Baje del segundo piso en automático, no era consciente de mil pasos a mi alrededor. Llegué a la fuente y un mar de gente debía abrirme el paso para entrar.
Ahí voy, sin parpadear. Mi fuero interior en disputa constante de sensaciones capaces de nublar mi objetivo, vivo.
Atravieso el umbral con el último aliento frío y antes de levantar la mirada por completo, en un titilo de ojos bastante extraño dibujé su sonrisa esquiva.
Definitivamente estaba desvariando, en este punto no podía fiarme de mis sentidos.
Tenia la impresión de estar soñando.
(...)
ESTÁS LEYENDO
TITILO DE OJOS ©
RomanceEs la historia que muestra sutilezas del preludio de un amor desenfrenado