||Fireflies||

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-Nueva York (USA) Año 1955-

(8:00 p.m)

Nueva mañana, nuevo día

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Nueva mañana, nuevo día.
ONU salía por las enormes puertas de su sede, la reunión había durado bastante tiempo esta vez.
El día había sido bastante cansado y monótono.
En ese día estuvieron hablando sobre los problemas políticos y el reciente golpe de estado a Argentina, el cual se encontraba tan mal que ni siquiera pudo asistir a la reunión.

Observó las nubes y el cielo ligeramente oscurecido que comenzaba a anochecer.

Con su maletín en sus manos se dispuso a caminar a su casa, la tarde era bastante clara y agradable para él, no hacía excesivo frío, ni calor.
Llevó su mirada a su reloj de pulsera, en unos treinta minutos puede que llegara sano y salvo a su casa.

Se detuvo frente a la carretera en el paso de cebra, esperando que el semáforo cambiara para que los autos de detuvieran y pudiera cruzar.
Su vista cruzaba de un lado para otro siguiendo distraída los coloridos autos de todo tipo de marcas.

Varias personas se colocaban a su lado esperando a la par, justo cuando una de tantas se acerca por atrás tocando ligeramente su hombro.

- Disculpa - Pronunció una voz masculina tras él, se volteó para encararlo.

- ¿Sí? Oh, FBI...

La organización le miró con curiosidad, últimamente veía bastante a FBI por Nueva York, y eso era realmente raro pues él vivía en Washington DC, uno de los muchos estados de USA.

- ¿Q-Que te trae por aquí? - Tartamueó tímidamente el emplumado intentando sacar torpemente una conversación, no era su mayor don.

- Recibí una misión de robo. El ladrón ahora esta entre rejas y al ver la sede pensé en mi gran amigo ONU - El menor se sonrojo por la mención.

- Eso esta bien, será un problema menos - Sonrió el mas joven algo nervioso.

El semáforo cambió finalmente, y ONU se dispuso a cruzar, pero antes de poder dar siquiera dos pasos, fue retenido y sujetado ligeramente de su brazo izquierdo.

- ¡Espera! ¿Puedo acompañarte? - Preguntó el mayor.

- Bueno...

El menor accedió provocando una sonrisa a la agencia que sin dudarlo siguió al contrario.
El camino fue silencioso sin palabras que decir, y mientras que FBI se sentía bastante a gusto con la compañía del de ojos dorados, este recién nombrado se mantenía algo nervioso e incómodo por el silencio, pero por su timidez se le hacia imposible, y es que por cada palabras sus mejillas se tornaban rojizas.

~ιᥒƚᥱɾᥒᥲᥴι᥆ᥒᥲᥣ~ [OneShots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora