Vecino medimago

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Hermione abrió la puerta debido a que alguien estaba llamando insistentemente. Frente a ella vio a su medimago, vestido completamente de blanco, parecía ser casi un ángel caído del cielo.

— ¿Tienes una tacita de azúcar que me puedas dar, vecina? — Fue la pregunta del rubio, por el brillo de sus ojos era claro indicio de una casi imperceptible felicidad.

— Malfoy ¿Qué haces aquí? — Preguntó asombrada, esta se la pagarían sus amigos.

Él sonrió — Vengo por azúcar, Granger, se acabó lo que tenía y no puedo beber té sin azúcar, además de que estoy un poco tarde para ir al Hospital.

— Pasa, tengo té listo y tostadas. También estoy algo tarde para ir al ministerio. — De nada le servía poner resistencia y tenía unas dudas sobre su embarazo.

— Por tu manera de actuar sé que tienes preguntas — Draco la siguió a la cocina — ¿Has tenido mareos?

— Sí y nauseas, son tan intensas que no puedo retener las pociones por más de 10 minutos en el estómago — la bruja le ofreció el té que tenía sobre la isla de cocina. — Harry siempre está entrando a mi despacho para verificar que estoy consciente, he terminado desmayada sobre documentos... ¿es normal?

— Sí, lo es. — Draco bebió del té, su sabor favorito era el durazno y este lo era — ¿qué tan intensas son las náuseas? ¿has tenido algo de magia involuntaria?

— Intensas como si fuera morir y vomitar el estómago. No he tenido nada de magia involuntaria. ¿Es malo no tener magia involuntaria durante el embarazo?

Draco suspiró, la verdad podría asustarla, pero tratándose de su salud era necesario explicarle la situación.

— Para las mujeres muggles es normal el desorden hormonal — Bebió un poco de té — para las brujas lo normal es la magia involuntaria si están embarazadas de un mago. Pero cuando la bruja en cuestión parece tener un embarazo muggle es claro que el niño será Squib.

— Así sea Squib lo amaré...

— Lo sé, si el padre del niño fuera un muggle se considera un embarazo normal, pero sabiendo que Weasley, un mago sangre pura, es el padre las cosas se complican. — Draco terminó de beber el té, no estaba seguro de decir todo, pero la insistente mirada de ella lo obligó —: ¿Te has preguntado alguna vez porque hay tan pocos Squib? — ella negó con la cabeza — Se debe a muy pocas veces llegan a las 12 semanas de gestación y si sobrepasan ese periodo la madre deberá estar en cama hasta el nacimiento. El cuerpo mágico rechaza al ser sin magia. Por eso tus nauseas y mareos son intensos.

— Malfoy, no quiero perderlo. — Hermione estaba helada tras esa explicación. — ¿Hay alguna manera de evitar el...

No se atrevía pronunciar las palabras "Aborto espontaneo"

— Sí, evita las emociones fuertes y debes alimentarte así te cueste mantener la comida en el estómago. — Draco sacó su récipe y una pluma de su bata blanca, anotó un par de medicinas muggles y le extendió el papel— Estas cosas deberían ayudarte, si lo tratamos como si fuera un embarazo mágico se complicará.

— ¿Cómo estás tan seguro de que es un Squib? Podría ser porque soy hija de muggles... — La bruja trataba de hallar respuestas.

Draco decidió salir del hogar de Hermione, pero ella lo siguió, así que antes de salir por puerta, giró y dijo —: Porque quiero creer eso, antes que diagnosticarte un embarazo anembrionario y si lo fuera tendría que inducirte un legrado indoloro. Tus síntomas desaparecerían de manera súbita y sabríamos que tu embarazó se detuvo.

Hermione suspiró, temblaba mientras respiraba de manera agitada — ¿Cuándo podrás decirme que es un Squib o es...?

— En una semana, pero si sientes algún cambio no dudes en buscarme, vivo en el departamento adyacente. Gracias por el té — Esta vez Draco salió presuroso.  

Malfoy, no sabes lo que se siente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora