Primera compañera de habitación

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Fue conducida hasta una habitación donde había dos camillas, en una de ellas estaba otra bruja acostada.

— Linda, volveré a las 5pm para el aseo y a las 7pm pasaré con la cena — Le informó la enfermera. — El medimago pasará por aquí en tres horarios distintos, 10pm, 7am y 1am. Las visitas están permitidas entre las 2pm hasta las 7pm siempre que se presenten sin niños.

— Entendido. — Susurró Hermione. Se quedó observando el cielo raso de la habitación, la bruja que estaba recostada no había hecho el intento de siquiera mirarla.

¿Ron notaría su ausencia? ¿Se preocuparía por ella? Seguro que no lo notaría, ni se preguntaría por ella.

— Hola — Susurró la bruja de la otra camilla — Soy Harper Zabini.

— Hermione Granger — Susurró, no sabía que Blaise se hubiese casado, es más no sabía nada de los Slytherin. — ¿Cómo estás, Harper?

— Bien supongo — La escuchó suspirar pesadamente — Tuve un aborto espontaneo, y me hicieron un legrado indoloro.

— Cuanto lo siento, yo...

— No te molestes en eso, ni siquiera sabía que estaba embarazada, yo estaba en casa atendiendo a mi hija y de pronto sentí un dolor de espalda, en el vientre para luego sentir como algo estaba amenazando en salir de mi interior — La escuchó gemir, no podía vera ya que se había cubierto el rostro. — Mi hija me arrastró a la chimenea porque me desmayé, ni siquiera sé cómo llegué aquí... Desperté en la camilla, el sanador Blad me atendió y me realizó el legrado.

Hermione solo podía escucharla lamentarse. — ¿Cuantos hijos tienes

— Dos, la mayor es Bianca, tiene seis años y el menor tiene dos años, Su nombre es Blaise como su padre. — Esta vez sacó su rostro de la sabana, Harper era una pelirroja muy guapa, pero lucía demacrada y débil.

— Te ves muy joven para ser madre...— Hermione comentó con suavidad.

— Sí, apenas Blaise se graduó de Hogwarts nos casamos y encargamos bebé... Somos sangre limpia y hacemos lo que se espera de nosotros — La escuchó ahogar un sollozo. — amo a mi esposo, pero después de esto no sé si él pueda perdonarme por no saber que estaba embarazada.

— Te entenderá... — Apenas dijo eso vio como el moreno ingresaba a la habitación, ni siquiera la vio.

— Harper, amor — Se acercó hasta la camilla donde reposaba su esposa.

La bruja fue testigo de cómo la pareja se besaba, abrazaba y lloraba junta. Sintió un pinchazo de envidia, ¿sería así con Ron? ¿Él la amaría?

Una hora más tarde solo llegó Harry en compañía de Ginny.

— ¿y Ron? — Fue lo primero que preguntó. — Sigue molesto conmigo.

— Ya sabes como es, no vendrá al hospital por mucho que lo desee. — Harry le tocó la frente.

Los labios de Hermione se fruncieron y evitó derramar lágrimas. — Él no quiere venir así de simple, debe estar con Brown en mi cama.

Ginny asintió levemente — Lo siento, tratamos de convencerlo, pero no cree que estés embarazada.

— No importa, no me importa él — Hermione se giró sobre sí — Ya sabía yo que esto no iba a durar. No lo necesito para ser madre, no lo necesito en lo absoluto... no — Las lágrimas le ganaron, su corazón se estrujaba y dolía como si e lanzaran mil crucios en el pecho y la garganta — No entiendo porque se casó conmigo.

— Por amor, pero siempre ha pensado con otra cosa más que con la cabeza — Ginny sonaba indignada. — No llores, le hará daño mi ahijado y Malfoy nos echará si se entera que lloras por nuestra culpa.

— No se atrevería — Limpió sus lágrimas con la manga de su bata rosa.

— Es tu medimago, y va a priorizar tu estado emocional — Harry le sostuvo la mano — Desde el divorcio con Astoria es otro. Dicen que se separó porque ella no quiso darle hijos y lo engañó. Al menos nos ha pedido educadamente de que te mantengamos tranquila y estamos haciendo lo contrario.

— Vaya... No creí que fuera así... — Hermione miró a sus dos mejores amigos — Podrían tramitar mi divorcio... creo que es lo mejor para mí y Ron, si no me quiere no lo voy a retener.

Ginny asintió — Lo haremos — ella le acarició la frente para retirar un par de rizos que estaban sobre sus ojos — ¿Malfoy, te dijo qué esperas...?

— Probablemente una niña.

Para cuándo sus amigos se marcharon Harper sonreía ligeramente — Tienes buenos amigos.

— Sí, son los mejores, pero mi futuro ex esposo es un idiota. — Los cabellos de Harper estaban un tanto desordenados— ¿qué te dijo el tuyo?

— Que no me preocupe, que estará para mí, es un gran hombre. — La miró con temor — Tú no puedes perder a tu bebé, tienes que cuidarte, en unos meses tendrás a tu bebé llorando entre tus brazos y lo amarás más que a tu vida.

— Lo sé.

Cerca de la media noche ambas escucharon los llantos de un nuevo niño mágico que les quitó el sueño cada una, se refundieron en sus propios pensamientos. Hermione cavilaba sobre una vida llena de amor con una pequeña pelirroja a la cual amar, por su parte Harper pensaba en lo que perdió e internamente deseaba olvidar su terrible experiencia de un bebé truncado. 

Malfoy, no sabes lo que se siente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora