La chica del árbol [JENLISA]

La chica del Árbol

Una pequeña chica de apenas 13 años, llevaba alrededor de 30 minutos mirando al no tan pequeño bulto que se encontraba en la colchoneta inflable que su padre le había subido para poder quedarse comodamente en la pequeña casa del árbol. Jennie no había querido acercase, tenía un poco de miedo, pero no tanto como para hablarle a su padre o madre. Desde hace 30 minutos que había llegado de la escuela, lo primero que hacía era saludar a sus padres, coger un poco de comida y después corría hasta la casa del árbol que se encontraba detrás de su casa, y cuando subió, se llevó la sorpresa de encontrar a alguien ahí, realmente había luchado para no gritar con fuerza, usualmente Jennie solía asustarse con facilidad, pero vaya que se la había aguantado. La pelinegra se levantó con mucho cuidado, no quería hacer ruido, le intrigaba ver el rostro de aquella chica. Sabía que lo era por su melena, se fue acercando poco a poco, hasta quedar a su altura, se tuvo que inclinar un poco para poder ver su rostro. Sin darse cuenta, terminó cayendo encima de la chica.

-¡AHHHHHH!

Gritaron al mismo tiempo, Jennie retrocedió un par de centímetros, mientras que la castaña se dio tope con la pared de madera, aunque quisiera ir más atrás, esta se lo impedía. Jennie intentó calmar sus latidos, sentía que el corazón le saldría del pecho, miró con asombro a la chica que se encontraba frente a ella, quizás tenía la misma edad, la observó de pies a cabeza, estaba un poco sucia, la ropa que cargaba tenía huecos, la miró directo a los ojos, sin saber que decir, sabía que estaba asustada, por la forma en que abrazaba sus piernas.

-Oye, tranquila. -La pelinegra intentó acercarse, pero se detuvo al ver la expresión de la castaña -No te haré...

-Hija ¿Estás bien? -Fue interrumpida por la voz de padre, sintió que el alma se le iba, miró de nuevo a la misteriosa chica. -¿Jennie? -Se miraron por un par de segundos, ¿Que transmitían los ojos de aquella joven? ¿Miedo?

Sin pensarlo dos veces, se puso de pie, la castaña por fin despegó las piernas de su pecho, hizo ademán de quererse levantar, pero la pelinegra la detuvo con un dedo en sus labios.

-Shhh-Siguió caminando hasta llegar al pequeño hueco por donde entraba -Estoy bien papá, fue solo un bicho, ya sabes que me asustó con facilidad.

Su padre quien estaba por subir las escaleras se detuvo antes de siquiera poner un pie en el primer escalón, miró hacia arriba, su hija parecía tranquila, quizás no debería de preocuparse tanto.

-Bueno, quería decirte que saldré con tu madre por comida... -El hombre se rascó la cabeza-Se le volvió a quemar. -dijo con una pequeña sonrisa

-Me imagino

Soltó una carcajada, por un momento había olvidado a la persona que estaba ocultando. Si sus padres se enteraban, probablemente llamarían a la policía, miró de reojo y vio como la joven la miraba con el ceño fruncido, quizás esperaba el momento en el que Jennie la delatara. La pelinegra se debatía en lo que tenía que hacer, pero al ver la tristeza invadir el rostro que aquella chica sucia pero bonita le partía el corazón, sus padres siempre le habían dicho que si de ella nacía ayudar a alguien, que lo hiciera.

-¿Quieres algo? ¿Alguna golosina? -su padre la sacó de sus pensamientos, desvío la mirada de la joven para centrarse en su padre

-Papá. ¿Tardarán mucho? -pregunto curiosamente, quizás tenía un plan en mente.

-Tal vez una hora, tu madre quiere ir a ver un par de diseños para la sala, ya sabes -el hombre se encogió de hombros, a lo lejos escuchó la voz de su esposa-Bueno, si no se te ofrece nada, nos vamos, ya sabes las reglas, nos vemos en una hora o quizás más.

Le lanzó un beso a su padre el cual hizo ademán de atraparlo y ponerlo en su pecho, sin duda alguna le había tocado tener padres excepcionales, a lo lejos vio como el auto de sus padres salía de la casa, una vez que vio el portón cerrarse, se dio la vuelta, topandose de frente con la otra joven.