꒰ glitch ꒱ 𝘴𝘵𝘳𝘢𝘺 𝘬𝘪𝘥𝘴 ♡

11

--¿¡Seungmin!?

--¡Hyunjin, corre!

Después de un cuarto de hora corriendo, llegaron a la casa de Seungmin. Era un barrio totalmente diferente al que ambos estaban acostumbrados. Ellos dos tenían dinero, el padre de Hyunjin era escritor y los de Felix, empresarios de éxito. Seungmin no, él vivía en uno de los barrios más pobres de Seúl, en una casita pequeña y destartalada. Con suerte, llegaban a fin de mes.

Llamaron a la puerta de forma insistente, con gritos y lágrimas incluidos. Eventualmente, la puerta se abrió. Seungmin estaba ahí, despeinado y en pijama. Y vivo.

--¿Qué pasa?

--Seung...-- Hyunjin murmuró antes de que Felix se abalanzara sobre el chico en un abrazo. Hyunjin rodeó a ambos con los ojos cristalizados.

--Gracias a Dios.-- Sollozó el australiano.

--¿Qué ocurre? ¿Por qué lloráis?

--Lo siento, estaba asustado. Me había parecido verte suicidarte y-

--¿¡Qué!? Felix, ¿Qué has visto?

--A veces veo cosas antes de que sucedan, o que ya han sucedido. Había un chico en una bañera, se había matado. Pensé que eras tú, se parecía a ti. Lo siento, tenía miedo.-- La voz de Felix aún sonaba temblorosa, aunque ya no hablaba pegado a Seungmin y Hyunjin, sino sentados los tres en el escalón de la casa.

--No pasa nada, estoy bien. Estoy bien.-- Lo último lo dijo en un susurro mientras la cabeza de Hwang descansaba sobre su hombro.

Felix seguía intranquilo. Seungmin aparecía demasiado en sus pensamientos, sabía que eso no era bueno. Tarde o temprano, Seungmin tendría una tragedia.

ㆍ

Al día siguiente, la clase de Historia se le hizo interminable. El profesor Kim estaba obsesionado con remarcar la importancia de la Primera Guerra Mundial en la historia de la humanidad y, seamos realistas, a nadie más le interesaba.

Changbin tamborileaba con el bolígrafo en la hoja en blanco de su cuaderno mientras observaba cómo los dos chicos sentados delante de él charlaban en susurros. Recordaba cuando Hyunjin era su mejor amigo, y también recordaba cómo lo había fastidiado todo.

Hwang hablaba con el chico nuevo, Felix. Le caía francamente bien ese chico, pero apenas se había acercado a él. No sabía si sus antiguos amigos le habían contado algo sobre él o no, pero prefería que no se enterase.

No estaba nada orgulloso de lo que hizo, pero realmente lo había hecho por el bien de ex mejor amigo. En la foto que había circulado por todas partes hasta llegar a los padres de Hyunjin se podía ver a éste consumiendo sustancias ilegales. En un principio, sólo tomó la foto por hacer la gracia, pero después comenzó a preocuparse por su amigo, e intentó buscar ayuda para conseguir desenganchar a Hyunjin. Consiguió su objetivo, pero se llevó su amistad por delante.

Volvió en sí cuando el maestro le hizo una pregunta de la cual claramente no sabía la respuesta. Se quedó callado, incómodo por tener veinte pares de ojos sobre sí esperando una contestación que no llegaría nunca. Se aventuró a mirar a Felix, que precisamente estaba gesticulando la respuesta con sus labios.

Acertó. Para sorpresa de todos, dijo la respuesta correcta, todo gracias a Felix. Ese chico era un ángel, lo tenía claro.

ㆍ

Ya en el recreo, Changbin trataba de encontrar a Felix para agradecerle por su ayuda en Historia, y lo halló junto a Seungmin, Jisung y Jeongin.

--Felix, ¿Podemos hablar un segundo?-- Murmuró inseguro al ver la molesta mirada de Jisung hacia él.

--Claro, cuéntame.

--Em... a solas, ¿Te parece?

--Está bien.-- Se levantó del banco en el que estaba sentado y siguió a Seo hacia un rincón más apartado. No sabía si hacía bien en acercarse tanto al chico, después de las advertencias de Once, pero no podía evitarlo. Cuando su cabeza no la ocupaba Seungmin, lo hacía Changbin, y eso cada vez ocurría más a menudo.

--Gracias por lo de Historia.

--No hay por qué darlas, Bin.-- Ese apodo logró ponerlo aún más nervioso.

--Sí, debo agradecerte, porque no me conoces y aún así eres buena persona conmigo. Gracias, Yongbok.-- Oh, santa mierda.

--¿Qué me has llamado?-- Una señal de alarma se encendió en la cabeza de Felix.

--¿Qué?-- Changbin decidió que la mejor opción era hacerse el tonto, pero sabía de sobra que había metido la pata hasta el fondo.

--Me has llamado Yongbok.

--No, yo-

--Eres Once, sólo él sabe mi nombre coreano.-- Esas palabras fueron como un balde de agua fría sobre ambos. Changbin palideció y Felix dio un paso atrás. --Seo Changbin, eres Once, ¿No es así?

Tragó en seco. --Sí. Pero no te asustes, puedo explicártelo.

--¿Por qué me pediste que no me acercara a ti? ¿Te caigo mal? ¿Qué he hecho?

--Tú no has hecho nada, Lix, sólo-

--No me digas que querías protegerme. ¿Sabes qué? Mejor no me digas nada.

Entonces, la ira dentro de Changbin, aquella que tanto tiempo llevaba apagada, salió a flote.

--No me reclames nada si no te vas a dignar a escucharme.

--Está bien, te escucho.-- No se esperaba que Changbin en ese momento lo tomara del brazo y lo arrastrase hasta uno de los cubículos del baño.

--Para empezar, estoy seguro de que no te dieron mi número por error.-- Dijo nada más cerrar la puerta con seguro. --Y para continuar, tú también me debes explicaciones.

--Lo que sea.

--Sólo no quería que tuvieras problemas con tus amigos por mi culpa. Digamos que Hyunjin y yo no tenemos la mejor relación del mundo. No quería ocasionar conflictos si te acercabas a mí.

--¿Qué cosa tan terrible has hecho, eh?

--Es una larga historia que no me corresponde a mí contar. Te la dirá él, cuando él quiera. Pero quiero que sepas que no era mi intención llegar a tanto, fue un accidente.

--Vale.

--¿Estás enfadado?

--Me has ocultado quien eras cuando en realidad te conozco, eso me molesta, pero estando encerrado contigo en menos de un metro cuadrado no me queda otra que confiar en ti.

--Gracias, eres un cielo.

--No me digas eso y tampoco me llames Yongbok. Sabes que no me gusta.

--Pero te queda muy bien Yongbok. Tienes cara de Yongbok.

--Y tú tienes cara de Once.

--Llámame como quieras.

--Te llamaré Binnie. Te hace adorable.-- Rió.

--Vale, se acabó el dejarme en evidencia. No me llames adorable.

--Lo eres.

--No.

--Sí.-- Dio un paso al frente.

--Está bien.-- Musitó al tener al australiano a un palmo de distancia.

De un momento a otro, se encontraban quietos, callados, mirándose las caras. El enfado se había disipado por completo. Felix miraba sus ojos. Changbin, sus labios.

--Binnie-

Antes de poder continuar, sonó el timbre, indicando el final del recreo.

--Tengo que ir a clase.

--Eh... sí, vamos.