Capitulo 45

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-Narra Janelyn- 

Me desperté poco a poco, me sentía muy cansada, no reconocía el lugar, me senté poco a poco, mi cabeza me daba vueltas y veía todo borroso. Parpadee unas cuantas veces hasta que poco a poco mi vista volvió a su normalidad. Estaba en una habitación, pero no era la mía. ¿Qué había pasado? Cerré los ojos y entonces lo recordé. 

Edward: Hola princesa, ¿me echabas de menos? 

Mierda, tenía que salir de aquí. Me levanté como pude, me dolía mazo la cabeza. Poco a poco fui hasta la puerta, intenté abrirla hasta que se abrió. 

Edward: Oh, buenos días, princesa -sonríe- ¿Has dormido bien? -me acaricia la mejilla- 

Janelyn: NO ME TOQUES -aparto su mano- 

Edward: Ay, princesa, tú siempre tan a la defensiva -sonríe y se acerca a mi oido- Es la razón por la que te amo tanto 

Janelyn: -le empujo- TE ODIO 

Edward: -ríe y me estampa contra la pared- Deja de resistir, se que aún me amas -me besa a la fuerza- 

Janelyn: -le empujo y le doy un puñetazo- NO ME TOQUES 

Edward: -se limpia la sangre- Sigues siendo la misma niñata de siempre 

Me golpea haciendo que me caiga al suelo. 

Edward: Eres mía, solo mía, ¿entiendes? Y nada va a cambiarlo -me coge de la cara- Eres solo mía -sonríe- Después de todo ya no están tus padres para protegerte, SOLO ME TIENES A MI -me suelta- 

Entonces Edward se fue, y las lágrimas empezaron a caer. Edward tenía razón ya nadie podría protegerme, ya nadie podría salvarme. Me quede allí en el suelo abrazada a mí misma perdiendo todas las esperanzas. 

-Al día siguiente- 

Me desperté porque Edward entro a la habitación, rápidamente me aleje de él y me abracé a mí misma. 

Edward: Nunca cambias -sonríe y deja la bandeja en la mesilla- Breakfast in bed -sonríe- Como siempre te gustaba 

Janelyn: -le miro mal- 

Edward: No puede ser un breakfast in bed si no estas en la cama -me mira- 

Janelyn: NO 

Edward: Esta bien, como quieras -coge el plato y se sienta en el suelo- Venga a comer, princesa -coge la cuchara y me lo acerca- 

Janelyn: -le escupo- 

Edward: MIRA NIÑA -me coge del cuello estampándome contra la pared- NO VOY A TOLERAR ESTAS ESTUPIDECES, ¿LO ENTIENDES? -me suelta- Recoge esto, lo quiero limpio cuando vuelva

Entonces Edward se fue y las lágrimas volvieron a salir, nunca pensé que volvería a estar en esta situación otra vez. Lo peor de todo es que, nadie vendría a por mí. Echaba mucho de menos a mis padres. 

Empecé a recoger todo antes de que Edward volviera, lo deje todo en la bandeja. Y mire algún modo de escapar, aunque sabía que no lo habría. Miré los cajones de la mesilla y nada, mis bolsillos, mierda, ¿dónde tenía el móvil? Miré debajo de la cama por sí había algo, pero nada. 

No había ventanas, eso lo sabía desde el principio, pero me fije que había otra puerta. La abrí y era un baño, donde había una ventana pequeña arriba del inodoro. Intenté abrirlo, pero no se abría. Ahora sí que sí, estaba perdida, nadie me salvara de él. Salí del baño antes de que Edward entrase y me senté en la cama. Me fue imposible escapar de él en su momento, ¿qué dice que eso cambiaría ahora? Además mis padres no estaban, por lo que ... me quedaría aquí para siempre. 

