(Rubén)
Que emoción, al fin volví al pueblo de mis abuelos. Pero lástima que solo sea para heredar su casa... no sé por qué, pero en toda mi corta vida pisé pocas veces este lugar. Mi mamá no me dejaba quedarme aquí muchos días con la excusa de que me podían secuestrar. Y mi papá menos me dejaba, era el que más desaprobación tenía a la hora de tener que venir.
Aunque eso nunca lo creí, porque este lugar no tiene nada de malo, hay solamente tranquilidad y nada más.
En Tokio todo es caótico. Gente corriendo por todos lados, autos sonando, luces que nunca se apagan...en fin, esa ciudad nunca descansa. Al menos aquí pasada la media noche no hay ningún ruido y la oscuridad le da un toque especial a las calles.
Incluso la comida de este lugar es única, se me abre el apetito con solo pensar en un plato de ramen de cerdo. Estoy pensando seriamente en pasar a esa casa a comer un plato, desde lejos veo que ya está abierto.
—Buenos días, quisiera ordenar algo de comer— Adentro del local se ve todo como si el tiempo se hubiera detenido en los años 20, muy lindo.
—Claro, siéntese aquí mientras preparamos su orden— Una señora mayor me entregó una carta con todos los platillos que tienen. Obviamente elegí el ramen de cerdo. Y ella fue a entregar mi orden.
Mientras esperaba, miré la pintura enorme que adornaba la pared. Era de un dragón blanco, casi plateado y abajo de el estaba un bosque con pequeñas casitas, bastante llamativo puedo decir.
—¿Le gusta?, el es el salvador de este lugar—¿Un dragón?¿Y esas cosas existen?
—No entiendo bien...¿Dice que un dragón los salvó de que?— La anciana asintió sentándose adelante mio.
—Este pueblo hace mil años era un desastre total invadido por las guerras, pandemias, sequía y todo lo malo que te puedes imaginar. Hasta que un día un noble señor le suplicó al Dragón de la colina para que ayudara a florecer este lugar. Este aceptó cuidarnos con la condición que cada 100 años alguna de sus descendientes sea entregada a él— Que historia tan interesante, pero rara a la vez.
—¿No cree que es muy cruel todo eso?, imagínese que en el caso que sea real y la chica no quiera irse con él, debe ser horrible como tan solo imaginarlo—
—Lamento decirte que no es tan simple que digamos...todas la veces que no aceptan irse con él, son devoradas. Según la escritos de este pueblo— ¡Qué horrible!—Al menos el pueblo no perece. Pero estoy segura que un día se va a aburrir y nos dejará si no llega a encontrar a una esposa que lo quiera. Este año tenemos otra oportunidad para que se cumpla el deseo de ese Dragón o si no tendrá que esperar nuevamente— ¿Entonces estará buscando no quedarse solo?
—¿La familia encargada de ese sacrificio ¿Tiene ya a una mujer preparada?— Ella negó con su cara entristecida.
—Los últimos descendientes acaban de morir hace una semana y por desgracia en su familia solo han nacido niños, y ya el Dragón bajará en busca de su ofrenda— ¿Les habrá pasado lo mismo que a mí abuelos?. Un momento...
—Disculpe ¿Los que murieron de casualidad no son los de la casa que está al lado del río?— Ella asintió dudosa por tener conocimiento sobre eso.
—¿Los conoces?— Asentí con nerviosismo.
—Eran mis abuelos. O bueno, lo siguen siendo— La señora se quedó mirandome sorprendida con tal noticia. Tuve que mover mi mano por su cara para que volviera en si.
—¿Está bien?——S-si, solo pensaba— Fue lo último que dijo. Al final se levantó y se fue. Sólo se acercó a mí nuevamente para entregarme la comida.
Al terminar dejé el dinero en la mesa y me fui de ahí con muchas dudas. No entiendo que le habrá pasado a ella para que no me hablara más. Pero en fin, tengo que llegar a la casa antes de medio día o de seguro mi mamá me dará problemas como siempre con la excusa de que no tengo que salir muy seguido a la calle.
—¡Cuidado!— Miré a donde provenía esa voz y me llevé la sorpresa de que alguien con ropas extrañas corría a mucha velocidad desde un pasadizo que lleva hacia las montañas. Por desgracia no lo pude esquivar y terminó chocando conmigo.
—¿Puedes tener más cuidado cuando corras?— Le dije mientras trataba de levantarme. Me di fuerte en el piso y me dolió la cabeza.
—Lo lamento, estaba buscando a alguien y no me percaté que a esta hora había gente por aquí— Decía mientras se limpiaba el kimono que tenía puesto. Es raro ver al alguien vestido así en este tiempo, pero es algo tradicional de todas maneras.
—Bueno, espero que tengas suerte. Nos vemos— Levanté mi mano en señal de despedida y seguí con mi camino.
Aunque a penas di unos pasos, la persona del kimono también seguía en la misma dirección que la mía, lo que me puso algo nervioso y traté de no mirarlo de manera tan obvia.
Me comencé a asustar cuando ya estaba llegando a la casa de mis abuelos y él seguía atrás mio. Pero al final decidí encararlo para saber de una vez si me seguía o no.
—Oye tú, ¿Me está siguiendo?—
—Sí, ¿Por qué?— ¡¿Y lo dice así como si nada?!, llamaré a la policía.
—Deja de hacerlo...me pones nervioso y además no sé quién eres—
—A bueno...yo si se quién eres— ¿Qué? ¿Cómo va a saberlo si ni siquiera lo vi en mi vida?
—¿Perdón?¿De dónde nos conocemos?— Él no digo nada, solo se acercó y rápidamente tomó mis manos—Oye que...—
—Tú eres mi esposa—
ಠ ل͟ ಠ ل͟ ಠ ل͟ ಠ ل͟ ಠ ل͟ ಠ ل͟ ಠ ل͟ ಠ ل͟ ಠ ل͟ ಠ ل͟
Ta elao
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Ofrenda (Rubegetta)
FanfictionBuscar a la indicada no es cosa fácil y más cuando te la han prometido a cambio de que la paz reine en un pueblo que vive en constante sufrimiento. Pero ya han pasado 1.000 años y aún sigo resguardandolos como si ya me hubieran pagado correctamente.