Malditos Sentimientos

Capitulo 32

Abro mis ojos rápidamente y todo está oscuro no puedo ver nada, siento algo en mis ojos trato de tocarlo pero mis manos no suben, me llega un leve olor a humedad.

Escucho gotas caer contra el piso.

Me trato de levantar pero no puedo, me llega a la mente el recuerde de que Amanda me apuñalo en la pierna luego salí a pedir ayuda pero después todo se volvió oscuridad.

Escucho pasos por todo el lugar pero nadie habla.

-¿Quien está ahí?- pregunto con los nervios y el miedo a tope.

Nadie responde, siento los pasos más sería de mi.

Trato de removerme pero no puedo, tengo mucho miedo.

Se acerca más a mi y cuando su palma rosa mi mejilla me estremezco ante el tacto.

-Déjame, por favor.

Escucho risas a lo lejos pero el habla.

-Tranquila, no te are daño.

No puedo evitarlo, me siento muy vulnerable rápidamente comienzo a llorar.

-Shu tranquila- siento como acaricia mi rostro limpiando las lágrimas y luego me agarra levemente el cabello.

-Aléjate por favor- mi vos es apenas un susurro.

Escucho una respiración profunda y luego escucho una puerta cerrarse o abrirse no estoy segura ya que la venda en mis ojos no me lo permite.

No sé qué hora es, no sé dónde estoy, no sé cuánto llevo inconsciente pero lo que sé es que mi pierna no duele.

Pasan unos minutos más cuando siento unas manos atrás de mi y me quitan la venda.

Abro mis ojos y se acostumbran un poco a la luz de la pequeña habitación.Lo primero que hago es llevar mi vista a mi pierna y esta vendada.

Observó el lugar con detenimiento y se parece a un sótano pero no sé si es, las paredes están llenas de moho, hay un poco de agua en la esquina del lugar y unas tuberías alrededor de las paredes.

Giro mi cabeza pero me empieza a doler.

-¿Tienes hambre?- mi estomago suena, pero el miedo no me deja pensar.

Me quedo callada un rato y el hombre que estaba atrás de mi aparece en mi punto de vista.

Es alto y musculoso, lleva una camiseta negra, que deja ver algunos tatuajes que tienen es sus brazos. Mi vista va a su rostro y tiene cicatrices, sus ojos son de un azul muy hermoso.

Diría que si te quedas viendo por un rato te llegan a hipnotizar.

Su cabello es negro y lo lleva largo se divide a la mitad.

Es lindo pienso.

-te pregunté que si Tienes hambre.

-No- mi vos es apenas inaudible.

-Bien- está por darse la vuelta he ir por la puerta pero mi pregunta lo detiene.

-¿Tu me curaste?- le pregunto refiriéndome a mi pierna.

-Si- su respuesta es fría y lejana.

-¿Por que me tienes aquí?

-Es mejor que no lo sepas aún tesoro- su vos me da escalofríos.

El sin más asiente ante mi silencio y sale de aquel lugar dejándome sola y con mucho miedo.

(...)

Estoy cansada y débil, no se cuanto llevo aquí, lo que sé es que el hombre que antes vino está centrado al frente mío observándome descaradamente.