Edward: -mira alrededor- Obediente -sonríe- Así me gusta -me acaricia la mejilla- Esta es mi princesa -me besa la mejilla-

Janelyn: -me alejo de él- 

Edward: Bien -sonríe- Quiero que te pongas esto para esta noche -me lanza ropa- Tendremos una cita esta noche -me coloca el pelo detrás de la oreja- De esas que te gustaban tanto -sonríe- 

Janelyn: -le alejo la mano- 

Edward: -sonríe- Descansa princesa, tendremos una noche fantástica 

Al irse Edward mire lo que me lanzó, era un vestido rojo, de los que me obligaba a usar cuando salíamos juntos. Lancé el vestido, y me tumbé en la cama. 

[...] 

Me desperté porque Edward entró, me abracé a mí misma, y me dispuse a mirarle. 

Edward: Es hora de que te prepares -sonríe-

Janelyn: No quiero -susurro-

Edward: ¿Qué has dicho? 

Janelyn: NO QUIERO -le miro- 

Edward: -me tira del pelo- Vas a ir al baño, te vas a dar un baño y te vas a poner el vestido, porque si no, yo mismo haré que te duches y -sonríe- A lo mejor lo hago directamente -me besa el cuello- 

Janelyn: -me alejo de él- Esta bien, lo haré, dame un rato -me abrazo a mí misma- 

Edward: -me mira de arriba a abajo- Esta bien -sonríe y se acerca a mí- Puedo esperar -me susurra en el oído- 

Edward se fue y me fui al baño, cerré con seguro por si acaso. O bueno, me acostumbre desde que Edward empezó a ser así. Me duché, me vestí y me peiné. Me quede mirando al espejo, tenía un moretón en el labio. Salí de allí y me senté en la cama. 

Edward: -abre la puerta- ¿Estas lista? 

Janelyn: -me abrazo a mí misma- 

Edward: -sonríe- Estas preciosa -me coloca el pelo a un lado- Como siempre, princesa 

Janelyn: -empiezo a temblar- 

Edward: Tranquila -sonríe- Vamos a cenar, he preparado tu favorito

Janelyn: -me levanto y salgo de la habitación- 

Era una pequeña sala, donde había un pequeño salón a un lado, una mesa con sillas en el medio y la cocina. A parte de lo que sería la salida de este sitio, había 3 puertas más. 

Edward: -mueve la silla- Siéntate -sonríe- 

Janelyn: -me siento-

Edward: -se siente enfrente mío- ¿Te gusta lo que ves? -sonríe- Nuestras citas eran así, ¿recuerdas? 

Janelyn: -juego con mis manos- 

Edward: -me sirve- He perfeccionado mi receta -sonríe- Ya lo verás 

Janelyn: -miro a otro lado- 

Edward: Adelante come 

Janelyn: -miro mis manos- 

Edward: Princesa, come 

Janelyn: No, gracias 

Edward: COME 

Entonces Edward se levantó, pero alguien abrió la puerta. Miramos quien era y era Jayce y en sus brazos estaba Alyssa inconsciente. 

Janelyn: Alyssa -me acerco a ella- ¿Qué le has hecho, gilipollas? 

Jayce: Edward, controla a tu novia 

Edward: -me coge de la cintura- 

Jayce empezó a caminar hasta la puerta de al lado mío. 

Janelyn: NO, NO, DEJALA EN PAZ -intento soltarme- JAYCE DEJALA EN PAZ 

Edward: JANELYN CALLATE

Janelyn: -le doy una ostia a Edward y corro hacía esa fuerza- JAYCE DEJALA EN PAZ -empiezo a golpear a la puerta- JAYCE, NO, POR FAVOR, DEJADLA EN PAZ 

Las lágrimas empezaron a salir, Edward intentaba alejarme de la puerta, pero yo me resistía, entonces Edward me dio un golpe en la tripa, me cogió y me tiro a la habitación para después cerrarla. Me acerqué a la puerta, empecé a golpearla sin fuerza, mis pesadillas se habían vuelto realidad. 



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