Melancolía

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¿Qué clase de persona era? No pudo siquiera mantener enamorado a Ron, no pudo mantener a su hija en su vientre, no podía mantenerse fuera el hoyo del sufrimiento emocional por eso detestaba que sus amigos se acercaran para verla con lástima y darle estúpidas palabras de aliento.

Palabras vanas que juraban comprenderla y amarla, no nadie podía saber lo que se sentía tener el corazón roto, nadie sabía lo que era rememorar aquel fatídico día una y otra vez. Nadie sabía lo que era fingir sonreír y decir que estaba bien en el trabajo para regresar a casa y llorar hasta quedar con el rostro hinchado. Estaba muerta en vida, iba al trabajo cada que lo recordaba si conseguía descansar lo suficiente, lo cual casi nunca ocurría.

— Hermione, siempre has sido fuerte, todo esto saldrá bien y podrás ser madre cuando lo desees. — Ginny le acariciaba las mejillas con suavidad mientras ella estaba metida en la cama. — Deberías salir de la cama y...

— Sí, solo estoy cansada. Vete por favor.

— Pero Hermione...

— ¡Vete! ¡Déjame sola! — Le gritó sin poder soportarlo más, otra vez estaba perdiendo el control por culpa de su mal humor — ¡No seas hipócrita al venir a mí con tu prominente embarazo y decir que soy fuerte! — Se sentó en la cama — ¡Mírame! ¿acaso crees que tengo la esperanza de ser feliz? No, soy el reflejo de la muerte en vida, ni siquiera tengo hambre, no puedo comer sin dejar de sentir que soy una asesina. No tengo interés por nada, todo lo que siento es un inmenso vacío en mi pecho, un nudo en la garganta que me hace vomitar y todo es porque me odio.

Ginny empezó a llorar — ¡Eres mi amiga! No puedo dejarte sola... yo no... — Su voz se fue apagando.

— Si eres mi amiga déjame sola, déjame morir en paz. — Hermione salió de cama a fuerza y cayó de rodillas. — Dile a Harry que les devolveré el departamento en cuanto pueda.

— Hermione esto es tuyo...— Ginny se acercó para ayudarla a levantar. — Es un regalo de...

— Para una niña que no llegó a respirar porque soy una maldita, porque soy débil y me dejé dominar por el dolor. — cerró los ojos.

— Olvida, han pasado seis meses

— Eso es como pedirte que olvides que casi mataste a Harry en segundo año por culpa de un diario. — Se sumergió en la cama con la esperanza de que esas palabras alejaran a su amiga.

— Tú no piensas eso, solo buscas que te deje...

— Lo creo así, ahora vete y déjame en paz.

Escuchó el suspiro de su amiga — Ya no vendré más, y como estás mentalmente perdida, Draco tendrá poder sobre ti como tu medimago.

— Hazlo que te plazca, pero no vuelvas a mí con ese vientre inmenso. Eres egoísta al mostrarme lo que yo no puedo tener. — Hermione empezó a llorar más fuerte — Vete antes de que pierda el control y te golpee. Vete por favor...  

Malfoy, no sabes lo que se siente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora