Las vueltas al rededor del sol

La maldita alegría del tren

Lo sé, dije que el jueves, prácticamente cumplí con lo que dije, bueno aquí ya esta el siguente capitulo, es un poco más largo espero les guste

Miss heaven ☁️
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Aún estaba oscuro afuera, mis maletas ya estaban listas en la puerta del departamento de Liam, mientras tomo mi café en la cocina, tenemos cinco minutos para bajar si no queremos llegar tarde, pero Liam está teniendo una crisis nerviosa, se levantó tarde y su cabello alborotado va por todos lados mientras una lagaña aún cuelga de su ojo izquierdo, luce aún un poco atontado por el sueño pero eso no lo detiene de corretear por todo el departamento murmurando cosas para si mismo, como dije, crisis nerviosa.

— Cinco minutos.
Grité distraido desde la barra mientras intentaba quitar una pelusa en mi pantalón.
— ¡Maldita sea!

Salió disparado hacia su habitación y no sé cómo pero en menos de un minuto estaba cambiado y con las maletas detras repiqueando felizmente, aún se veía un poco despeinado pero le daba un toque de rebeldía que no lucia mal, al verlo listo tome mis propias maletas y abrí la puerta para esperar el elevador, detrás de mi pude escuchar como se cerraba el departamento, el elevador llegó y subimos, estando abajo el taxi ya nos esperaba, el conductor nos ayudó con las maletas y empezó una alegre charla sobre lo bueno que era el clima estos días, me dedique a ver por la ventana sabiendo que Liam podría manejar de mejor manera que yo la charla, tardamos poco en llegar, lo cual agradezco, porque estábamos rozando nuestro límite de tiempo, pagamos y cuando estaba por voltear a decirle algo a Liam, el ya camina como hipnotizado hacia donde a lo lejos veo un copete negro que asumo es de Zayn, decidí no ir detrás de él y quedarme a bajar todas las maletas, teniendo la última en mis manos, tomándola tan fuerte como si de una tabla de salvación se tratara, despido al taxista y me decido a no postergar más el hablar con mis compañeros de viaje y lo primero que veo es a Zayn colgado del cuello de Liam en un dulce y largo beso, detrás de la romántica escena, un chico rubio con ojos azules muy claros, casi como cristal, con una mueca divertida al ver a la empalagosa pareja, luce... agradable, un poco raro en realidad, aún está en pijama y está un poco muy despeinado, como si solo hubiera brincado de la cama y corrido a la estación, mi mirada continúa con la persona a su lado y no estoy listo para encontrarme con unos hermosos ojos azul mar aún con con el sueño colgando de ellos, el me estaba viendo también, me force a  apartar la mirada (primer paso para no lucir espeluznante, por cierto) decidí dirigirla a Liam que empezaba a separarse de su novio, quien empezaba a hablar.

— Hola, lamento que tengamos que levantarnos tan temprano pero valdrá la pena cuando lleguemos.
Zayn parecía entusiasmado a la par que un poco cansado por la hora que era.
— No tienes de que disculparte, Harry ama las mañanas, todos los día se levanta temprano, era horrible cuando compartíamos habitación en la universidad.

Dirigí mi enojada mirada al castaño que reía de su propio comentario, Zayn parecía darse cuenta apenas que había dos personas más detrás de él, las cuales tendría que presentar.

— Este inquieto y rubio que ves aqui es Niall, y este pequeño de acá es Louis pero puedes decirle Lou si te parece.

El rubio, Niall mejor dicho, soltó una pequeña risa y saludo efusivamente dando un beso en cada mejilla, ¿Que es esto España? mientras que Louis solo dejo ver una pequeña sonrisa mientras peinaba su pelo detrás de sus orejas, con la cabeza baja, lucía tan lindo en sus jean gastados y sudadera tres tallas más grandes de lo que debería, cuando subió la cabeza sus ojos conectaron de nuevo con los míos, Lou se dedicó a sonreír abiertamente mientras movia nerviosamente sus manos hasta decidirse por extenderla hacia mi, tome su mano, era calida y reconfortante, su piel era suave y tersa, estuvimos así tal vez demasiado tiempo, porque cuando logramos separar miradas, todos nos veían de manera extraña, decidido a no sentirme incómodo por ello, aún con la manos de Lou en la mia decido presentarme.