Capitulo 28

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Después de estar con Emily una hora en el parque le dije que era mejor que la llevara a casa ella acepto y aquí la va conmigo abrazada a mi cintura por qué acelero solo para que lo haga.

Al llegar se baja y me golpea el hombro.

-Hey- me queje.

-Te dije que no fueras tan rápido.

-Yo sé que te gusto.

-Claro que no, tú sabes que me da mucho miedo- se queja y yo me bajo de la motocicleta.

-Bueno perdón, no va a volver a pasar.

-Claro que no va a volver a pasar, no me vuelvo a montar en algún vehículo contigo.

-No seas dramática, yo sé que si lo harás.

-Claro que no.

Nos quedamos un rato en silencio.

-Creo que deberías entrar.

-Si lo sé.

Se da la vuelta para irse y me acerco a ella para tomarla del brazo.

-¿te vas a ir sin despedirte?- finjo estar indignado.

-Hablando de dramáticos-se acerca y me da un beso en la mejilla.

Se queda a unos centímetros de mi rostro.

Mi mirada va a sus labios y las ganas de besarla son muchas, pero me contengo, no es el momento ni mucho menos el lugar su Ana puede salir en cualquier momento, o mucho peor Frank.

La abrazo y me despido de ella.

-¿Nos vemos pronto?

-Claro- me sonríe y se marcha, la veo entrar en la casa y acelero la motocicleta asta llegar al departamento.

Me bajo y cuando estoy por acercarme a la entrada veo que sale Theo.

Me acerco y él nota mi mirada, tiene labial en el cuello, esto no puede estar pasando.

-Dominic- me hace un gesto con la mano y luego lo veo marcharse en un taxi que pidió.

Subo rápido las escaleras y entro en el apartamento, veo que Amelia está corriendo por la sala acomodando los cojines.

-Amelia no me digas- se sorprende y cae sentada en la alfombra.

-¿A que te refieres?- pregunta nerviosa.

-No lo sé, a qué me encontré a Theo en la entrada y tenía labial en el cuello y que tú estás muy despeinada y con el labial corrido.

-Cállate, no quiero hablar del tema- se sienta y se peina con los dedos, y con la manga del suéter que lleva se limpia los labios.

-Está bien- me siento en el sofá- pero espero que sepas lo qué haces.

-Lo se, pero no hablemos de mi- dice centrándose a mi lado- dime ¿cómo te fue con lo de tú percance? Sé que se relaciona con tu padre siempre le dices "percance" cuando se trata de él.

-Le robaron el cargamento, y quien sea que lo allá echo tienen sus razones, lleva en si unas 23 armas y bueno a menos a que quiera masacrar a media ciudad no le veo razón de robar aquello, amenos a que sea uno de los enemigos de mi padre- suspiro cansado.

-¿Que tienen planeado hacer?- pregunta la rubia.

-Ya lo verás- me levanto del sofá y voy en dirección a la ducha- estoy cansado, después hablamos.

-Buenas noches- salgo en dirección a la regadera y después de unos 15 minutos salgo.

Me dirijo a mi habitación me visto y me acuesto en la cama.

Malditos SentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora