Sesión

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En los días que siguieron Jennie no paraba de quejarse con sus padres y Jisoo quien no hacía más que escuchar porque simplemente se había cansado de intentarlo, ya que cada vez que abría la boca para decir algo, Jennie se quejaba una y otra vez. Sus padres se sintieron aliviados con su hija al verla partir el viernes por la mañana a su nuevo departamento y es que ya los tenía mareados con el mismo tema que no dejaba desde el Miércoles: Lalisa Manoban. Ese ere el único tema del que se había estado hablando por aquéllos días.

Y es que desde que la rubia la había dejado para irse sin siquiera despedirse como si no existiera la había puesto muy mal. Al inicio cuando les había contado que al fin después de tantos año se logró reencontrar con ella, parecía la persona más feliz del mundo, pero cada vez que recordaba el pequeño incidente su sonrisa se esfumaba. Nadie podía dejar de esa forma a Jennie Kim, ni siquiera la propia Lisa por la cuál estuvo llorando por noches incansables

Pero nadie le hacia eso sin pagarlo, sabía que no podía cancelar la sesión de fotos, ya que había un contrato de por en medio y además de eso, al día siguiente cuando llegó a la revista, su jefe le felicitó por el gran logro de fotografiar a la gran empresaria. Así que no le había quedado otra opción que buscar el lugar donde sería la sesión. En todo ese tiempo no había sabido absolutamente nada de la rubia lo cuál le causaba un pequeño dolor en el corazón, pero eso no era más grande que sus ganas de hacerle saber a Lisa quien era Jennie Kim.

Tenía pensado ignorarla al día siguiente, ya que era el día en que se supone que estaría de regreso, se portaría lo más fría que pudiera, no quería que Lisa viera lo mucho que su  indiferencia le había dolido. Pero no podía evitarlo, tantos años esperando ese momento y todo se fue a la mierda en cuestión de segundos.

—Jennie ¿Podrías dejar de pensar en la rubiecita esa ?—Su mejor amiga había llegado al límite—Llevo los últimos dos días oyéndote hablar sobre ella, si te soy sincera al inicio me pareció increíble, llevas tanto tiempo esperando por esto que me sentí feliz por ti pero, ahora no haces más que quejarte y sinceramente ya hasta me cae mal de tanto escuchar su nombre.

La pelinegra se quedó con la boca abierta, muy pocas veces veía a su amiga en ese estado, sin duda alguna entendió que se le había pasado la mano con el tema, incluso pensó que sus padres estaban felices de que al fin hubiera encontrado un departamento, pero eso solo eran suposiciones de ella. Vio como Jisoo soltaba todo el aire que había retenido posando la mano en su pecho, respirando con dificultad, como si hubiera tomado el gran valor de hablarle de esa forma a Jennie.

—Lo siento Chichu— Se sentía un poco avergonzada, la única persona que la soportaba se estaba hartando de ella—Es solo que todo ha pasado demasiado rápido—Suspiró pesadamente, Jennie igual se sentía un poco harta del tema— Lamento mucho haberme comportado así, te prometo que de ahora en adelante...

Su expresión de tristeza dio paso a una de molesta, estaba ahí pidiendo disculpas cosa que no suele pasar muy a menudo y  su amiga estaba como idiota mirando a otro lado. Intentó llamar su atención pero era inútil, se cruzó de brazos  con cara de poco amigos así que decidió girarse para saber que cosa le había quitado la atención de su amiga. Una chica de cabello rubio se encontraba del otro extremo del café en donde se encontraban, parecía bastante concentrada en la portátil que tenía en frente. Una de sus manos fue directo a un mechón de cabello que caía en su perfecto rostro.

Jennie miró de  la rubia a su amiga la cuál parecía idiotizada por la otra mujer. Jisoo tenía el mismo gusto por las chicas al igual que la pelinegra, recordaba el miedo que tenía su mejor amigo cuando se lo confesó que le gustaban las chicas, pero todo se calmó cuando Jennie le dijo lo mismo. Jamás se sintieron atraías una por la otra, definitivamente no se podían ver como otra cosa que no fuera amigas. De todos modos una relación con Jisoo jamás podría pasar de una sola noche, en ese aspecto eran muy diferentes la una de la otra. Su mejor amiga le gustaba acostarse con toda mujer que tuviera una linda cara y un buen cuerpo.

La chica del árbol [JENLISA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora