Segunda compañera de habitación

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Hermione fue testigo de como Harper y Blaise se retiraron en medio de un abrazo de la habitación. Cinco días en San Mungo y deseaba salir huyendo. Suspiró pesadamente, apenas era las 7 de la mañana y estaba aburrida, olvidó pedirles unos libros a sus amigos, pero ya lo haría en cuanto fueran a verla. Claro que teniendo a Harper de compañía no parecía necesitar a leer, la bruja fue muy amigable con ella, charlaron mucho. Supo entonces que la cama de un hospital era el lugar perfecto para enterarse de la vida de otros.

— ¿Cómo te sientes, Granger? — Draco ingresó y se acercó a su camilla, le tomó la muñeca para tomarle el pulso.

— Quiero ir a casa — Suspiró, pero luego recordó que ya no tenía casa. — Voy a conseguir una casa, creo que este es el peor momento para divorciarme.

— En efecto, no te abrumes — Miró su reloj — Sí, 60 latidos por segundo. — Le retiró las sábanas — Debo observar cómo va el sangrado.

Hermione alzó la bata hasta la cintura y permitió que el le retirara las bragas — Sigo sin acostumbrarme a pesar de que lo haces todos los días.

— Soy tu medimago, debo hacerlo y verificar tu salud. — Draco se colocó uno guantes.

Hermione sintió la invasión extraña, no era excitante, sentía mucha vergüenza. Luego de que él retirara la mano de su interior se sintió aliviada.

— Ya no hay sangrado, aun así, tienes que quedarte una semana más para asegurarnos de que todo vaya bien. — escuchó como se retiraba los guantes — Ahora pasas a reposo relativo, lo que significa que ahora puedes ir al baño sola y sentarte por un par de minutos.

— Gracias Malfoy. — Soltó un suspiro — ¿Tienes algún libro que puedas prestarme?

Él la miró extrañado — ¿Qué género prefieres?

— No lo sé, lo que sea o voy a morir de aburrimiento — Suspiró mirándolo a los ojos. — Si no tengo la mente ocupada me inquieto mucho, pienso en todo el trabajo atrasado y todo lo que no tengo bajo mi control.

— Buscaré un libro — Se dio la vuelta — ten en cuenta que no puedes tener nada bajo tu control, tendré que trabajar contigo en la relajación para evitar futuros accidentes, estás llevando un embarazo delicado, Granger.

El libro que obtuvo fue uno de terror, Pet Sematary —cementerio maldito o cementerio de animales— de Stephen King, tuvo que aceptarlo ya que al parecer ese era el único sin temas médicos ¿bueno para qué querría ella el libro: "¿Cómo los doctores muggles atienden los partos?"

Horas más tarde llegó una paciente que le doblaba la edad a Hermione, una bruja que tenía una amenaza de aborto.

— Hermione Granger, en verdad no quiero ser madre. — Soltó de pronto y miró a la heroína de guerra — Si por mi fuera lo arrancaría de mi útero.

La bruja bajó su libro para observar a la mujer que se notaba relajada — ¿Por qué piensa así?

— Ya tengo tres hijos, dos son de mi primer matrimonio, tienen tu edad y los amo, mi hija más pequeña tiene 11 años, ya está en Hogwarts. — Suspiró pesadamente — Me enteré que estaba embarazada y fui a un medimago, me dijo que me ayudaría a deshacerme de él si no estaba bien. Tengo 56 años y esperé día con día que todo saliera mal... Pero este niño es demasiado fuerte y mi esposo está feliz...

Hermione trataba de mantenerse impávida con esa información, no lograba comprender exactamente como podía decirlo sin una pizca de culpa. — No comprendo

— Sufro en los partos, no importa que pociones me den, no importa cuánto haga. los niños me dejan exhausta, tengo casi 60 años, no quiero otro niño, pero mi esposo William Fawley tiene 40 años y está muy emocionado por esta vez tener un hijo varón. Me confié, creí que estos periodos desaparecieron por fin de mi vida y ahora resulta que seré madre en contra de mi voluntad — La bruja estaba realmente molesta. — Si pudiera lo arrancaría con mis propias manos. ¿y tú porqué estás aquí?

Hermione parpadeó — Yo tengo un embarazo delicado, estoy en reposo relativo por una semana más.

— ¿y qué dice tu esposo? ¿Te apoya y te cuida?

— Me voy a divorciar, no lo necesito — su voz se fue quebrando — él sería más feliz si su amante le diera un hijo.

La bruja mayor suspiró — Los hombres son unos idiotas, en mi primer matrimonio ocurrió igual, casi pierdo a mi segunda hija enterarme que se fue con su amante, pero por suerte fallecieron en un trágico accidente.

Por la risa divertida Hermione supo que no fue solo un accidente, suspiró y no dijo nada más. No deseaba entender a la bruja, no deseaba justificarla. Ella solo quería salir de ahí, volvió a leer la novela, mas no pudo concentrarse del todo. Debía mantenerse relajada, después de todo ella si amaba su bebé y nunca pensaría en atentar contra sí.

Malfoy, no sabes lo que se siente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora