Alice

Capitulo XV

El nerviosismo continuaba en la residencia de los Scott Belrose. Adam y Victoria viajarían esta noche para el funeral del príncipe Arthur, la servidumbre se encargaba de empacar sus pertenencias, la pareja trataba de perecer tranquilos, la excusa que hasta ahora los salvaba era una enfermedad debido a los nervios de la boda, además que los medios y demás familias ya estaban acostumbrados a la ausencia de Alice. 

Georgina estaba por salir de la mansión, muchas veces olvidamos recordar las fortalezas de las personas ya que lo que distingue en su mayoría son los defectos, este era el caso de Clemence Georgina, las revistas siempre elogiaban a la socialité por su belleza y errores cometidos, jamás por su inteligencia. Ya era tiempo de enaltecerla por sus logros, encima de hermosa era inteligente, no cualquier persona es capaz de ser economista y financiera, estudiar al mismo tiempo y lograr calificaciones perfectas nadie más que Georgina en estas familias. 

Clemence bajaba las escaleras cuando la puerta se abrió,   se apresuró cuando noto que se trataba de su hermana, Alice se veía cansada y cargaba una maleta. 

—Alice, ¿En donde te metiste?— le recibió mientras la tomaba de los hombros. 

Alice bajó la mirada. 

—¿Mis padres?— pregunto evadiendo a su hermana.

—En la biblioteca— respondió Georgina. 

—Gracias.

Lizzy apresuró su paso hasta la biblioteca de la mansión, ella sabía a lo que estaba por enfrentarse pero sus padres aún no armaban algarabía por su desaparición, todo aún se podía solucionar.

—¿Puedo pasar?— pregunto Alice de pie en la puerta.

Sus padres, estaban concentrados en sus libros, ambos retiraron sus lentes y solo asintieron sorprendidos a la petición de su hija.

Alice entró, tomó asiento en un pequeño banco con asiento de piel frente a sus padres, agachó la cabeza y sus piernas temblaban. Parecía una pequeña niña indefensa.

—Estoy totalmente arrepentida de mi bajo comportamiento— hablo— Debo admitir que el tema del matrimonio no me agradaba del todo, tome estos días para pensarlo, lo hice de la manera más tonta pues lo único que logré fue preocuparlos. Suponía que nadie tomaría en cuenta mi ausencia ya que soy como un mueble en esta casa, jamás hablo, ustedes están lo suficientemente ocupados como para detenerse a hablar con sus hijos, nos estamos acabando nosotros mismos, claro que lo que no tome en cuenta era que soy yo la que se casa con un futuro rey ahora y por eso estoy aquí, decidida a aceptar lo que venga.

—Miranda, gracias al cielo está travesura no salió más allá de las puertas de esta mansión— dijo su padre— Tuviste suerte ya que por la muerte del príncipe, la familia real estaba demasiado ocupada como para hablar de compromiso. Pero llegamos a un arreglo, te casaras el próximo mes cuando el luto termine, no habrá cena de compromiso porque no queremos seguir alargando esto.

—Entendido.

—Eres más importante de lo que piensas hija, eres tú la que se casa con un futuro rey— dijo Victoria tratando de no sonar aprensiva. 

—Claro, como Georgina— balbuceo Alice.

—¿Qué dices?— cuestionó de inmediato Adam. No le gustaba que ninguno de sus hijos tocara el tema de los problemas de Georgina. 

—Nada. Les aseguro que a partir de ahora haré lo correcto para que esta familia crezca, es mi obligación como la próxima que ocupe su lugar— afirmó Alice.

Liz subió a su habitación y al poco rato su hermana tambien llego. Si alice necesitaba a alguien ella siempre estaría ahí, sabia lo que era sentirse solo y no dejaría a su joven hermana enfrentar aquellos problemas sola.

—¿Quieres hablar?— cuestiono Georgina mientras abría un poco la puerta.

—En realidad sí.

Clemence entro y tomo asiento en un sillón frente a Lizzy, ella observaba a través de su enorme ventana con la mirada concentrada en lo que había alrededor. 

—¿Cómo estás?— preguntó Geo. 

—Creí que todo estaría bien— contesto Alice conteniendo sus lágrimas— Ladán era el hombre perfecto para mi. El día de ayer el solo se fue, dejó una nota: "Miranda, no puedo permitir que arruines tu vida por mi. No debo entrar en más líos. Tú y yo tenemos responsabilidades diferentes que asumir, no podemos seguir juntos. Me voy para no arruinarte, te aseguro que esto es lo mejor para los dos. Este secreto se queda a salvo conmigo"
Se fue por la noche, cuando desperté estaba sola.

—Ladán— repitió Georgina— así que ese era el verdadero nombre de Beliar.

—¿Hizo bien?

—No lo sé, parece que solo tenía miedo del compromiso. Alice, un hombre cobarde jamás vale la pena, si no es capaz de luchar por su amor entonces...

—Lo sé.

—Pero la verdad, es que yo preferiría que hubieras permanecido con él.

—¿Por qué?— preguntó Alice impresionada. 

—Con Víctor no serás feliz. Ayer hablé con Beth, ella lo conoce, Paul fue quien presentó a nuestro padre con la casa de Koenigswarter. Froilán está casando a su hijo con un solo propósito, quiere limpiar su imagen, aún más ahora que será el sucesor directo— explico Georgina. 

—¿Tan malo es?

—Víctor ha sido visto con más mujeres de las que puedes imaginarte, incluso con su propia cuñada, la duquesa Bernice. Estaba de viaje cuando todo sucedió, en su isla disfrutando de alguien más. Y quizá, Ladán solo quería lo mejor para ti, él se ha preocupado más que nadie.

—¿Te molesta si duermo por un rato?

—No claro que no, descansa yo quedé en  acompañar a Genovive al medico.

—¿Al médico?— cuestionó Alice.

—Sí, sí, todo parece indicar que está vez tendrán al niño que tanto quieren, nuestro hermano me lo pidió ya que él está ocupado, como siempre y claro debió considerar a Georgina que nunca está ocupada— comento mientras se ponía en pie. 

—Genovive es nuestra prima y cuñada, no es malo ayudarla.

—Prima lejana— corrigió Georgina— nuestras madres son solo primas.

—Que te diviertas.

—Lo dudo Lizzy, lo dudo.

Clemence salio y Alice dejo pasar el rato solo mirando a través del cristal, con la mente en blanco y la mirada perdida dejando que el mundo girara mientras ella solo lo aceptaba.