Arruinaste mi vestido Chanel

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—Estás un poco pálida

Irene se preocupó seriamente por la pelinegra, ya que traía una cara de enferma. Habían bajado del auto una vez que lo aparcaron, pero al parecer una vez que puso un pie fuera, fue como si hubiera visto un fantasma, miró de un lado para otro como buscando una respuesta, pero la cosa era que solamente veía autos.

—No pasa nada, —Forzó una sonrisa y se dejó llevar por el momento.

Tomó la mano de Irene con el único propósito de sobrellevar la carga, sabía perfectamente que no había marcha atrás, así que solo le quedaba afrontar la realidad. Miró a Irene y esta tenía una sonrisa radiante, se sentía un poco mal por darle falsas esperanzas, pero quizás se daría el tiempo después para hablar de la situación.

Caminaron de la mano hasta entrar al restaurante, el cuál era un sitio bastante elegante. Jennie sentía como las manos comenzaban a sudar, estaba demasiado nerviosa, su corazón latía  a mil por hora, esperaba que Irene no se diera cuenta tan rápido. Se detuvieron un momento al ver al Hostes.

—Bienvenidas señoritas, ¿Hicieron reservación? — Un hombre arriba de 50 años les habló amablemente.

—De hecho, la señorita Kim Da-Dyun nos está esperando, —Sonrió amablemente, esperaba escuchar que nadie había llegado al encuentro, pero eso no pasaría.

—Por supuesto, la señorita se encuentra junto a su prometida, la señorita Manoban,—El hombre les hizo ademán de que lo siguieran.

Jennie miraba la espalda del hombre y comenzó a sentir como el lugar se estaba volviendo más pequeño, respiraba con un poco de dificultad, se preguntaba como era que Lisa había aceptado todo esto, por un momento esperaba que Dahyun cancelara la cena pero eso jamás pasó. SIguió mirando al hombre no queriendo mirar a otro lado. Caminaron hasta una zona alejada a la vista de los demás, miró por encima del hombro del hostess y pudo ver una cabellera rubia. El hombre se detuvo y supo que ya no había marcha atrás.

—Sus invitadas han  llegado, señorita Kim, señorita Manoban —El hostess hizo una reverencia y sin más se dio la media vuelta —Que pasen una agradable velada.

—Jennie que gusto verte de nuevo. —Dahyun se levantó y rodeó la mesa para saludarla.

Correspondió el saludo y presentó a su compañera. La rubia parecía bastante feliz, llevaba consigo  un pantalón de vestir y una camisa manga largas color azul pastel. Jennie miró a la otra persona que estaba a espaldas, su corazón dejó de latir cuando esta se levantó y se giró hacia ellas.

Sus miradas se encontraron y se miraron como si fuera la primera vez que se estuviera viendo. Lisa llevaba puesto un vestido negro a juego con un accesorio dorado que rodeaba su cintura. Perdieron el contacto visual con la rubia bajó la mirada, Jennie la siguió y notó que miraba con el ceño fruncida a su mano entrelazada con la de Irene. Con bastante discreción se soltó, sintió una gran incomodidad al sentirse observada por Lisa.

—Es un placer estar aquí. —Irene sonreía de oreja a oreja, no tenía ni idea de quienes eran pero sentía felicidad al haber sido invitada.

—Ella es mi prometida, Lalisa Manoban. —Lisa tenía un semblante serio y solamente se limitó a saludar a la castaña con la mano. —Pero vengan, hay que sentarnos.

Lisa siguió de pie mirando con intensidad a Irene, en ningún momento desvió la mirada ante la pareja, sabía que no debía sentirse celosa, al final de cuentas ella había tenido la culpa de todo, pero le era inevitable no querer arrancarle aquélla sonrisa que la castaña se cargaba desde que había llegado. Vio como Irene amablemente hacia  a un lado la silla para que Jennie se sentara y para su mala suerte, la pelinegra se había sentado a su lado.

La chica del árbol [JENLISA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora