Angel - (•SoonHoon•)

《1》

Soonyoung caminaba solo por la escuela, recibiendo miradas... extrañas, por parte de los demás estudiantes.

Así era su vida, no era muy sociable en la escuela, pues absolutamente nadie le hablaba, apenas y los profesores sabían algo sobre ese chico. No tenía amigos, se veía que en su casa no recibía el apoyo suficiente.

¿Por que? Era la pregunta que cualquier chico nuevo de la escuela se haría al ver a Soonyoung. Resulta que su madre había dejado a su padre por otro hombre, típico inició para una vida mala en casa. Su padre, como era de esperarse, comenzó a beber y a beber, prestándole cada vez menos atención a Soonyoung y a su hermana. Pero, su hermana la tenía más fácil, ella había salido del país a estudiar, lamentablemente para Soonyoung, ahora se encontraba solo él con su padre.

No era nada grave, solo, su padre no le prestaba atención, no llegaba a situaciones más fuertes como golpear a su propio hijo, pero a Soonyoung le hacía falta algo de amor paternal a veces.

Llegó a su salón de clases, dirigiéndose directamente hasta su lugar, siendo ignorado por los demás estudiantes quienes ni siquiera se atrevían a mirarlo.

No lo trataban mal a tal grado de considerarse bullying, simplemente lo ignoraban ya que sabían la situación en la que estaba su padre, tenían que Soonyoung fuera igual a él, por lo cual, evitaban tener algo que ver con Soonyoung.

La maestra entró, con su simple presencia hizo que todos los estudiantes del salón fueran a sus respectivos lugares y, si había de otros salones, que simplemente se retiraran.

Detrás de la señora, un chico de baja estatura, facciones lindas, cabello rubio, casi blanco, iba caminando detrás de ella, con la mirada baja y claramente nervioso. Se paró hasta enfrente de los escritorios, recibiendo miradas confundidas y atentas de los demás estudiantes, incluido Soonyoung.

—Preséntate.— fue lo único que dijo la maestra, con una sonrisa sincera, e intentando darle confianza al chico para hablar.

—Mi nombre es Lee Jihoon.— susurró, sin despegar la mirada del suelo, solo movió su mano en forma de saludo.—Espero llevarme bien con ustedes.

La maestra sonrió satisfecha, aunque casi nadie dentro del salón había logrado oír lo que él bajito había dicho.

—Muy bien, Jihoon, eres bienvenido. Puedes sentarte en la silla vacía frente a Soonyoung.— el menor subió la mirada, conectándola sin querer con la mirada atenta del contrario.

El bajito asintió, haciéndose pasó por los escritorios y sillas hasta llegar a la indicada.

Jihoon miró al peligris que se sentaría detrás de él, sonriendo dulcemente.

—Hola.— susurró.