--Rachel, ve a despertar a tu hermano.-- Pidió su padre.
Rachel Lee corrió escaleras arriba y entró en la habitación de Felix, encontrándolo en una maraña de sábanas, con los pies sobre la cama y la cabeza en el suelo.
--Felix, venga, levanta.-- Dijo intentando incorporarlo. Felix abrió los ojos y miró a su hermana.
--No quiero ir a clase.
--Oh, vamos, Felix, no me tomes el pelo.-- Resopló con exasperación y dejó caer al chico.
--¡Ay! ¡Papá, Rachel me hace daño!
--¡Rachel!-- Gritó el señor Lee desde la planta baja.
--Pequeño mocoso, te vas a enterar.
La chica de dieciocho años comenzó a correr detrás de su hermano mientras él escapaba y reía, hasta que Felix paró de golpe y comenzó a temblar sutilmente.
El semblante de su hermana cambió a uno preocupado. Tomó al chico y lo sentó sobre sus piernas, y ella a su vez en el último peldaño de la escalera.
--¡Papá! ¡La medicina!-- Gritó. Su padre subió con una jeringuilla llena de un líquido azulado que fue inyectada con rapidez en el brazo de Felix. Éste dejó de temblar y volvió a la normalidad al instante. Normalmente, a una persona epiléptica no le haría falta algo así, pero Felix era especial, o eso decían los médicos.
--Anda, ve a vestirte.-- El señor Lee revolvió su cabello y entró en la habitación de Olivia, la hermana pequeña.
ㆍ
Hyunjin esperaba impaciente en la parada del autobús. Aún quedaba media hora para que llegase su bus, pero él siempre llegaba temprano para esperar a su amigo.
Dicho amigo llegó al cabo de unos minutos con los ojos llorosos y las pupilas dilatadas. Chocó la mano de Hwang y se sentó a su lado bajo la marquesina.
--No voy a preguntar por qué tienes sangre en la comisura del labio.
--No es mía. Bueno, mejor no preguntes.
--¿Debería preocuparme?
--Tranquilo, para eso ya está Minho.
--Chan querido de mi corazón, ¿A que me pagas el bus?-- Preguntó haciéndole ojitos.
--¿Otra vez? No soy rico, Hyunjin.
--Pero tú trabajas y tienes un Sugar Daddy.-- No se cansaba de echarle en cara su extraña relación con Lee Minho, el hijo de los propietarios de una de las mejores empresas de Corea.
--Es menor que yo.
--¿Y qué?
--Viene el bus, vamos.
--No podrás evitar el tema para siempre, Bang Chan.
Ambos subieron al autobús y el mayor pagó ambos billetes. Se sentaron en la parte trasera y, mientras Chan vertía unas gotas en sus ojos para calmar la hinchazón de estos, Hyunjin sacó su teléfono y le escribió un mensaje a alguien.
--No me puedo creer que sigas con él.-- Bufó mientras no atinaba a que la gota cayera en su ojo derecho, debido al movimiento del vehículo.
--¿A ti qué más te da? No soy el único que hace cosas ilegales.
--Pero al menos yo no salgo con mi profesor de matemáticas.-- Se lo echó en cara, no le gustaba en absoluto.
--No somos nada oficial. Minho y tú sí.
--Pero lo nuestro no implica temas de trabajo.-- Una vez más, discutían sobre sus extraños amoríos, pues ambos se preocupaban por el otro y quería lo mejor para él, pero pocas veces se escuchaban.
--¿Quieres que mencione cómo nos conocimos?
--Vale, tú ganas.-- Chan resopló.
Continuaron su camino una vez fuera del transporte público. Llegaron a la puerta del instituto y tomaron distancias; no les venía nada bien que los relacionaran.
Hyunjin caminó hacia el departamento de matemáticas sin ser visto por absolutamente nadie, pues aún era temprano, y entró sin llamar, encontrando a quien estaba buscando.
Mientras tanto, Bang alcanzó la enfermería y comenzó a ordenarlo todo, como cada mañana. La tarde anterior había recibido el informe de un nuevo estudiante y, como buen enfermero escolar, se informó de lo que podría necesitar, pues aquel chico era un tanto peculiar.
ㆍ
--Siéntate derecho.
--Mantén la cabeza alta.
--Sé educado.
Minho estaba cansado. No hacía más que obedecer órdenes día sí y día también. Quería irse con Chan de nuevo, ni que sus padres le fuesen a echar de menos. Pero debía esperar hasta el viernes y aún era lunes.
Se levantó de la mesa, dejando a su profesor privado con la palabra en la boca y subió a su habitación, haciendo caso omiso de sus gritos para que volviera.
--¡El Señor te castigará por desobedecer, joven Lee!
Ese grito hizo que se frenara en seco. Giró sobre sus talones y miró a los ojos de su profesor.
--Dios ha muerto.-- Escupió con una frialdad inmensa y continuó su camino hasta encerrarse en su dormitorio.
Se aventó a su cama con una exhalación fuerte y duradera. Odiaba aquello. Lo odiaba todo y a todos,
Menos a Chan.
Su cerebro pensaba por sí sólo. Se imaginaba a Bang recomfortándole, abrazándole y ayudándole a apartar su dolor a base de cariño.
Diablos, quería salir de aquel infierno desesperadamente. Odiaba aquella maldita casa, era como una prisión.
Pese a todo, su novio le había ofrecido más de una vez que se fuera a vivir con él, pero después había rectificado. La vida de Chan era muy problemática, no podía arriesgarse a meter a Minho en sus problemas. Y aún así, Minho se hubiera negado. Tenía que quedarse, cuidando de sus padres no acabaran con la gente que trabajaba allí. Tenían un pensamiento tan superficial, tan clasista que al joven le daban arcadas. Y para colmo le habían forzado a creer en una religión que para él no tenía ni pies ni cabeza. Todo era un desastre y Christopher Bang era el único que sabía arreglarlo.
Sabía que lo estaba haciendo mal. Estaba creándose una dependencia del mayor, se estaba convirtiendo en una responsabilidad para él. Se sentía como si fuese un problema para Bang.
Lee Minho tiene problemas.
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꒰ glitch ꒱ 𝘴𝘵𝘳𝘢𝘺 𝘬𝘪𝘥𝘴 ♡
FanficEres un Glitch, un error de programación, un fallo que no debería existir. ♡ˎˊ˗ Stray Kids ¡! bxb » ships no fijos 190609 - Historia 100% mía, prohibido copias y/o adaptaciones sin permiso. angst, fluff y un poquito de todo /!\ muerte de personajes ...