"Detente, no puedo hacerlo, por favor. " dije con una voz temblorosa.
Él se separó considerablemente y me observó con preocupación. Lágrimas comenzaron a salir, él sabía que aquel recuerdo había surgido nuevamente.
"Tranquila, no haremos nada que n...
Minho y yo estábamos en la estación de trenes y esperábamos por Haneul, al fin regresaría de Busan. La he extrañado tanto, me da tristeza no verla aquí junto a mí, no verla hacerme un delicioso desayuno mientras pasábamos nuestro fin de semana haciendo tonterías entre nosotras, odiaba no verla.
El tren llegaría en diez minutos, Minho y yo estábamos sentados esperando, le había pedido que viniera conmigo ya que no quería hacerlo sola.
—¿Crees que se ha hecho algo en el cabello otra vez? —pregunta Minho.
—Creo que no. —dije sonriendo.
Recordé las veces que se ha hecho algo loco en el cabello cada vez que siente que tiene que liberar las "malas vibras." Haneul es un personaje único, hace mucho tiempo se pintó el cabello de un rojo tan intenso que daba hasta dolor de cabeza, pero igual la amamos, no seríamos nada sin sus ocurrencias.
Me dedico a observar al gatito al lado mío, se le ve cansado y con ojeras, así que me dedico a acariciar un poco su cabeza, su cabellera está suave como siempre. Él solo sonríe aceptando mi tacto. Con él nunca he tenido ese tipo de problemas de confianza que tengo con los demás chicos, es como un hermano que nunca tuve. Sonrió al ver su carita y me siento feliz, mi humor hoy está por las nubes.
Y si me preguntan el por qué estoy feliz te diría que no sé porque pero me siento tan animada. Quizás ha de ser por la llegada de Haneul y por el efecto de los medicamentos nuevamente.
Los minutos pasan y ya el tren ha llegado, el sonido característico de su llegada se hace presente haciendo que nos pongamos de pie, damos unos pequeños pasos para poder ver con claridad, no tardamos en ver a Haneul con una gran mochila en sus hombros, gritamos su nombre levemente ya que no hay tantas personas y ella nos busca con la mirada, sonríe ampliamente al vernos.
Me acerco a ella y al tenerla frente a mí le doy un abrazo.
—Te extrañé idiota. —dije con un poco de tristeza, recordando las noches que pase sin ella.
—Yo también a ti. —dice sonriente.
Minho no duda ni dos segundo en apegarse a nosotras para recibir también un abrazo.
Segundos después nos separamos y no puedo evitar secar una pequeña lágrima que se ha escapado de intrusa. Ambos dan una leve risa ante mi sensibilidad.
—Es hora de celebrar que la loca ha llegado. —dice sonriente y alegre el chico.
—No quiero salir a ningún lado, estoy cansada. —se queja Haneul sin darle importancia a que le ha dicho loca.
—¿Quién ha dicho que saldríamos? La mejor manera de celebrar es con pizza y películas en casa. —dice sonriente.
Agradezco mucho que sea igual que nosotras, así de asociales. Somos un buen equipo.
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