~ιᥒƚᥱɾᥒᥲᥴι᥆ᥒᥲᥣ~ [OneShots]

||El Ciberataque [3/4]||

-Ginebra (Suiza) XX/07/2019-

(XX:XX p.m)

Las calles se encontraban vacías mientras el tiempo pasaba, algunos cuervos graznaban desde las copas de los árboles.
Un curiosa y llamativa pluma era perseguido por una de estas aves logrando su prometido, atraparla para llevarla a su nido. Sin embargo, antes de que pudiera llevársela, un gato apareció ahuyentando al anterior propietario de la "presa", y proclamándola como suya.
Entre sus fauces tomó el objeto, guardándolo bajo un contenedor de basura donde no lo verían los cuervos. Saltó de techo en techo hasta una de las cientos de casas, bajando delicadamente hasta la terraza, para seguidamente rasguñar las puertas de cristal esperando ser bienvenido.
El dueño abrió dejando entrar al animal.

- Oh, buenas tardes... - Dijo CIA viendo como su mascota se frotaba contra sus piernas buscando atención - ¿Esta todo bien?

El felino se encaminó a la ventana, saltando de esta a un árbol cercano para maullar después.
La agencia, confundida por el comportamiento del gato, comprendía a su mascota la cual había sido entrenada con el atún de mejor calidad existente.
Dudoso, finalmente se cambió rápidamente para tomar unas ropas oscuras con las que cubrirse y saltar de la ventana, la mascota continuó su camino por los árboles y techos de cientos de hogares.
Tras ella, la agencia saltaba y corría sigiloso y camuflado como serpiente entre maleza.

El felino guió al mayor hasta el callejón donde cazó al ratón, bajó cuidadosamente saltando a una ventana y seguidamente a un contenedor de basura cerrado, hasta el suelo, donde se sentó. La agencia salto de una, flexionando sus piernas par amortiguar la caída, observó el lugar con detenimiento, su mascota le había traído hasta aquí y no era por nada.

Sus ojos se posaron en el suelo, sangre.. Posiblemente de un animal, si no fuera por una brillante pluma blanca que se movía zarandeandose por el ligero viento que entraba al callejón sacándola del contenedor. La plumita sobrevoló a pocos centímetros del suelo, siento atrapada e inspeccionada por las manos de la agencia.
Con un rostro serio y callado, llevó su mano libre a su celular, marcando cierto número teléfono.
El felino simplemente se acomodó tumbándose en el suelo, sería una espera larga, pero que daría de los mejores atunes.