CAPÍTULO 28

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*Capítulo 28*



- ¡Maldita desgraciada!- exclama en un susurro, el golpe seco del arma cayendo al suelo me sobresalta, seguido un fuerte dolor en mi ingle.

Sofía se deja caer sobre sus rodillas con las manos en su cuello, del cual brota mucha sangre.

- Maldición, Sol- la voz de Meg me alarma- La puerta estaba cerrada... ¡Oh por Dios!.

El jadeo de la pelinegra me alarma nuevamente y el dolor en mi ingle se intensifica. Observo a Sofía inconsciente en el suelo y el río de sangre alrededor de mis pies.

- ¿Qué demonios ocurrió?- cuestiona caminando lentamente hacia mi.

- Ella... estaba y yo... - un gemido de dolor se me escapa y Meg se alarma.

- ¿Qué tienes?- me mira con los ojos bien abiertos, mis manos están en mi vientre y por mis piernas recorre un hilo rojo de sangre- Espérame, no te muevas.

Su voz temblorosa me asusta más y eso es malo, Meg se acerca con cuidado y con su pie aleja el arma del alcance de Sofía. Tiende su mano en mi dirección y yo la tomo, me ayuda a rodear el cuerpo en el suelo y me guía fuera de la habitación.

- Necesito un ambulancia- dice y ahora me doy cuenta que está al teléfono. Da la dirección- La policía, los bomberos y todo lo que tenga, pero urgente por favor.

El dolor en mi vientre cada vez se hace más fuerte y mis manos temblorosas no me ayudan mucho. Meg me sostiene y me ayuda a sentarme, aún con el teléfono en la mano.

- Logan no responde- me dice y aprieto la mandíbula- ¿Es mujer está loca o que le pasa?.

- Meg... - susurro.

- Lo siento- la puerta suena y Meg vuela hacia ella, enfermeros y paramédicos llenan la pequeña sala.

Yo solo me dedico a llorar y pedir porque mi bebé esté bien.

¡Dios!, Esto duele. Si que lo hace.

- Señorita, ¿Puede ponerse de pie?- un enfermero llama mi atención y como puedo asiento. Con su ayuda me pongo de pie y luego me guía hacia una camilla.

- Meg... - murmuro y en menos de un segundo la tengo aparentando mi mano.

- Aquí estoy- me sonríe- Todo va a estar bien.

- Logan...

- No me contesta- dice y ahora sí luce preocupada.

Veo todo en cámara lenta, cuando menos lo espero estoy dentro de una ambulancia y Meg a mi lado.

- Del uno al diez, ¿Qué tanto le duele?- cuestiona el enfermero.

- Ocho... - hago una mueca de dolor.

- ¿Cuánto tiempo tiene?- pregunta.

- Treinta y cinco... semanas- las lágrimas no dejan de salir.

- Haremos lo que esté en nuestras manos- dice el chico a mi lado y un nudo se instala en mi garganta.

¿Qué está pasando?. Tengo miedo.

- Meg... - mi mejor amiga me observa- Necesito que me prometas...- una pulsada intensa me aborda- Prométeme que... si algo... si algo pasa- otra pulsada más- Si tienen que elegir... entre el bebé y yo... ¡Dios!- exclamo en un susurro, los ojos de mi amiga están cristalizados- El bebé... siempre el bebé.

- Todo va a estar bien, Sol...

- Prométemelo- la interrumpo, ella cierra sus ojos con fuerza- Meg...

- Lo prometo- asiente.

- Logan... tienes que decirle...

- Esta bien- una lágrima baja por su mejilla pero la seca con rapidez- Todo estará bien, tranquila.

Minutos después, llegamos al hospital y Meg no deja mi mano en ningún momento.

El dolor se hace cada vez más fuerte y siento mi cuerpo débil y cansado, una doctora llega a nosotros.

- Muy buen, Sol, necesito revisarte. Abre tus piernas un poco- apretando la mano de mi amiga, hago lo que la doctora me dice- Bien, rompiste fuente. Pero no estás dilatada completamente, ¿Tienes ganas de pujar?.

Niego, la doctora hace una mueca y luego asiente.

- Debemos proceder a una cesárea- dice- Estás sangrando mucho y eso no es bueno. El bebé puede ahogarse y tú descompensarte- explica, miro a Meg y trago sintiendo las lágrimas caer por mi rostro.

- Está bien- murmuro, ella le dice algo a una enfermera y ella sale disparada fuera de la habitación.

- Sol, el hospital tiene una política en estos casos- habla nuevamente la doctora- La vida de tu bebé y la tuya están...

- En peligro- murmuro.

- Si, por lo tanto si estamos en quirófano y se presenta una situación mucho más crítica... debemos elegir- cierro los ojos- El bebé o tú, necesitamos que alguien firme los papeles...

- Yo... soy responsable de mi y de mi cuerpo- digo con firmeza y escucho el jadeo estrangulado de Meg a mi lado- El papá de mi bebé... el llegará pronto, pero yo... voy a firmar.

- ¿Cuál es tu decisión?- cuestiona la doctora recibiendo los papeles que le entrega la enfermera.

- El bebé... hagan todo porque mi bebé esté bien- susurro, la doctora me acerca los papeles y con manos temblorosas tomo el bolígrafo y firmo.

- Debemos proceder- dice la doctora- Señorita, debe salir.

- Lo sé- mi amiga asiente- Solo un minuto.

La doctora asiente y sale de la habitación.

- Yo...

- Te amo y voy a apoyarte siempre, ¿Bien?- cuestiona y asiento, las lágrimas bañan sus mejillas.

- Yo también te amo, Meg- la veo arrugar el rostro, pero luego vuelve a sonreír.

- Voy a esperarte afuera- sonríe y eso me hace sonreír a mi- A ti y a frijolito, a ambos. De lo contrario no quiero nada- ríe y hago otra mueca de dolor.

- No dejes a Logan... - susurro- Explícale todo.

- Bien- asiente- Todo estará bien.

La doctora entra y Meg besa mi mejilla para después salir de la habitación, todo a mi alrededor se vuelve negro después de un rato y en mi mente solo estamos mi frijolito y yo.





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Boom, Boom, Boom.

¿Que pasará?.

2/5

Hagan sus teorías, las estaré respondiendo.

¡Voten y comenten mucho!

Fuego de hielo [Fríos II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora