꒰ glitch ꒱ 𝘴𝘵𝘳𝘢𝘺 𝘬𝘪𝘥𝘴 ♡

18

--Hyunjin-ah, ¿Está todo bien?

El sofoco se fue de momento y sólo quedaban ellos. A solas.

--Sí, estoy bien. ¿Qué haces aquí, Seungmin?

--Le he dicho a Park que me encontraba mal.

--¿Para qué?

--Quería hablar contigo, Hyu. Y sí, tiene que ser ahora.-- Tenía que ser en ese momento porque si no, no iba a ser capaz de soltarlo nunca. La actitud de Park había detonado una rabia incontrolable dentro de Seungmin, y pensaba canalizarla para contarle a Hyunjin lo que llevaba tanto tiempo esperando decirle.

--¿Está todo bien? Me estás asustando.-- Hwang tragó en seco.

--Quiero que dejes al profesor.-- Dijo rápido.

La mirada de Hyunjin se oscureció. ¿Era eso? ¿Él también quería quitarle a Jinyoung?

--Ni lo sueñes.

--Pero-

--Vete de aquí.

--Joder, Hyunjin. No te enteras de nada. Quiero que dejes al capullo ese porque-

--¿Por qué, Seungmin? ¿Por qué cojones te importa tanto mi relación con él?

--Porque me gustas, Hyunjin. Me gustas desde hace la friolera de cinco años. Y me gustas mucho más de lo que me ha gustado nada jamás. Me gusta que compartas tu almuerzo conmigo, me gusta que te preocupes por mí, tu forma de ser, tu manera de pensar. Me gusta ese lunar bajo tu ojo, me encanta verte bailar y hacer lo que te gusta. Y para qué mentir, eres precioso.

El mayor se quedó paralizado. ¿Había oído bien? Se le estaba comenzando a caer el cielo sobre los hombros. Tenía frío, Seungmin estaba asustado.

--Seungmin, yo...

--Sal conmigo y deja al profesor Park. Te voy a hacer feliz, Hyunjin. Te lo prometo.

--No puedo, Seungmin. Lo siento, pero no sé cómo dejarlo.-- No sabía cuando sus mejillas habían comenzado a ser inundadas por lágrimas. --Se me está viniendo el mundo encima y no sé qué hacer.

--Yo te ayudo. Déjame a mí pero, por favor quédate conmigo.

Hyunjin asintió tembloroso y escondió su rostro en el pecho del menor, arqueando un poco la espalda. Kim lo rodeó con los brazos y se dedicó a impregnarse del olor de su cabello.

--Te quiero muchísimo, Hyu.

·

--Por favor, Eunhwa, deja que lo vea hoy. Será rápido, no te preocupes.

--He dicho que no, Jongsuk. Minho es mi hijo, yo decidiré sobre él.

--Es mi hijo también.

Su ex mujer soltó un pequeño grito de desesperación. --Está bien. Recógelo hoy, cuando salga de misa, y habla con él. Pero lo quiero aquí para comer.

--Gracias.-- Después de discutir con la madre de su hijo, volvió al coche. Le hacía tanta ilusión compartir las buenas nuevas con Minho que no podía esperar al viernes.

Se dirigió a la iglesia donde sabía que su hijo estaba obligado a ir. Ya había terminado la misa. Aparcó delante de la puerta del robusto edificio y, nada más abrir la puerta, divisó a su hijo corriendo hasta alguien para abalanzarse sobre él y acto seguido comenzar a devorar sus labios como si no fueran dos hombres delante de una iglesia católica.

--Estos críos.-- Suspiró con alegría al ver a Minho feliz. El hecho de que estuviera con Christopher en un principio le parecía como si tuviera que compartir sus pocos días de custodia con él, pero poco a poco entendió que así podría verlo contento, que era lo que más quería su padre.

--¿Papá?-- Más bien gritó en cuanto se separó del beso. --¡Papá! ¿Qué haces aquí?

--Yo también me alegro de verte.-- Rió.

--Si mamá se entera-

--Tu madre me ha dejado venir, tenía que hablar contigo.-- Minho, entonces, sonrió y lo abrazó con todas sus fuerzas.

--¿Cómo está mi segundo hijo?-- Preguntó, esta vez refiriéndose a Chan.

--¿Estás insinuando que sería mi hermano? Eso da miedo.

--Más miedo da que se lleve casi los mismos años contigo que conmigo.

Los otros dos se sonrojaron antes de que Chris respondiera.

--Estoy muy bien, señor. He podido salir hoy antes del trabajo para venir a ver a Minho. Al parecer hemos coincidido.

--¿Cuántas veces te he dicho que me llames Jongsuk?-- Refunfuñó el mayor.

--No las suficientes, señor.-- Sonrió ampliamente.

--Vamos al coche, tengo que hablar contigo. ¿Te llevamos, Chan?

--No, gracias, he traído mi coche. Nos vemos, señor Lee.-- Estrechó la mano de su suegro. --Adiós, amor.-- Le dio un casto beso y desapareció, rumbo a su coche.

--Qué chico tan encantador. Además, --codeó a su hijo, --se le ve muy... ¿Activo? ¿Así lo llamáis hoy en día?

Los colores de Minho cada vez eran más rojizos mientras entraba en el coche de su progenitor.

--Sí, ¿Cómo lo vas a llamar si no?

--En mis tiempos, era el que daba y el que recibía.-- Comentó Jongsuk con gracia.

--¿Y qué te hace pensar que yo recibo?

--Tan sólo mira a Chan. Él te abraza por la cintura, tú por los hombros. Tú tienes el cuello lleno de mordidas cada vez que te veo los domingos. Incluso hay veces que te quejas al sentarte. Minho, se más de sexo gay de lo que piensas.

--Vale, esto es incómodo. ¿Me vas a decir qué querías?

--Bueno, verás, sé que nunca hemos hablado de esto, pero creo que va siendo hora. He... he conocido a alguien.

--¿Una mujer?

--Sabes que mis historias con los hombres acabaron hace mucho.

--Bueno, nunca se sabe. ¿Cómo se llama? ¿Cuánto lleváis juntos?

--Se llama Grace. La conocí hace relativamente poco, pero me gusta y necesito que me ayudes.

--Espera. ¿Le estás pidiendo a tu hijo gay que te ayude a conquistar a una mujer?

--Eh... ¿Sí?

--Papá-

--Ah, y el viernes viene a cenar. Tiene un sobrino de tu edad y nos ha parecido bien que vengáis los dos, para que os conozcáis.

--Vale, guay.

--¿Te parece bien?

--Mientras me dejes ir el sábado con Chan, me parece genial.

--Gracias.

Minho pudo apreciar la gran sonrisa de su padre. Estaba ilusionado, hacía tiempo que no lo veía así.