momento había llegado Hwang?-- Miró su mano y vio que, sin darse cuenta, la había apoyado en el fuego y ahora lucía una enorme quemadura. --Joder...
--Tienes que tener cuidado, Min.-- Dijo observando su mano izquierda.
--Pero es que no me duele, no me doy cuenta.
--Lo sé, pero es peligroso, amor. En una de estas te puedes quedar sin dedo o algo.
--No te preocupes, pondré más atención.-- Dejó un beso en su mejilla. --Llévale esto a mi padre mientras me curo la mano, por favor.-- Dijo refiriéndose al plato de tortitas de chocolate que acababa de hacer.
--¿No tendrías que ir al médico?
--Estoy harto de médicos. Llévaselo, anda; cierro en nada y nos vamos.
Hyunjin asintió con un atisbo de preocupación por su novio. Obviamente no le dolía, pero una quemadura así se podía infectar y ser bastante peor.
•
--Mañana es tu cumpleaños.
--Lo sé.-- Respondió algo extrañado; Hein no solía tratarlo de tú.
--¿Te irás con tu padre?
--Por supuesto que me iré, y tú deberías hacer lo mismo, noona.
--Sabes que no puedo irme, Minho.-- Murmuró sentándose en la cama del chico. Debía darse prisa, la matarían si se enterasen de lo que estaba apunto de hacer.
--Ya, pero, ¿por qué?
--Te lo explicaré, pero te va a costar creerme.
--Tú explica.-- Pidió con cada vez más curiosidad. ¿Qué sería aquello que guardaba Hein?
--Verás, hace mucho tiempo, veintidós años concretamente, nació en esta misma casa una niña, fruto de la infidelidad de la esposa con uno de los hombres que trabajaban en la cocina. El marido de su madre maltrataba a la pequeña y la trataban como una criada, y aún siguen haciéndolo. Cinco años después, la mujer tuvo otro hijo con el padre de su hija. Era un niño precioso, con el pelo negro y una sonrisa siempre en la cara.
Minho escuchó atentamente todo lo que le contaba Hein y lo entendió. Ahora muchas cosas tenían sentido. --Eres... eres mi hermana.-- Concluyó.
--Soy tu hermana. Ya era hora de que lo supieras. En teoría no tenía que habértelo contado, pero no me parecía justo que te fueras de aquí sin saberlo.
--Te sacaré de aquí, noona, te lo prometo. Hablaré con mi padre, te quedarás con nosotros.
--Eso no puede ser, Minho. Para él, yo morí en el parto.
--¿Qué? ¿Por qué?
--Se lo dijo nuestra madre. Jongsuk piensa que sólo tiene un hijo, no tres.
--¿Tres? Ve más despacio, me estoy perdiendo.-- La cabeza de Minho era un batiburrillo de ideas e información. Era mucho de golpe, aquello le cambiaba la vida tal y como la conocía.
--A ver. Estoy yo, la repudiada oficial -- Rió un poco como si no le doliera. --; tú, que a ojos de nuestro padre eres el único que queda, y nuestro hermano pequeño, que fue adoptado a las semanas de nacer.
--¿Qué ha sido de él?
--No lo sé, yo tenía seis años cuando pasó aquello, no me acuerdo.
--Buah, qué fuerte. Todo este tiempo he tenido hermanos y yo sin saberlo.
--Pues ya lo sabes.-- Le sonrió triste. --Bueno, tengo que volver al trabajo.
Minho se quedó en su cama mientras Hein se iba de la habitación. No podía creerlo. Lo único que sabía era que iba a sacar a Hein de ahí costara lo que costase, y luego encontrarían a su hermano.
Por lo pronto, lo único que podía hacer era recoger sus cosas para ir a dejarlas a casa de su padre al día siguiente. Por fin.
Decidió llamar a Chan para preguntar qué tal iba lo del traslado de instituto, pues lo que no iba a hacer era tirar un año de su vida estudiantil a la basura por el cambio de su familia. Marcó su número de teléfono y esperó a que respondiera, pero no lo hizo. "Estará en la ducha" pensó, y siguió guardando cosas en cajas.
Pero Chan no estaba en la ducha, no, estaba en un bar con la música tan alta que no se oía el sonido de su móvil.
--Hey, Channie, te he traído una cerveza, no quedaba soju.
--Está bien, gracias Woojin.-- Chan tomó la bebida y le dio un trago. Estaba amarga, como le gustaba a él.
Después de haberse conocido tres semanas atrás, Woojin y Chan habían formado una bonita relación de amistad y habían salido un par de veces. Disfrutaban de la mutua compañía, se entendían bien y no vivían demasiado lejos.
Aún no le había comentado nada a Minho sobre aquello, pues conocía a su novio. Seguramente se pondría pesadísimo y pensaría que salía con Woojin porque él no era suficiente y tonterías por el estilo. Minho últimamente estaba bastante inseguro y sensible, quizás era porque se acercaba su decimoséptimo cumpleaños y aquel cambio que tanto deseaba, pero a veces resultaba un poco irritante y se cansaba de recordarle que para él siempre sería suficiente, que por eso salía con él y no con nadie más.
Las próximas cuatro horas se dedicaron a charlar e incluso bailar cuando el alcohol ya hacía algo de efecto. A eso de las doce decidieron volver a sus respectivas casas, pues al día siguiente tenían trabajo.
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꒰ glitch ꒱ 𝘴𝘵𝘳𝘢𝘺 𝘬𝘪𝘥𝘴 ♡
ФанфикEres un Glitch, un error de programación, un fallo que no debería existir. ♡ˎˊ˗ Stray Kids ¡! bxb » ships no fijos 190609 - Historia 100% mía, prohibido copias y/o adaptaciones sin permiso. angst, fluff y un poquito de todo /!\ muerte de personajes ...