Sello

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(Ruben)

Miento si digo que no extrañé volver a Tokio. Aunque no me sienta a gusto no estar rodeado de tantas personas, este lugar es mi hogar y me trae varios recuerdos. Además que aquí es donde viven mis padres.

—Hijo dime por qué tienes la cara con ese dibujo tan extraño— Lo único que no me gusta de estar aquí, es que todos se fijan en como andas vestido o si tienes alguna cosa en la cara. Ni hablar de tener un tatuaje, te miran como un vándalo—No me digas que te uniste a una banda de maleantes... soportaría todo menos eso—

—Mamá tranquila, solo es un dibujo que Alex me hizo durmiendo. Se quitará en unos días— Y espero que esta marca desaparezca. No pienso estar toda mi vida así.

—Esta bien...pero al menos tapa eso con una mascara, no salgas a la calle sin ella—Dijo sacando unas cosas de un cajón.

Al volver trató de colocarme la mascarilla, pero mi mejilla de inmediato comenzó a arder hasta el punto de quemar todo lo que mi mamá me había colocado.

Ella de inmediato me quedó mirando con la cara llena de angustia al no saber que hacer. Además se tapó la boca para que no viera su boca que estaba muy abierta.

—¿Mamá?¿Estás bien?— Negó yendo a su habitación sin siquiera decirme para qué.

Obviamente la seguí, estoy preocupado, nunca la vi actuando de esa manera y menos irse como si algo malo pasara.

Puede ser que esté asustada por como la mascarilla se quemó sin lastimarme, pero yo no me sorprendí mucho, ya bastantes días estuve viviendo con un Dragón para ver sus trucos.

—Quédate donde estás—

—¿Qué? mamá dime qué pasa, me asustas—

—Sabía que no te debía dejar ir para ese pueblo tu solo... ya sé que es lo que tienes en la cara, no sé cómo fui tan estúpida al no darme cuenta— Decía mientras sacaba un libro de su mesa de noche— Pero no... tu papá insistió que estarías bien y que ya no te iban a hacer nada. Ya se las verá conmigo cuando vuelva—

—¿Pero explícame que es lo que pasa y cómo sabes que es lo que tengo en la cara?—

—Es un sello de protección. Lo noté a penas esa mascara se quemó. Mi tatara abuela era una sacerdotisa y sabía de estas cosas— Genial... más secretos revelados.

—Ya y...¿Ese libro para que?—

—Es para romper el sello. Dime quién fue el que te hizo eso para buscarlo aquí— ¿Será buena idea decirle que fue un Dragón?¿Y más específicamente el que me reclamó como su ofrenda?... tengo miedo—Vamos, no tengo todo el día. No quiero que tu papá sepa que hago esto—

—¿Ah y más encima también eres sacerdotisa y ahora me vengo a enterar? gracias por ser sincera con tu familia—

—Tengo mis razones para ocultarlo. No te habría dicho nada si no fuera por lo que traes ahí... dime de qué clase de espíritu es ese sello—

—Un dragón— Dije en voz baja para que no me escuchara. Estoy seguro que me matará a penas sepa y quiero seguir viviendo.

—Más fuerte que no te escucho— Decía mientras ojeaba el libro por todos lados.

—Un Dragón— Está vez hablé un poco más fuerte y ella escuchó.

—Ay Ruben...¡Me cago en los putos muertos de tu padre! no me digas que es el Dragón que estoy pensando...— Asentí cerrando los ojos fuertemente esperando a que me golpeara, pero solo me abrazó dejando todo lo que hacía de lado.

—Mamá tranquila... él no me hizo nada—De momento...

—Ese es mi mayor miedo y por desgracia se hizo realidad... pero gracias al cielo que estás con vida— Dijo comenzando a llorar asustada—Por favor dime que no te hizo nada que hiciera peligrar tu vida— Negué explicándole lo que en realidad había pasado mientras estuve allá. Omití unas cuantas cosas porque encuentro que es algo privado y mejor no decirle por ahora...

—No sé que va a pasar ahora que volví a Tokio. Pero al menos estoy feliz porque pude liberarme de él— Espero no tener que volver en mucho tiempo. O al menos no hacerlo solo.

—Hijo, por favor vuelve—¡¿Qué?!

—P-pero mamá...¿Cómo quieres que haga eso? me pudo matar, sabes lo que significa eso— Debe estar loca si quiere que vuelva—Me quiso matar—

—Lo sé, pero mira tu cara...no lo hizo por una razón ¿No?. A parte ya no puedo hacer nada para salvarte, el destino igual te unió a él—

—Mamá por favor no juegues así, sabes que para todo hay solución. Encontraré una para quitarme esto de la cara, solo espera— Ella negó insistiendo en que no iba a servir de nada que gastara mi tiempo en buscar algo que no encontraré por mi cuenta.

—Tienes que pedirle a él que te quite eso, o si no quedarán ligados por toda la eternidad. Esos sellos son muy peligrosos— Ay no...

—Ay a ver, pasa me ese libro para buscar algo—

—Ni se te ocurra tocarlo—Dijo guardándolo sin darme ninguna explicación.

—Para ya... volveré mañana mismo. No quiero estar como un vampiro toda mi vida— Ahora sí que me asusta el hecho de vivir para siempre y más estando pegado a un Dragón... debo volver si o si por una solución.

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A mimir

Ofrenda (Rubegetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora