Capítulo 73

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Al día siguiente por la mañana nos despedimos finalmente de Chain:

— Cuídate —le dije estrechándole la mano

—Eso debería decírtelo yo a ti —me respondió con una sonrisa burlona—. Espero que nos volvamos a ver.

Tras despedirse del resto cogió sus cosas y sacó de un bolsillo una especie de colgante que levantó en alto y que le hizo desaparecer casi instantáneamente, seguramente teletransportándolo a casa de Ed y Aoi.

Chain había sido un compañero que nos había acompañado durante bastantes meses y con el que había compartido buenos momentos... Nos había ayudado bastante durante el tiempo que había pasado con nosotros y desde luego se había convertido en un buen amigo al que echaría de menos. Pero a pesar de todo esto, en el fondo sabía que tanto él como yo debíamos continuar por nuestro propio camino para avanzar.

Con esto en mente, ya que después de tanto tiempo malherido por fin volvía a estar en una condición mínimamente decente, decidí que tenía que volver a entrenar habitualmente.

Tras la pelea de Grimbur había quedado claro que todavía no estaba en condiciones para completar mi venganza, y más ahora que no podía depender del parásito. Si quería acabar con Astaroth me haría falta volverme muchísimo más fuerte de lo que era ahora mismo: Astaroth era el príncipe del reino en el que nos encontrábamos, y sin demasiados problemas podría crear un ejército mucho más poderoso y numeroso que el que había utilizado Grimbur para atacarme.

Decidido a comenzar a entrenar, terminé mis encargos de ese día lo antes posible para poder marcharme al bosque alrededor del mediodía, decisión que le comenté a Gun por si se preguntaba a dónde había ido.

—¿Seguro que estarás bien? Debería ir contigo por si acaso —me dijo Gun mientras se ponía una chaqueta.

—No te preocupes, apenas iré lejos, ¿Qué es lo peor que podría pasar? —intenté tranquilizarla.

—¿No fue allí donde te emboscaron la última vez? —me preguntó ella arqueando una ceja.

— Puede ser... ¿Pero qué posibilidades hay de que ocurra otra vez en tan poco tiempo? —le dije intentando quitarle importancia—. Seguro que estaré bien, tan solo serán unas cuantas horas.

—Está bien, pero más te vale estar aquí antes de que se ponga el sol —suspiró ella apartando la mirada.

—Te lo prometo —juré apretándola contra mí en un abrazo, a lo que ella respondió con un beso y un doloroso pellizco en la mejilla.

Tras eso salí de casa y me dirigí a mi destino a un ritmo moderado, de tal forma que en menos de una hora ya había llegado al bosque. Al llegar comencé a probar mis distintas habilidades y movimientos para ver qué tanto se habían reducido mis capacidades en la práctica por la disminución de estadísticas.

Tras varias horas tenía un conocimiento bastante elevado de lo que podría y no podría hacer, por lo que ya me veía en condiciones para pelear contra enemigos que no superaran por demasiado mi nivel actual. Al terminar decidí volver pronto a casa para no romper la promesa que le había hecho a Gun y no preocuparla.

—¿Qué tal te ha ido? —me preguntó nada más me vio entrar por la puerta.

—Bastante bien... En realidad, estoy en una condición bastante mejor de lo que pensaba. Puede que incluso me animé a aceptar alguno de los encargos de exterminio para así ponerme en forma —le respondí.

Nada más decirle eso, vi como el rostro de Gun se deformaba en una extraña mueca: no sabía exactamente lo que significaba, pero podía deducir que no estaba demasiado convencida con lo que le acababa de decir.

I'm (Not) A Hero (Pausada Hasta Nuevo Aviso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora